Editorial Alaire

J. J. M. Ferreiro escribió:La tarde huele a oro quemado.
Una luz de miel se desliza sobre el fondo del ojo,
densa y cansada como la resina de los pinos.
En las playas, las venas y el costillar de la arena,
la ropa íntima de las dunas
vagamente se amortaja
como palpando la inquietud de un moribundo.

Las manos aparecen en un suceso repentino
y la piel sabe a flores amarillas.
Miro y no distingo;
son lo mismo las hojas muertas y los jardines de amanitas,
y esta voz que ya no es la mía.

Pongo una idea de cobre en la distancia
y pienso en toda esa transparencia
rodando desde el sol
durante millones de años
atravesando el caos del espacio
para caer sobre nuestros pechos temblorosos.

Es un momento que nos muestra el poder de las palabras en reducir al tiempo, y de ver como el tiempo en el espacio se reproduce.Una epifanía que en alguna forma abarca el valor emanante de todo evento trivial, o incierto, cerca o lejos, inconmensurable o insignificante como las hojas esas hojas muerta... "son lo mismo las hojas muertas y los jardines de amanitas,
y esta voz que ya no es la mía." El valor siendo poder presenciarlo, poder sentirlo. Me conmueve la belleza de tu tarde, abrazos, Ferreiro. ERA

J.J. creas una áurea atmósfera repleta de tonalidades a lo largo del poema, influyendo en la imaginación del lector, aportando profundidad al poema. Lo he disfrutado mucho compañero.

Un abrazo.

Sensible y vibrante querido amigo...
Preciosas imágenes...un gusto leerte...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias ERA, por abrir este tema con tan generosos e interesantes comentarios.

Un bico.

Me ha llegado tu poema, el lirismo del mismo al contemplar la vida a través de esa tarde. Me encantó.
Besos
Pilar

Hermoso y evocador poema de Ferreiro.

Israel Liñán escribió:J.J. creas una áurea atmósfera repleta de tonalidades a lo largo del poema, influyendo en la imaginación del lector, aportando profundidad al poema. Lo he disfrutado mucho compañero.

Un abrazo.

Gracias Israel, por tu paso y generosos comentarios. Son todo un honor querido amigo.

Un abrazo.

Lunamar Solano escribió:Sensible y vibrante querido amigo...
Preciosas imágenes...un gusto leerte...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Graciñas, lunamar, por tan entrañables comentarios.

Bicos.

Desde la inmensidad antigua al humanal vacío llega tu voz y el desaliento de unos versos temblorosos al agotado pecho que
reclama alguna inminente idea que te nutra y que nos salve.

un abrazo

J. J. M. Ferreiro escribió:La tarde huele a oro quemado.
Una luz de miel se desliza sobre el fondo del ojo,
espesa y cansada
como la resina en los pinos.

Allá, en la costa, las venas y el costillar de la playa,
la ropa íntima de la arena,
vagamente se amortaja
como la turbación de un moribundo.

Las manos aparecen en un suceso inesperado
y la piel sabe a flores amarillas.
Miro y no distingo;
son lo mismo las hojas muertas, el jardín de amanitas
y esta voz que ya no es la mía.

Pongo una idea roja en la distancia
y pienso en toda esa transparencia
cegadora, rodando desde el sol
durante millones de años,
atravesando el caos del espacio,
para colmar, fascinada, nuestros pechos temblorosos.

Me sigues sorprendiendo, amigo Ferreiro, y este "Oro quemado" es pura ambrosía poética, néctar, hidromiel de dioses nórdicos. Mi atronador aplauso hasta ese Asgard poético en el que te ubicas.

Un fuerte abrazo.

Estou tentado a invitarte a molla-los pés na praia un domingo pola mañá, pero, xa digo, só tentado. Para perde-la voz e poder senti-lo frío no peito. Ven cando queiras, quedamos?. Todo un festín pasea-las beiras das túas imaxes.
Bicos

Pilar Morte escribió:Me ha llegado tu poema, el lirismo del mismo al contemplar la vida a través de esa tarde. Me encantó.
Besos
Pilar

Gracias, Pilariña, por esta "lírica contemplación".

Un bico grande.

Un poema realmente evocador, las imágenes son bellas y sugerentes.
Me ha gustado mucho, Ferreiro.
Un abrazo

Bello cuadro entre dunas y olas..... para dejar de ser tú
Un abrazo
Maria