Pessoa. Libro del Desasosiego
- Pablo Ibáñez
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Pessoa. Libro del Desasosiego
Si algún día me sucediese que, con una vida firmemente segura, pudiera escribir libremente y publicar, sé que tendré nostalgia de esta vida insegura en que apenas escribo y no publico. Tendré nostalgia, no sólo porque esa vida vulgar es pasado y vida que ya no tendré, sino porque hay en cada especie de vida una cualidad propia y un placer peculiar, y cuando se pasa a otra vida, aunque sea mejor, ese placer peculiar es menos feliz, esa cualidad propia es menos buena, dejan de existir, y hay una falta.
Si algún día me sucediese que consiguiera llevar al buen calvario la cruz de mi intención, encontraré un calvario en ese buen calvario, y tendré nostalgia de cuando era fútil, vulgar e imperfecto. Seré menos de cualquier manera.
Tengo sueño. El día ha sido pesado de trabajo absurdo en la oficina casi desierta. Dos empleados están enfermos y los otros no están aquí. Estoy solo, salvo el mozo lejano. Tengo nostalgia de la hipótesis de tener un día de nostalgia, y aun así absurda.
Casi pido a los dioses que haya que me guarden aquí, como en un cofre, defendiéndome de las amarguras y también de las felicidades de la vida.
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Re: Pessoa. Libro del Desasosiego
Ver es más que abrir los ojos y apuntar nuestras angustias. Es más que calibrar las agujas del pecho a la rutina.
( http://lascosasdelmonje.blogspot.com/ )
- Ventura Morón
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Re: Pessoa. Libro del Desasosiego
- F. Enrique
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Re: Pessoa. Libro del Desasosiego
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que de veras siente.
Y quienes leen lo que escribe,
sienten, en el dolor leído,
no los dos que el poeta vive
sino aquél que no han tenido.
Y así va por su camino,
distrayendo a la razón,
ese tren sin real destino
que se llama corazón.
Desconfío de la felicidad tanto como Pessoa, las pocas veces que la he conocido presagiaba negros nubarrones que me dejaban perdido entre la lluvia. He aquí que nuestro insigne poeta se viste de sí mismo para hablarnos de cruces y calvarios, crear heterónimos era una forma de intentar escapar de su propio desasosiego, de su vida de autor anónimo al que incluso la grandeza de Unamuno le negaba la correspondencia. Yo me inventaba amantes para llenar un vacío porque pronto supe que el amor verdadero tiene demasiadas espinas. No me acuerdo del nombre de las mujeres que no amé.
Una gran aportación, Pablo. El mejor Pessoa es siempre fascinante con su tristeza a cuestas.
Un abrazo.
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)