Editorial Alaire

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

Sara Castelar


Es un privilegio llegar a este hermoso poema el primero y recorrerlo y explorarlo en soledad. Me encantaría tener el mejor de los comentarios para estos versos que dibujan la actitud vital ante sí mismo y el hecho creador de la palabra, con ansiedad y pasión no exenta de sufridas experiencias como esa visión de la locura, ay, ¿cuando dije que la poesía es sueño?¿y cuando que el sueño es locura breve y la locura un sueño largo? Esto último no lo dije yo, pero lo leí en Schopenhauer y comparto la afirmación. Un poema de antología.
Salud.

Es aquí donde los vestigios se vuelven pergaminos con un camino tan latente, que el pulso acelera su compás en las vértebras. Verse en reflejos tan sumisos, convierte las ansias en infinitos trazos de sentir. Donde así acompañen nubes negras, la razón de las vivencias abre un panorama que vibra.

Debo admitir que más que un poema, es un eco que se siente mucho. De verdad que me ha encantado la escala del trama. Un gustazo leerte compañera.

Un trabajo impresionante Sara; mientras avanzaba con la lectura me acosó una sensación de vértigo y armonía lírica, de triple salto mortal hacia atrás!


Me quedo con el final enigmático y muy bien logrado.


Enhorabuena!!!


Hallie

[quote="S.Castelar"]


Tengo sólo una edad para cubrirme
una edad sola
y un reguero de otoños urdiendo el amarillo.

Hay una soledad que gira
un anillo piadoso con la altitud del verbo
la carcasa infinita de la culpa
que ostenta la belleza,
su puntiagudo borde.

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

La estancia, el corazón, la calle
se vuelven un sonido de maletas
una ruta angulosa de voces y martillos
un clavel entre vísceras.

Oh, cuánto amo la bestia
y tengo hambre y martirio
y un deseo lascivo de mieles y de partos.

Acojo un corazón entre los puños
y sufro de escritura,
sufro del mismo mal
que padece el llamado por la bestia
el que es aniquilado con la garra del signo.

Ésta es la hora del llanto
en la resurrección de la palabra,
lloro la exactitud
de la caricia en la frente del ciego
lloro la ilesa marca del zarpazo de un niño.

Ésta es la hora del pulso;
camino por la hiedra salvajemente húmeda
y el mar ha degollado las olas en mi vientre.
Ésta es la hora del pulso:
tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.

Discurro en los renglones de algún dios asexuado
y llevo una mujer que me acompaña.




...................................................................

No hay palabras. No las hay. Tremenda concepción de un talento exagerado.
A sus pies, señora poeta.
Entraré cuando se me pase la emoción, ahora no tengo palabras para tanta belleza.
Un fuerte abrazo.

Julio González Alonso escribió:La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

Sara Castelar


Es un privilegio llegar a este hermoso poema el primero y recorrerlo y explorarlo en soledad. Me encantaría tener el mejor de los comentarios para estos versos que dibujan la actitud vital ante sí mismo y el hecho creador de la palabra, con ansiedad y pasión no exenta de sufridas experiencias como esa visión de la locura, ay, ¿cuando dije que la poesía es sueño?¿y cuando que el sueño es locura breve y la locura un sueño largo? Esto último no lo dije yo, pero lo leí en Schopenhauer y comparto la afirmación. Un poema de antología.
Salud.

Muchas gracias Julio, po tooel cariño que siempre me dedicas, me alegro mucho quete gustara este pulso, el mismo que tenemos todos los que tratamos de hacer poesía.

Un abrazo enorme

Sara

S.Castelar escribió:


Tengo sólo una edad para cubrirme
una edad sola
y un reguero de otoños urdiendo el amarillo.

Hay una soledad que gira
un anillo piadoso con la altitud del verbo
la carcasa infinita de la culpa
que ostenta la belleza,
su puntiagudo borde.

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

La estancia, el corazón, la calle
se vuelven un sonido de maletas
una ruta angulosa de voces y martillos
un clavel entre vísceras.

Oh, cuánto amo la bestia
y tengo hambre y martirio
y un deseo lascivo de mieles y de partos.

Acojo un corazón entre los puños
y sufro de escritura,
sufro del mismo mal
que padece el llamado por la bestia
el que es aniquilado con la garra del signo.

Ésta es la hora del llanto
en la resurrección de la palabra,
lloro la exactitud
de la caricia en la frente del ciego
lloro la ilesa marca del zarpazo de un niño.

Ésta es la hora del pulso;
camino por la hiedra salvajemente húmeda
y el mar ha degollado las olas en mi vientre.
Ésta es la hora del pulso:
tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.

Discurro en los renglones de algún dios asexuado
y llevo una mujer que me acompaña.

tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.


Tu poema en su totalidad me sobrecoge. "La locura es tan sólo un instante precioso"
Imágenes poderosas las que viertes, querida Sara, su resonancia en las verdades de lo entrañable produce el sonido de lo que es y no es. Me maravilla tu capacidad poética y me conmueve.

Dereck Uzcátegui escribió:Es aquí donde los vestigios se vuelven pergaminos con un camino tan latente, que el pulso acelera su compás en las vértebras. Verse en reflejos tan sumisos, convierte las ansias en infinitos trazos de sentir. Donde así acompañen nubes negras, la razón de las vivencias abre un panorama que vibra.

Debo admitir que más que un poema, es un eco que se siente mucho. De verdad que me ha encantado la escala del trama. Un gustazo leerte compañera.

Gracias por tu visita y por leer, Dereck, me alegra que te hiciera sentir.

Una brazo

Sara

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un trabajo impresionante Sara; mientras avanzaba con la lectura me acosó una sensación de vértigo y armonía lírica, de triple salto mortal hacia atrás!


