Editorial Alaire

Apretujé entre tus senos
una gota de lluvia,
la cárcel de nosotros, la memoria del agua
para siempre.

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

No me busques en los laberintos que desconoces,
enciende la calle que es nuestra
o dirige tus pasos hacia lo inconcebible
para que sea un músculo el deseo.

Viajas en la singladura de los libros,
te acercas a las fachadas rotas,
al cáliz de un dibujo que te llama.

Yo regreso al perfil de tu ausencia
como un ciervo sin fe
o un dromedario triste.

Me asedian los ejércitos de la juventud,
ah! de la noctámbula efigie del ayer,
los ojos bendecidos
por la lujuria alegre.

En la oscuridad brincan palomas
y suda el confín que alerta
a los viejos fetiches de la noche.

Tú vendrás aunque sea frágil el perdón,
¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?

A veces el mar te nombra,
su murmullo sacia los ecos
y escribe un himno sin gloria.

Te veré o me verás
con esa sed que ensimisma el destino
y seremos las hojas de un páramo
que reverdecen como un maquillaje
en los días o en las horas del recuerdo.

Ramón Carballal escribió:Apretujé entre tus senos
una gota de lluvia,
la cárcel de nosotros, la memoria del agua
para siempre.

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

No me busques en los laberintos que desconoces,
enciende la calle que es nuestra
o dirige tus pasos hacia lo inconcebible
para que sea un músculo el deseo.

Viajas en la singladura de los libros,
te acercas a las fachadas rotas,
al cáliz de un dibujo que te llama.

Yo regreso al perfil de tu ausencia
como un ciervo sin fe
o un dromedario triste.

Me asedian los ejércitos de la juventud,
ah! de la noctámbula efigie del ayer,
los ojos bendecidos
por la lujuria alegre.

En la oscuridad brincan palomas
y suda el confín que alerta
a los viejos fetiches de la noche.

Tú vendrás aunque sea frágil el perdón,
¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?

A veces el mar te nombra,
su murmullo sacia los ecos
y escribe un himno sin gloria.

Te veré o me verás
con esa sed que ensimisma el destino
y seremos las hojas de un páramo
que reverdecen como un maquillaje
en los días o en las horas del recuerdo.

Bella tu nostalgia intimista, me ha gustado leerte Poeta.
me quedo con estos:

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

Bellísimo, Ramón:

Lirismo puro en todos estos versos.

Enhorabuena, poeta
Abrazos
Ana

Grandioso, una joya literaria que merece figurar en la biblioteca Cervantes.

Ovación sostenida, amigo mío.

Brillante poema en el que mediante el recuerdo se espera la vuelta de la ausente. Versos preñados de nostalgia. Muy bello, Ramón. Mi aplauso.

Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Apretujé entre tus senos
una gota de lluvia,
la cárcel de nosotros, la memoria del agua
para siempre.

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

No me busques en los laberintos que desconoces,
enciende la calle que es nuestra
o dirige tus pasos hacia lo inconcebible
para que sea un músculo el deseo.

Viajas en la singladura de los libros,
te acercas a las fachadas rotas,
al cáliz de un dibujo que te llama.

Yo regreso al perfil de tu ausencia
como un ciervo sin fe
o un dromedario triste.

Me asedian los ejércitos de la juventud,
ah! de la noctámbula efigie del ayer,
los ojos bendecidos
por la lujuria alegre.

En la oscuridad brincan palomas
y suda el confín que alerta
a los viejos fetiches de la noche.

Tú vendrás aunque sea frágil el perdón,
¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?

A veces el mar te nombra,
su murmullo sacia los ecos
y escribe un himno sin gloria.

Te veré o me verás
con esa sed que ensimisma el destino
y seremos las hojas de un páramo
que reverdecen como un maquillaje
en los días o en las horas del recuerdo.

Un poema que nos deja dicho mucho sobre lo difícil que es ver detrás de las mascaras y el teatro intimista de nuestras vidas.

¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?



Excelente, Ramon. Un fuerte abrazo, ERA

Un buen poema Ramón que me ha gustado. Es pare releer y exprimirlo bien.
En una primera lectura siento una diferencia entre la primera parte del poema, genial, explosiva en las imágenes y la segunda; más lineal, con menos intensidad, menos sugerente a mi entender.
Voy a volver a él.
Un abrazo

Otra joya, Ramón. Poesía para disfrutar. Me encantó
Besos
Pilar

Mirta Elena Tessio escribió:

Ramón Carballal escribió:Apretujé entre tus senos
una gota de lluvia,
la cárcel de nosotros, la memoria del agua
para siempre.

