Editorial Alaire

Guillermo Cuesta escribió:Un frío peligroso

La palma de mi mano tocó la displicencia de la tuya.
Había frío en la memoria, tanto
que ni el recuerdo hacía de abrigo
para despreocuparse.
Fluctuaba la amistad, la confianza huía.
Colgaba un falso son en una posición desesperada.
La tendencia de recapacitar estaba en quiebra
sin que una mediación se hiciera fuerte
para alternar con tiento y con mesura.
Contigo desconecto y abro campo
hasta que la beligerancia tire el al guante.

Guillermo Cuesta escribió:Un frío peligroso

La palma de mi mano tocó la displicencia de la tuya.
Había frío en la memoria, tanto
que ni el recuerdo hacía de abrigo
para despreocuparse.
Fluctuaba la amistad, la confianza huía.
Colgaba un falso son en una posición desesperada.
La tendencia de recapacitar estaba en quiebra
sin que una mediación se hiciera fuerte
para alternar con tiento y con mesura.
Contigo desconecto y abro campo
hasta que la beligerancia tire el al guante.

Rafael Zambrano Vargas escribió:para alternar con tiento y con mesura.
Contigo desconecto y abro campo
hasta que la beligerancia tire el al guante.
Cuanto más alto subes
más dura es la caída.


Creí que era una soneto, Guillermo, pero te salió tan bonito,
que nada tiene que envidiar al monstruo de las catorce gemas.

Te envío un abrazo

Rafael

Ramón Castro Méndez escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Un frío peligroso

La palma de mi mano tocó la displicencia de la tuya.
Había frío en la memoria, tanto
que ni el recuerdo hacía de abrigo
para despreocuparse.
Fluctuaba la amistad, la confianza huía.
Colgaba un falso son en una posición desesperada.
La tendencia de recapacitar estaba en quiebra
sin que una mediación se hiciera fuerte
para alternar con tiento y con mesura.
Contigo desconecto y abro campo
hasta que la beligerancia tire el al guante.

Interesante y buen poema. Observo distanciamiento pese a ese intento de alternar con tiento y con mesura. Me ha gustado.

Un abrazo.

Mirta Elena Tessio escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Un frío peligroso

La palma de mi mano tocó la displicencia de la tuya.
Había frío en la memoria, tanto
que ni el recuerdo hacía de abrigo
para despreocuparse.
Fluctuaba la amistad, la confianza huía.
Colgaba un falso son en una posición desesperada.
La tendencia de recapacitar estaba en quiebra
sin que una mediación se hiciera fuerte
para alternar con tiento y con mesura.
Contigo desconecto y abro campo
hasta que la beligerancia tire el al guante.

Hola Guillermo, a veces se aloja en nuestro recuerdo el invierno, donde algo dejó una mella que enfría tus manos.Y si, es un frío peligroso hasta que lo reconozcamos como lo que pasó y se tiene que ir.

Un abrazo calentito.-

Pilar Morte escribió:Difícil olvidar cuando la memoria se hace frío y tiembla. Un poema precioso
Besos
Pilar

Carmen Pla escribió:Todo tiene un tiempo en la vida, lo que se queda pendiente corre riesgo y peligra.
Un placer leerte, Guillermo
Abrazos