Me quedo con el final enigmático y muy bien logrado.


Enhorabuena!!!


Hallie

Muchas gracias Hallie, por tanta generosidad que siempre demuestras hacia mis textos.

Un abrazo

Sara

Rafel Calle escribió:

S.Castelar escribió:


Tengo sólo una edad para cubrirme
una edad sola
y un reguero de otoños urdiendo el amarillo.

Hay una soledad que gira
un anillo piadoso con la altitud del verbo
la carcasa infinita de la culpa
que ostenta la belleza,
su puntiagudo borde.

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

La estancia, el corazón, la calle
se vuelven un sonido de maletas
una ruta angulosa de voces y martillos
un clavel entre vísceras.

Oh, cuánto amo la bestia
y tengo hambre y martirio
y un deseo lascivo de mieles y de partos.

Acojo un corazón entre los puños
y sufro de escritura,
sufro del mismo mal
que padece el llamado por la bestia
el que es aniquilado con la garra del signo.

Ésta es la hora del llanto
en la resurrección de la palabra,
lloro la exactitud
de la caricia en la frente del ciego
lloro la ilesa marca del zarpazo de un niño.

Ésta es la hora del pulso;
camino por la hiedra salvajemente húmeda
y el mar ha degollado las olas en mi vientre.
Ésta es la hora del pulso:
tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.

Discurro en los renglones de algún dios asexuado
y llevo una mujer que me acompaña.




...................................................................

No hay palabras. No las hay. Tremenda concepción de un talento exagerado.
A sus pies, señora poeta.
Entraré cuando se me pase la emoción, ahora no tengo palabras para tanta belleza.
Un fuerte abrazo.

Bueno, otro al que echan sin remedio del sindicato de poetas...jejjee

Gracias por tan emotiva muestra, Rafael.

Un abrazo

Sara

E. R. Aristy escribió:

S.Castelar escribió:


Tengo sólo una edad para cubrirme
una edad sola
y un reguero de otoños urdiendo el amarillo.

Hay una soledad que gira
un anillo piadoso con la altitud del verbo
la carcasa infinita de la culpa
que ostenta la belleza,
su puntiagudo borde.

La locura es tan sólo un instante precioso
de una luz que es humana,
desesperadamente humana,
y contiene la forma del delito.

La estancia, el corazón, la calle
se vuelven un sonido de maletas
una ruta angulosa de voces y martillos
un clavel entre vísceras.

Oh, cuánto amo la bestia
y tengo hambre y martirio
y un deseo lascivo de mieles y de partos.

Acojo un corazón entre los puños
y sufro de escritura,
sufro del mismo mal
que padece el llamado por la bestia
el que es aniquilado con la garra del signo.

Ésta es la hora del llanto
en la resurrección de la palabra,
lloro la exactitud
de la caricia en la frente del ciego
lloro la ilesa marca del zarpazo de un niño.

Ésta es la hora del pulso;
camino por la hiedra salvajemente húmeda
y el mar ha degollado las olas en mi vientre.
Ésta es la hora del pulso:
tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.

Discurro en los renglones de algún dios asexuado
y llevo una mujer que me acompaña.

tan sólo sobrevive la razón
de lo que no pudiendo ser palabra
se suicida en mis labios.


Tu poema en su totalidad me sobrecoge. "La locura es tan sólo un instante precioso"
Imágenes poderosas las que viertes, querida Sara, su resonancia en las verdades de lo entrañable produce el sonido de lo que es y no es. Me maravilla tu capacidad poética y me conmueve.

Muchas gracias Era, es un gran cumplido éste que me dejas, supongo que si uno logra conmover ya tiene ahí la recompensa a todo.

Un abrazo enorme

Sara

Los pulsos revelan siempre la vida, mucha vida, tanta vida. El tuyo esclarece siempre tu condición de poeta purísima, en quien los conceptos y el lenguaje se adelgazan de la mano para mostrar un mundo que nos enamora a lo pobres. Hoy me gustaría estar menos espeso para decirte cuánta seducción hay en tu voz poética, encontrar la palabra exacta que merece tu poema, así que no descarto volver sobre él para decirte mejor cuánto amo tus versos. Mientras tanto, recibe un mensaje de admiración y vasallaje. Y un beso.

Un poema lleno de fuerza. Cada palabra está impregnada de carisma, pasión por la vida y por el amor.

Y es que las fuerzas más intensas son las que conforman los mejores poemas como éste.

Felicidades, Sara
Un beso
Ana

Valentin Martin escribió:Los pulsos revelan siempre la vida, mucha vida, tanta vida. El tuyo esclarece siempre tu condición de poeta purísima, en quien los conceptos y el lenguaje se adelgazan de la mano para mostrar un mundo que nos enamora a lo pobres. Hoy me gustaría estar menos espeso para decirte cuánta seducción hay en tu voz poética, encontrar la palabra exacta que merece tu poema, así que no descarto volver sobre él para decirte mejor cuánto amo tus versos. Mientras tanto, recibe un mensaje de admiración y vasallaje. Y un beso.

Querido Valentín, siempre me dejas desarmada, no sé ni qué responderte ante todo esa generosidad que siempre me demuestras. Pero es que tú eres igual de especial como lector que como escribidor y en ambas facetas conquistas el corazón.

Un besote grande

Sara

Resulta una experiencia agustiosa pero, al mismo tiempo,
de sorprendentes descubrimientos estéticos, leerte.
El tema, muy íntimo por cierto, que trasmite verdad eterna,
y la forma pulcra que logras con la polimetría bien distribuida,
hacen de la lectura un placer.

Saludos.
Óscar