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

No me busques en los laberintos que desconoces,
enciende la calle que es nuestra
o dirige tus pasos hacia lo inconcebible
para que sea un músculo el deseo.

Viajas en la singladura de los libros,
te acercas a las fachadas rotas,
al cáliz de un dibujo que te llama.

Yo regreso al perfil de tu ausencia
como un ciervo sin fe
o un dromedario triste.

Me asedian los ejércitos de la juventud,
ah! de la noctámbula efigie del ayer,
los ojos bendecidos
por la lujuria alegre.

En la oscuridad brincan palomas
y suda el confín que alerta
a los viejos fetiches de la noche.

Tú vendrás aunque sea frágil el perdón,
¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?

A veces el mar te nombra,
su murmullo sacia los ecos
y escribe un himno sin gloria.

Te veré o me verás
con esa sed que ensimisma el destino
y seremos las hojas de un páramo
que reverdecen como un maquillaje
en los días o en las horas del recuerdo.

Bella tu nostalgia intimista, me ha gustado leerte Poeta.
me quedo con estos:

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

Muchas gracias, Mirta. Un abrazo.

Ana Muela Sopeña escribió:Bellísimo, Ramón:

Lirismo puro en todos estos versos.

Enhorabuena, poeta
Abrazos
Ana

Mi agradecimiento, Ana, por tus palabras. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Grandioso, una joya literaria que merece figurar en la biblioteca Cervantes.

Ovación sostenida, amigo mío.

Gracias, Hallie. Siempre generosa. Un fuerte abrazo.

Ramón Castro Méndez escribió:Brillante poema en el que mediante el recuerdo se espera la vuelta de la ausente. Versos preñados de nostalgia. Muy bello, Ramón. Mi aplauso.

Un abrazo.

Muchas gracias, Ramón, por tu amable comentario. Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Carballal escribió:Apretujé entre tus senos
una gota de lluvia,
la cárcel de nosotros, la memoria del agua
para siempre.

Pero en ti la calidez era un signo,
amapolas bendecidas
por el sol de abril.

No me busques en los laberintos que desconoces,
enciende la calle que es nuestra
o dirige tus pasos hacia lo inconcebible
para que sea un músculo el deseo.

Viajas en la singladura de los libros,
te acercas a las fachadas rotas,
al cáliz de un dibujo que te llama.

Yo regreso al perfil de tu ausencia
como un ciervo sin fe
o un dromedario triste.

Me asedian los ejércitos de la juventud,
ah! de la noctámbula efigie del ayer,
los ojos bendecidos
por la lujuria alegre.

En la oscuridad brincan palomas
y suda el confín que alerta
a los viejos fetiches de la noche.

Tú vendrás aunque sea frágil el perdón,
¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?

A veces el mar te nombra,
su murmullo sacia los ecos
y escribe un himno sin gloria.

Te veré o me verás
con esa sed que ensimisma el destino
y seremos las hojas de un páramo
que reverdecen como un maquillaje
en los días o en las horas del recuerdo.

Un poema que nos deja dicho mucho sobre lo difícil que es ver detrás de las mascaras y el teatro intimista de nuestras vidas.

¿dejarás el maquillaje en tu oratorio
o cada poco enseñaras tu carne al azul,
a mí, a mi voz de ventrílocuo?



Excelente, Ramon. Un fuerte abrazo, ERA

Muchas gracias, ERA, por tus amables palabras. Besos.

Armilo Brotón escribió:Un buen poema Ramón que me ha gustado. Es pare releer y exprimirlo bien.
En una primera lectura siento una diferencia entre la primera parte del poema, genial, explosiva en las imágenes y la segunda; más lineal, con menos intensidad, menos sugerente a mi entender.
Voy a volver a él.
Un abrazo

Agradezco la sinceridad de tu comentario. El poema es equilibrio, si no lo he conseguido en éste es culpa mía. Valoro al opinión de los lectores, soy de los que piensan que solo se mejora desde la humildad. Un saludo cordial.

Pilar Morte escribió:Otra joya, Ramón. Poesía para disfrutar. Me encantó
Besos
Pilar

Gracias por tu generosidad, Pilar. Besos.