OSTENSIÓN DEL OLVIDO
Publicado: Mié, 25 Jun 2008 5:27
Ostensión del olvido.
“Me miro en el espejo y quedo mudo,
brota de mí la sangre dolorida
del dolor enquistado de mi vida
que nunca arraigaré, jamás, lo dudo.”
Adrián Pérez
de “Olvido del poniente”
en “Pastoreando Versos”.
¿Quién sabía?
¿Quién dijo que por esas calles de locura,
los torreones se podían observar fumando
tu silencio y oscuridad?
Yo no he venido desde ti,
y hacia tus montes,
tu gravilla, tu pesada huella.
He llegado desde
Las terrazas maniatadas
Por cedazos de muerte y vida.
Ahora que hemos quemado y tomados los aires
Entre nuestras manos azulosas.
Ahora que la distancia
Mira desde donde no podemos
Medir los modernos metros fabricados.
Ahora que todo, todo lo vestido y desvestido
En las arquitecturas revienta y sólo revienta
En el lagrimal que bajo.
Ahora que al dirigir la lente sónica
El relente lastrado rumorea el amor engendrado
Ahora es la temprana edad del mendigo silbo.
Ahora me he dado cuenta,
Me toqué la letra que subía
Y nublé mi garganta, puse
Vendas a los fuegos lunares
Y me llamé para salirte por los besos,
Por las búsquedas, por las laderas de los sueños,
En fin, por esas calles
Que te llevan fumando el cuerpo de nombre cósmico
Ahora mi frente te enfrenta
Y guarda silencio hacia tus piedras
Y llama al sentido ácido más allá
de las imitaciones que el mar le hace a mi olvido,
Rumor que crece y mece cuando no estoy conmigo.
Paulo San Páris
“Me miro en el espejo y quedo mudo,
brota de mí la sangre dolorida
del dolor enquistado de mi vida
que nunca arraigaré, jamás, lo dudo.”
Adrián Pérez
de “Olvido del poniente”
en “Pastoreando Versos”.
¿Quién sabía?
¿Quién dijo que por esas calles de locura,
los torreones se podían observar fumando
tu silencio y oscuridad?
Yo no he venido desde ti,
y hacia tus montes,
tu gravilla, tu pesada huella.
He llegado desde
Las terrazas maniatadas
Por cedazos de muerte y vida.
Ahora que hemos quemado y tomados los aires
Entre nuestras manos azulosas.
Ahora que la distancia
Mira desde donde no podemos
Medir los modernos metros fabricados.
Ahora que todo, todo lo vestido y desvestido
En las arquitecturas revienta y sólo revienta
En el lagrimal que bajo.
Ahora que al dirigir la lente sónica
El relente lastrado rumorea el amor engendrado
Ahora es la temprana edad del mendigo silbo.
Ahora me he dado cuenta,
Me toqué la letra que subía
Y nublé mi garganta, puse
Vendas a los fuegos lunares
Y me llamé para salirte por los besos,
Por las búsquedas, por las laderas de los sueños,
En fin, por esas calles
Que te llevan fumando el cuerpo de nombre cósmico
Ahora mi frente te enfrenta
Y guarda silencio hacia tus piedras
Y llama al sentido ácido más allá
de las imitaciones que el mar le hace a mi olvido,
Rumor que crece y mece cuando no estoy conmigo.
Paulo San Páris