Felicitación y poemilla
Publicado: Sab, 24 Dic 2016 19:27
En estas fiestas en las que se clama paz y amor, quiero decir a los foristas, desde su Dirección hasta el último registrado, que deseo para todos la felicidad. Salud, bienes y amor.
Quien no posea salud, que piense que pronto, con toda certeza, la recuperará.
Quien no tenga riqueza material, que esté seguro de que la felicidad está en nosotros mismos y no en las cosas poseídas.
Quien no se sienta amado, que piense que dar amor es tan gratificante como recibirlo.
Que nadie pierda el sol de la esperanza.
Que todos acepten el cariño que mis deseos encierran.
Os dejo un poemilla para entretener a quien le atraiga.
Un gran abrazo fraternal a todos.
EN EL FILO
Hay violetas marchitas en el filo,
en el borde aguzado donde una luz apenas.
Y el resto es todo oscuro como un invierno oscuro.
Apenas una luz, apenas un recuerdo,
una voz muy delgada que me dice “tú eres”,
una presencia antigua de risa inmotivada,
una ilusión de nardos que acompaña el deseo.
Pasó el tiempo y la lluvia enronqueció las risas.
Lágrimas no vertidas que se añaden
a mis lágrimas, voz madura ya,
y apenas una luz, un débil resplandor
de violetas marchitas en el filo.
Quien no posea salud, que piense que pronto, con toda certeza, la recuperará.
Quien no tenga riqueza material, que esté seguro de que la felicidad está en nosotros mismos y no en las cosas poseídas.
Quien no se sienta amado, que piense que dar amor es tan gratificante como recibirlo.
Que nadie pierda el sol de la esperanza.
Que todos acepten el cariño que mis deseos encierran.
Os dejo un poemilla para entretener a quien le atraiga.
Un gran abrazo fraternal a todos.
EN EL FILO
Hay violetas marchitas en el filo,
en el borde aguzado donde una luz apenas.
Y el resto es todo oscuro como un invierno oscuro.
Apenas una luz, apenas un recuerdo,
una voz muy delgada que me dice “tú eres”,
una presencia antigua de risa inmotivada,
una ilusión de nardos que acompaña el deseo.
Pasó el tiempo y la lluvia enronqueció las risas.
Lágrimas no vertidas que se añaden
a mis lágrimas, voz madura ya,
y apenas una luz, un débil resplandor
de violetas marchitas en el filo.