¡Flores para sanar!
Publicado: Mié, 23 Nov 2016 0:59
¡¡FLORES PARA SANAR!!
Yo tengo un jardín, con flores que dar,
aunque están en macetones y sobre baldosas
igual se posan mariposas que saben volar
dejando colores y aromas en mi andar.
Qué hacen estas flores
que piden más de mis manos
en la tierra mi energía
mi alegría en el umbral.
Yo tengo un jardín en el alma
porque florezco aún el frío
y porque sé que no es mío
es que las quiero dar.
Flores, almendros, cerezos
lluvias y una tierra negra
como una sustancia que engendra
la vida, así, al natural.
Soy la tierra misma, húmeda
mágica, creando raíces
que son solo para dar
el brote de vida como en navidad.
Quién nace en realidad
sino la divinidad
de mi Ser que quiere explorar
los mundos en la tierra y en el mar,
entre árboles, arbustos y el rosedal.
Quién nace en mi verdad
el amor, dorado como el sol
necesario como la sal
y tan perspicaz como mis fresias
que vinieron en mi para dar
un mundo de ensoñación
con aspiraciones de sanar.
Sanar las heridas viejas
que el tiempo va dejando
como incumplimiento
de un mandato fatal.-
Entonces por eso tengo un jardín
que se abandona a mis manos
y que son solo letras
que me abren los surcos
para sembrar
el murmullo de la piedad
la caricia y un minuto de soledad.
Soledad bien entendida
porque es para amar
los recursos de la vida
mirar con actitud de abundancia
y compartir las flores
los frutos que fluyen
de esta pluma
que se inspira
en el amor incondicional.-
Yo tengo un jardín, con flores que dar,
aunque están en macetones y sobre baldosas
igual se posan mariposas que saben volar
dejando colores y aromas en mi andar.
Qué hacen estas flores
que piden más de mis manos
en la tierra mi energía
mi alegría en el umbral.
Yo tengo un jardín en el alma
porque florezco aún el frío
y porque sé que no es mío
es que las quiero dar.
Flores, almendros, cerezos
lluvias y una tierra negra
como una sustancia que engendra
la vida, así, al natural.
Soy la tierra misma, húmeda
mágica, creando raíces
que son solo para dar
el brote de vida como en navidad.
Quién nace en realidad
sino la divinidad
de mi Ser que quiere explorar
los mundos en la tierra y en el mar,
entre árboles, arbustos y el rosedal.
Quién nace en mi verdad
el amor, dorado como el sol
necesario como la sal
y tan perspicaz como mis fresias
que vinieron en mi para dar
un mundo de ensoñación
con aspiraciones de sanar.
Sanar las heridas viejas
que el tiempo va dejando
como incumplimiento
de un mandato fatal.-
Entonces por eso tengo un jardín
que se abandona a mis manos
y que son solo letras
que me abren los surcos
para sembrar
el murmullo de la piedad
la caricia y un minuto de soledad.
Soledad bien entendida
porque es para amar
los recursos de la vida
mirar con actitud de abundancia
y compartir las flores
los frutos que fluyen
de esta pluma
que se inspira
en el amor incondicional.-