Editorial Alaire

Con todo mi cariño para todas las personas que hemos perdido por el cáncer
y los que luchan contra él.

El gris que cubre lo anodino.

Destemplado el simple roce de la mañana, como escarcha fría, como bandido de esquinas,
como la soledad paseando las terrazas, sin miedo.

El hálito del sol que renegado no luce,
tanta conexión que no hay suspiros, las plantas habladas en la distancia, ocaso del cariño.

El blanco, y el sol en su cresta creciente, que permitirá, tal vez,
el hechizo mágico de la luna.

Se recoge la tarde al escudo de brasero,
donde las ilusiones crepitan pintando de verde las bienvenidas.

En el viaje de los círculos, esferas proclamas, rezos, fuerza, confesiones y hermandad vivida.

Puentes, desde la nostalgia hasta la brisa,
que enmudece, el paso atenuado del río empeñado en la calma.

Caída escuálida de un poema, que entona los latidos del amor divino.

Excepcional, Curra:

Un poema necesario. Hermandad, afectividad, ayuda mutua. Todo es poco. A veces es el cáncer el que une a familias enteras. Actúa como un despertador de conciencias. Por supuesto, no quiero decir que sea positivo. Pero sí es cierto que muchas enfermedades tienen un propósito más allá de lo terrible. Un propósito espiritual.

Tu lenguaje cada vez es más preciso, hondo, bello y personal. Sigilosamente te adentras en las profundidades de la vida, el amor, la muerte y todo lo que rodea al misterio.

Un abrazo grande
Felicitaciones, poeta
Ana

Ana mi vida creo que me miras con muy buenos ojos
En cualquier caso en un honor

TQ

Curra

Pues no, Curra, yo comento los poemas libremente. Ni buenos ojos, ni malos ojos. Yo leo el poema. Cuando el poema me gusta mucho lo digo.

Este tuyo ha resultado así. Me ha encantado desde el principio.

Un fuerte abrazo
Ana

Por sobre el gris y lo anodino refulge tu palabra, tu sentir que nos une.
Un abrazo, Curra

Hermoso trabajo Curra.

curra anguiano escribió:Con todo mi cariño para todas las personas que hemos perdido por el cáncer
y los que luchan contra él.

El gris que cubre lo anodino.

Destemplado el simple roce de la mañana, como escarcha fría, como bandido de esquinas,
como la soledad paseando las terrazas, sin miedo.

El hálito del sol que renegado no luce,
tanta conexión que no hay suspiros, las plantas habladas en la distancia, ocaso del cariño.

El blanco, y el sol en su cresta creciente, que permitirá, tal vez,
el hechizo mágico de la luna.

Se recoge la tarde al escudo de brasero,
donde las ilusiones crepitan pintando de verde las bienvenidas.

En el viaje de los círculos, esferas proclamas, rezos, fuerza, confesiones y hermandad vivida.

Puentes, desde la nostalgia hasta la brisa,
que enmudece, el paso atenuado del río empeñado en la calma.

Caída escuálida de un poema, que entona los latidos del amor divino.

Cuando uno se enfrenta ante su propia mortalidad, algo que he vivido con el cancer de la mama, elegir cubrirse de amor en el mas desnudo, vulnerable momento, es elegir a Dios. Que bello y profundo poema nos compartes, Curra! Desde esa percepción enriquecida por valores eternos es que nos habla tu poema. Un fuerte abrazo, ERA

La fuerza del poema se deja sentir y presentir por los adentros. Un exposición muy digna para resaltar ese mal que tanto
asusta y desplanifica en la vida de quien dispone evitarlo y se atreve a ello con gran esfuerzo y sacrificio.

un abrazo