Dejamos que solo fuera un sueño
Publicado: Mar, 03 Ene 2017 13:42
Los gatos dormían en las techumbres de mis costillas,
bajo la luna fría de tus ojos,
bajo el sol apagado de la soledad.
Tu sueño levantaba una montaña,
de ahí se veía nuestra casa,
rodeada de árboles que eran sus pestañas,
el río su alfombra y los peces las estrellas.
Tenía un bote, en el traía la piel de los astros para el consumo,
traía la red llena de constelaciones,
ya que en el agua quieta que simula un espejo,
los peces también son estrellas titilantes.
No podría mirarme en ellas,
necesito otro espejo, uno real como tu rostro,
que me devuelve la luz que se tragó el río
y el bote que me alejaban de la orilla.
Tu dormías en el papel que no se ha escrito aún,
imaginabas tu novela con los ojos cerrados, algún soneto,
mientras los gatos se estiraban con su sombra
en las techumbres de mis costillas.
Creabas los personajes en silencio,
yo era el pescador dentro del vientre maderero
y tú la campesina que criaba el cristal de la uva.
Me observabas desde la orilla,
con la timidez del primer beso,
yo miraba tus ojos que eran un vestido que flameaba con el viento,
en un día azul, sabiendo que fuera de este mundo siempre está oscuro.
Preferimos ocultar la luna en tus caderas,
dejamos que solo fuera un sueño.
bajo la luna fría de tus ojos,
bajo el sol apagado de la soledad.
Tu sueño levantaba una montaña,
de ahí se veía nuestra casa,
rodeada de árboles que eran sus pestañas,
el río su alfombra y los peces las estrellas.
Tenía un bote, en el traía la piel de los astros para el consumo,
traía la red llena de constelaciones,
ya que en el agua quieta que simula un espejo,
los peces también son estrellas titilantes.
No podría mirarme en ellas,
necesito otro espejo, uno real como tu rostro,
que me devuelve la luz que se tragó el río
y el bote que me alejaban de la orilla.
Tu dormías en el papel que no se ha escrito aún,
imaginabas tu novela con los ojos cerrados, algún soneto,
mientras los gatos se estiraban con su sombra
en las techumbres de mis costillas.
Creabas los personajes en silencio,
yo era el pescador dentro del vientre maderero
y tú la campesina que criaba el cristal de la uva.
Me observabas desde la orilla,
con la timidez del primer beso,
yo miraba tus ojos que eran un vestido que flameaba con el viento,
en un día azul, sabiendo que fuera de este mundo siempre está oscuro.
Preferimos ocultar la luna en tus caderas,
dejamos que solo fuera un sueño.