Editorial Alaire

(Hay un límite para todo, y todo el veneno de cuanto no aceptamos)

La laguna se muestra hoy destejada,
también su forma espontánea de su huella fresca.
- Y él - asiduo, experto en concederme sus momentos,
surge del ocaso y de su gran pasado;
como una barca aislada centelleando fugaces reflejos.

En la blanda luz de luna parece más vivo
cuando alza callado el azul negruzco cielo,
y su voz- masculina -a través de sus acordes
navega en dirección a mí.

Llamativo brillo pujante retenido,
soltando chispas, pegado y vigente
con su sensible lugar que me agita,
con los mismos ojos de laguna
robándome el horizonte.

Mirándonos en el fuego, en los leños secos,
en los días tibios - desterrados los dos como locos -
para volvernos a encoger, a solazarnos en los rigores del otoño,
con las voces vernáculas que se hacen eco en nuestros roces.

La intensa luz meridiana colmando los sentidos
en la cama contra el fuego,
echando goces contra el frío.

- Tú - eres el poeta - encubiertamente feliz
donde todo es poco y jugar es mucho,
como las leves sombras surgidas de la noche
y los románticos descubrimientos que exige el amor.

Además, es una suerte que exista la huida,
esa eterna huida de uno mismo;
donde crece la vid y un tímido azul irreal,
donde comienza y termina con asombro un verso
de nervaduras de cristal y orlas de bordes gestando,
aunque se planten orquídeas de vez en cuando
con la voz sorda, victima de las prisiones del alma,
desprovista de un billete para viajar por las calles vecinas de risas,
sin equipaje, sin todos los recuerdos de la pluma.

No digo mucho (al menos a mi me lo parece )
pero me alegro de haberlo escrito,
y que sus ojos se extiendan en la tarde más allá de sus metas,
que pueda abrir nuevas extensiones, más íntimas y dulces,
en todas las póstumas poesías perdiéndome en su céfiro sueño,
adornando láminas, regresando al curioso andar nocturno del otoño
con nitidez y claridad, ante la agonía del estío como el extinguirse y morir.

Y, ¿entonces qué?:
Entonces se acabarán las noches en el lago y surgirán nuevas estrellas,
inclinándome hacía él, y hacía nuevas perspectivas para el equipaje,
que he vuelto a vaciar en esta ocasión tardía.

Me ha gustado recorrer esta noche de otoño a través de tus inspirados versos. Mi felicitación y un abrazo.

Sublime la belleza de estos versos. Tu poema, Carmen, me ha encandilado. Mi enhorabuena y atronadora ovación.

Abrazos.

Ramón Carballal escribió:Me ha gustado recorrer esta noche de otoño a través de tus inspirados versos. Mi felicitación y un abrazo.

Gracias, Ramón, me alegra tu presencia y tus amables y gratas palabras.
Un gran abrazo

Un gran poema, Carmen. Me gusta su belleza, su fuerza e intensidad.
Un placer leerte.
Abrazos.

Ramón Castro Méndez escribió:Sublime la belleza de estos versos. Tu poema, Carmen, me ha encandilado. Mi enhorabuena y atronadora ovación.

Abrazos.

Me alegra mucho, Ramón.

Gracias!!!

Tienes una voz poética singular, única, Carmen:

Solo puedo disfrutar y decirte que me ha gustado mucho.

Cada verso está trabajado con esmero y el tono del poema va creciendo hasta llegar a un final perfecto.

Aplausos a montones
Besos
Ana

Además, es una suerte que exista la huida,
esa eterna huida de uno mismo;
donde crece la vid y un tímido azul irreal,
donde comienza y termina con asombro un verso
de nervaduras de cristal y orlas de bordes gestando,
aunque se planten orquídeas de vez en cuando
con la voz sorda, victima de las prisiones del alma,
desprovista de un billete para viajar por las calles vecinas de risas,
sin equipaje, sin todos los recuerdos de la pluma.

Tan pequeños nos hacemos Carmen, ante el paisaje mismo, ante la vida misma. Es un poema estremecedor, hermoso en su intima huida. Anhelante, profundo del querer.

Me ha encantado, y que bueno es leerte.

Mi abrazo con admiración.

Carmen Pla escribió:(Hay un límite para todo, y todo el veneno de cuanto no aceptamos)

La laguna se muestra hoy destejada,
también su forma espontánea de su huella fresca
- y él - asiduo, experto en concederme sus momentos,
surge del ocaso y de su gran pasado
como una barca aislada centelleando fugaces reflejos.

En la blanda luz de luna parece más vivo
cuando alza callado el azul negruzco cielo,
y su voz- masculina -a través de sus acordes
navega en dirección a mi.

Llamativo brillo pujante retenido,
soltando chispas, pegado y vigente
con su sensible lugar que me agita,
con los mismos ojos de laguna
robándome el horizonte.

Mirándonos en el fuego, en los leños secos,
en los días tibios,- desterrados los dos como locos -
para volvernos a encoger, a solazarnos en los rigores del otoño,
con las voces vernáculas que se hacen eco en nuestros roces.

La intensa luz meridiana colmando los sentidos
en la cama contra el fuego,
echando goces contra el frío.

- Tú - eres el poeta - encubiertamente feliz
donde todo es poco y jugar es mucho,
como las leves sombras surgidas de la noche
y los románticos descubrimientos que exige el amor.

