OoO
Publicado: Mar, 11 Oct 2016 12:40
Ahumar la luz al respirar, como si fuese un ojo no forjado.
Caerse sin sentirlo, no nombrar lo que sucede. Saberlo
a horcajadas de un fuego sin origen
mientras se quema la boca y la lengua se salva
removiendo la oscuridad, la simple ola
que se descubre remotando - cansancio tras cansancio -
un cuerpo que no sabe tenderse porque el lugar se apaga
con su suelo, su cielo, sus terrones de agua comprimida.
No decir después para que ninguna línea se desplome,
para que nadie muera de sí mismo;
morder una piedra y no poder decir si es ella la que sangra
o es el diente quebrado
o es la imagen que el dolor aproxima al universo.
Pero basta, basta, basta
de mímica. El sonido de los gestos es implacable,
su permanencia tartamuda, su densidad intermitente,
su oblicuo rechazo alrededor de la presencia,
como un cero que se calca y se estrangula por la mitad de los sentidos.
Caerse sin sentirlo, no nombrar lo que sucede. Saberlo
a horcajadas de un fuego sin origen
mientras se quema la boca y la lengua se salva
removiendo la oscuridad, la simple ola
que se descubre remotando - cansancio tras cansancio -
un cuerpo que no sabe tenderse porque el lugar se apaga
con su suelo, su cielo, sus terrones de agua comprimida.
No decir después para que ninguna línea se desplome,
para que nadie muera de sí mismo;
morder una piedra y no poder decir si es ella la que sangra
o es el diente quebrado
o es la imagen que el dolor aproxima al universo.
Pero basta, basta, basta
de mímica. El sonido de los gestos es implacable,
su permanencia tartamuda, su densidad intermitente,
su oblicuo rechazo alrededor de la presencia,
como un cero que se calca y se estrangula por la mitad de los sentidos.