Editorial Alaire

Todas las manos tienen
una deuda pendiente con el mundo.

Una deuda que asuma las distancias
oxidadas y grises de todas las cadenas
que sin romper partieron a encadenar olvidos.

Y queda en cada hombre
un poso de indolencia por la vida,
-malherido y culpable-
de gestos que pensamos y no hicimos,
de aquellas intenciones que no se consumaron
en el preciso entramado
de los hechos precisos.

Y se nos murieron
millones de minutos –cobardes-
en las manos huecas de los desfiladeros
abiertamente vacíos de esperanza,
desperdiciados, oscurecidos, yermos.

Y es que sólo los propósitos no bastan
para apaciguarnos las conciencias,
ni siquiera los buenos deseos
son armas para el duelo
si no llegan a empuñarse
-banderas fehacientes-
contra la indiferencia.

Hay como mínimo dos mundos
-si no miles-
diametralmente hirientes y enfrentados;
el de quienes rebosan desprecios de abundancia
y el de quienes rebuscan famélicas miserias,
y ni unos ni otros son
química pura.

Como auténticos cobardes
sólo supimos callar tanta ignominia.
¡Callemos! –nos dijimos-
en tanto no seamos nosotros esas víctimas
¡callemos!
para seguir viviendo mansamente.

Y atrás – latentes- se nos fueron quedando
sin un rasguño apenas
todas las afrentas, todos los desmanes, todas las injusticias, todos los desprecios.

Y a todas las palabras
-como a frágil cometa irrelevante-
acabó por hurtárnoslas el viento
dejándonos desnudo y malherido
el fango de Utopía.

Todas las manos tienen
una deuda pendiente con el mundo.

Un bellísimo poema de compromiso Santiago, los versos que abren y cierran el poema son para llevárselos y hacerlos lema perpetuo en nuestra vida.

Todas las manos tienen
una deuda pendiente con el mundo.

Un verdadero placer leerte.

Abrazos

Sara

Santiago,

tiene tu poema-grito, un moverse por la dialéctica constante que nos encadena la voluntad, en nuestro doble rol, de individuo y sociedad............una autocrítica acerada, plena de lirismo y de tristeza....esa frustración constante, al comprobar los ciclos, repetirse

Y se nos murieron
millones de minutos –cobardes-

............porque, contninuamos dejándoles morir....dejando morir al tiempo, y desangrarse el camino de los hombres

has tocado esa cuerda de violín, que tan recóndita, queremos guardar, sin escucharla

un beso.............Pilar

Precioso poema, querido amigo, que ha sido un placer leerte.
Se nota el tino del autor en esos polimétricos blancos.
Te deseo unas felices Fiestas y un próspero 2008.
Recibe un fuerte abrazo.

A veces -muy pocas- la filosofía se viste de poesía... y creo que este raro hecho se ha consumado en tus hermosos y profundos versos.
Mi enhorabuena Santiago.
Un abrazo
J. Manuel

Es uno de los trabajos poéticos, el de ser mazo en los muros de la conciencia.

Un fuerte abrazo, querido amigo.

Gracias Sara por la cálida sentencia de tu comentario. Siempre hay un compromiso pendiente de unas manos que lo puedan y quieran llevar a cabo; aunque, casi siempre, calmemos nuestra conciencia con la evocación obligada de los momentos concretos. Como las fechas que se nos aproximan, navideñas y de buenos deseos, pero muchas veces son vanos, egoistas e intrascendentes.

Tenía pensado escribir un poema a la Navidad y, mira por dónde, lo único que he llegado a parir es una idea de compromiso para erradicar lo vanal y asir de verdad los acontecimientos con las manos.
¡Ingenuos poetas!, utópicos humanos.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega

Y es que sólo los propósitos no bastan
para apaciguarnos las conciencias,
ni siquiera los buenos deseos
son armas para el duelo
si no llegan a empuñarse
-banderas fehacientes-
contra la indiferencia.


Y no va más, sino el aplauso caluroso y sincero por arropar un tema tan necesario y difícil de tratar con la palabra acertada y la forma tan exquisitamente trabajada en su armonía.

Salud.

Querida Pilar me alegra como siempre tu paso por mis versos. Y agradezco también tu comentario hermoso y alentador. Llamas poema-grito a mi trabajo, y me resulta hermoso, aunque no quise gritar , susurrar acaso, susurrarme, susurrarnos si fuera posible que tenemos tiempo todavía para asir con nuestras propias manos el tiempo de indiferencia sobre algunas crueles realidades que nos deberían amargar estas fiestas "tan entrañables", y sin embargo seguimos brindando al sol de nuestros pomposos "espíritus navideños".

Gracias por tu paciencia.

Un abrazo amiga.

Santiago Redondo Vega

Santiago,

tu "susurro"..............deja atónito al silencio

Pilar

Un gusto estar, en tus versos hermosos y especiales.
Abrazos

Me encanta los últimos versos
Todas las manos tienen
una deuda pendiente con el mundo
Interesante y revelador el poema, más ahora cuando nos envolvemos en individualidad
Creo que tenemos una deuda pendiente con nosotros mismos, reconstruirnos, y en esa reconstrucción comprenderemos que es preciso abrirse y cooperar con el mundo.

Gracias Rafael por tu paso por mis versos y por tus hermosas palabras.

Aprovecho para devolverte esos buenos deseos de Paz en estas fiestas y de Prosperidad para el Año Nuevo.

Un fuerte abrazo.

Santiago Redondo Vega

Gracias J.Manuel (TXOPO) por tu paso por mis versos y por tu gratificante comentario. Aunque creo que exageras la calidad del mismo para conmigo, si de verdad traslucen mis versos alguna filosofía, seguro que es la categoría de tu conocimiento que sabe trascender lo simple.

Un abrazo.

Santiago Redondo Vega

Me gustó este poema que releí varias veces. No es simple, como dices en tu respuesta a TXOPO. Cada estrofa tiene su profundidad y su lirismo. Entre todas, por destacar alguna, cito la siguiente

Hay como mínimo dos mundos
-si no miles-
diametralmente hirientes y enfrentados;
el de quienes rebosan desprecios de abundancia
y el de quienes rebuscan famélicas miserias,
y ni unos ni otros son
química pura.

No hay simpleza, no. Hay una poesía de hondo calado.

Un abrazo.