Además, es una suerte que exista la huida,
esa eterna huida de uno mismo;
donde crece la vid y un tímido azul irreal,
donde comienza y termina con asombro un verso
de nervaduras de cristal y orlas de bordes gestando,
aunque se planten orquídeas de vez en cuando
con la voz sorda, victima de las prisiones del alma,
desprovista de un billete para viajar por las calles vecinas de risas,
sin equipaje, sin todos los recuerdos de la pluma.

No digo mucho (al menos a mi me lo parece )
pero me alegro de haberlo escrito,
y que sus ojos se extiendan en la tarde más allá de sus metas,
que pueda abrir nuevas extensiones, más íntimas y dulces,
en todas las póstumas poesías perdiéndome en su céfiro sueño,
adornando láminas, regresando al curioso andar nocturno del otoño
con nitidez y claridad, ante la agonía del estío como el extinguirse y morir.

Y, ¿entonces qué?:
Entonces se acabarán las noches en el lago y surgirán nuevas estrellas,
inclinándome hacía él, y hacía nuevas perspectivas para el equipaje,
que he vuelto a vaciar en esta ocasión tardía.

He disfrutado tu poema Carmen hay muchas cosas bellas en él.
Un abrazo.-

Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Un gran poema, Carmen. Me gusta su belleza, su fuerza e intensidad.
Un placer leerte.
Abrazos.

Gracias, Miguel Ángel, un placer recibir tus bellas palabras.
Abrazo

Ana Muela Sopeña escribió:Tienes una voz poética singular, única, Carmen:

Solo puedo disfrutar y decirte que me ha gustado mucho.

Cada verso está trabajado con esmero y el tono del poema va creciendo hasta llegar a un final perfecto.

Aplausos a montones
Besos
Ana

Me alegra mucho recibir tus gratificantes palabras, una motivación que agradezco mucho y más viniendo de ti, eres una gran poeta a la que admiro mucho.
Besos, Ana y muchas gracias.

Una noche de otoño escondida en unos versos cautivadores.

Me ha encantado.

Un beso.

Just Gafar escribió:Además, es una suerte que exista la huida,
esa eterna huida de uno mismo;
donde crece la vid y un tímido azul irreal,
donde comienza y termina con asombro un verso
de nervaduras de cristal y orlas de bordes gestando,
aunque se planten orquídeas de vez en cuando
con la voz sorda, victima de las prisiones del alma,
desprovista de un billete para viajar por las calles vecinas de risas,
sin equipaje, sin todos los recuerdos de la pluma.

Tan pequeños nos hacemos Carmen, ante el paisaje mismo, ante la vida misma. Es un poema estremecedor, hermoso en su intima huida. Anhelante, profundo del querer.

Me ha encantado, y que bueno es leerte.

Mi abrazo con admiración.

Comparados con la inmensidad somos más que minúsculos, Just, quizá por eso necesitemos una válvula de escape de vez en cuando.
Agradezco mucho tus palabras y tu lectura.
También admiro tus versos, ¡ qué suerte que exista la poesía!
Abrazos.

Mirta Elena Tessio escribió:

Carmen Pla escribió:(Hay un límite para todo, y todo el veneno de cuanto no aceptamos)

La laguna se muestra hoy destejada,
también su forma espontánea de su huella fresca
- y él - asiduo, experto en concederme sus momentos,
surge del ocaso y de su gran pasado
como una barca aislada centelleando fugaces reflejos.

En la blanda luz de luna parece más vivo
cuando alza callado el azul negruzco cielo,
y su voz- masculina -a través de sus acordes
navega en dirección a mi.

Llamativo brillo pujante retenido,
soltando chispas, pegado y vigente
con su sensible lugar que me agita,
con los mismos ojos de laguna
robándome el horizonte.

Mirándonos en el fuego, en los leños secos,
en los días tibios,- desterrados los dos como locos -
para volvernos a encoger, a solazarnos en los rigores del otoño,
con las voces vernáculas que se hacen eco en nuestros roces.

La intensa luz meridiana colmando los sentidos
en la cama contra el fuego,
echando goces contra el frío.

- Tú - eres el poeta - encubiertamente feliz
donde todo es poco y jugar es mucho,
como las leves sombras surgidas de la noche
y los románticos descubrimientos que exige el amor.

Además, es una suerte que exista la huida,
esa eterna huida de uno mismo;
donde crece la vid y un tímido azul irreal,
donde comienza y termina con asombro un verso
de nervaduras de cristal y orlas de bordes gestando,
aunque se planten orquídeas de vez en cuando
con la voz sorda, victima de las prisiones del alma,
desprovista de un billete para viajar por las calles vecinas de risas,
sin equipaje, sin todos los recuerdos de la pluma.

No digo mucho (al menos a mi me lo parece )
pero me alegro de haberlo escrito,
y que sus ojos se extiendan en la tarde más allá de sus metas,
que pueda abrir nuevas extensiones, más íntimas y dulces,
en todas las póstumas poesías perdiéndome en su céfiro sueño,
adornando láminas, regresando al curioso andar nocturno del otoño
con nitidez y claridad, ante la agonía del estío como el extinguirse y morir.

Y, ¿entonces qué?:
Entonces se acabarán las noches en el lago y surgirán nuevas estrellas,
inclinándome hacía él, y hacía nuevas perspectivas para el equipaje,
que he vuelto a vaciar en esta ocasión tardía.

He disfrutado tu poema Carmen hay muchas cosas bellas en él.
Un abrazo.-

Gracias, Mirta, me gusta que te guste el poema.
Un abrazo

Alejandro Costa escribió:Una noche de otoño escondida en unos versos cautivadores.

Me ha encantado.

Un beso.

Gracias, Alejandro.
Agradezco que me leas y aún más tus amables palabras.
Beso