Lunario
Publicado: Vie, 07 Oct 2016 3:29
I
Nacemos sin nada, míseros!
confundidos con la oscuridad,
saliendo del abismo ceniciento
que nos golpea en la espalda,
mientras el crepúsculo cae desnudo
como un tierno amante silencioso.
Porque nada somos,
sino ceniza vagabunda
soplada por el anciano viento,
porque todas las sombras
nacen y perecen en nosotros,
como una luna negra arrojada al infinito.
II
Se abrió una puerta que nos iluminó el rostro,
era una costilla de color río nocturno,
pudimos ver los primeros árboles,
los primeros pájaros salvajes
que nos devoraron las estaciones internas,
porque todo se ve más claro
cuando se va llenando la copa triste del cielo.
Orbitamos en ella
como ella en nosotros hacia la muerte,
nos amamos desde el novilunio
que solo sabe ocultar sus llagas
y su sonrisa de cuarzo,
ya ves, en el fondo nos parecemos tanto,
que podríamos eclipsar nuestros corazones,
mover las mareas de la sangre
y enamorar gatos curiosos.
III
Todo se ha calcinado,
no podemos ver la penumbra,
no podemos vernos nosotros mismos!
nos habrá dejado el cuerpo?
la luz redondea el silencio,
se mueve lentamente en el rocío
y en la paz que humedece el espacio,
la luz de la muerte ha venido,
dejó en blanco las hojas,
enlutó las espaldas de las golondrinas,
mientras continúa con su ciclo revelador
dando a luz más luz al mundo ciego,
mostrándonos quienes somos realmente,
quedándose eternamente
con nuestras máscaras.
IV
Queríamos renacer como tú
todas las vidas,
antes de apagarnos enséñanos tu secreto,
antes de menguar te enseñaremos a morir.
No volveremos a vernos más,
escribiré tu epitafio en una estrella,
tú ocúpate de que nunca más
sepan nuestros nombres,
porque no podemos renacer como tú
y no podemos enseñarte a morir
porque lo haces todo el tiempo,
sigamos lejanos lo que nos queda,
seguiremos solo susurrándonos
hasta que se esconda tu brillo.
Nacemos sin nada, míseros!
confundidos con la oscuridad,
saliendo del abismo ceniciento
que nos golpea en la espalda,
mientras el crepúsculo cae desnudo
como un tierno amante silencioso.
Porque nada somos,
sino ceniza vagabunda
soplada por el anciano viento,
porque todas las sombras
nacen y perecen en nosotros,
como una luna negra arrojada al infinito.
II
Se abrió una puerta que nos iluminó el rostro,
era una costilla de color río nocturno,
pudimos ver los primeros árboles,
los primeros pájaros salvajes
que nos devoraron las estaciones internas,
porque todo se ve más claro
cuando se va llenando la copa triste del cielo.
Orbitamos en ella
como ella en nosotros hacia la muerte,
nos amamos desde el novilunio
que solo sabe ocultar sus llagas
y su sonrisa de cuarzo,
ya ves, en el fondo nos parecemos tanto,
que podríamos eclipsar nuestros corazones,
mover las mareas de la sangre
y enamorar gatos curiosos.
III
Todo se ha calcinado,
no podemos ver la penumbra,
no podemos vernos nosotros mismos!
nos habrá dejado el cuerpo?
la luz redondea el silencio,
se mueve lentamente en el rocío
y en la paz que humedece el espacio,
la luz de la muerte ha venido,
dejó en blanco las hojas,
enlutó las espaldas de las golondrinas,
mientras continúa con su ciclo revelador
dando a luz más luz al mundo ciego,
mostrándonos quienes somos realmente,
quedándose eternamente
con nuestras máscaras.
IV
Queríamos renacer como tú
todas las vidas,
antes de apagarnos enséñanos tu secreto,
antes de menguar te enseñaremos a morir.
No volveremos a vernos más,
escribiré tu epitafio en una estrella,
tú ocúpate de que nunca más
sepan nuestros nombres,
porque no podemos renacer como tú
y no podemos enseñarte a morir
porque lo haces todo el tiempo,
sigamos lejanos lo que nos queda,
seguiremos solo susurrándonos
hasta que se esconda tu brillo.