Llovizna
Publicado: Lun, 03 Oct 2016 1:39
Contemplo la llovizna
mientras tu mano roza mi piel cálida.
Somos reyes del viento en la distancia
con las plazas abiertas a un mundo sumergido en el secreto.
Me gusta divisar tus ojos de agua
atravesando el aire y los sonidos
que pugnan por salir de las guaridas.
Amo tu cuerpo contra el frío
y nuestras citas llenas de susurros.
Soy la mujer de niebla que se aferra
a los ciclos antiguos.
Eres un hombre lleno de presagios
que cabalga desnudo hacia la luz
en crisálidas blancas.
El corazón del bosque nos delata
en los parques amados.
Las estatuas de sal
nos revelan la historia, sin registros.
Los charcos son espejos
que nos atan sin pánico al enigma.
Somos príncipes llenos de utopías
persiguiendo la luna con sus círculos.
Deambulamos despacio
por aceras que huyen de la herida
de los transeúntes desvalidos.
Los rostros de la gente nos recuerdan
el dolor lacerante de ser alguien anónimo.
Pero tu nombre reina
en mi universo
y el mío
es tu galaxia preferida.
Beso tus labios antes
de que los edificios de la sombra
censuren nuestro tiempo enamorado.
Contemplo la llovizna
mientras noto tu aliento imperceptible.
Cuando todo se apague
quizás nuestros orgasmos sean níveos
y rocen la belleza de lo efímero,
pero ahora es presente,
todo lo que me une a ti es presente
y nada logrará que nos odiemos.
Ana Muela Sopeña
mientras tu mano roza mi piel cálida.
Somos reyes del viento en la distancia
con las plazas abiertas a un mundo sumergido en el secreto.
Me gusta divisar tus ojos de agua
atravesando el aire y los sonidos
que pugnan por salir de las guaridas.
Amo tu cuerpo contra el frío
y nuestras citas llenas de susurros.
Soy la mujer de niebla que se aferra
a los ciclos antiguos.
Eres un hombre lleno de presagios
que cabalga desnudo hacia la luz
en crisálidas blancas.
El corazón del bosque nos delata
en los parques amados.
Las estatuas de sal
nos revelan la historia, sin registros.
Los charcos son espejos
que nos atan sin pánico al enigma.
Somos príncipes llenos de utopías
persiguiendo la luna con sus círculos.
Deambulamos despacio
por aceras que huyen de la herida
de los transeúntes desvalidos.
Los rostros de la gente nos recuerdan
el dolor lacerante de ser alguien anónimo.
Pero tu nombre reina
en mi universo
y el mío
es tu galaxia preferida.
Beso tus labios antes
de que los edificios de la sombra
censuren nuestro tiempo enamorado.
Contemplo la llovizna
mientras noto tu aliento imperceptible.
Cuando todo se apague
quizás nuestros orgasmos sean níveos
y rocen la belleza de lo efímero,
pero ahora es presente,
todo lo que me une a ti es presente
y nada logrará que nos odiemos.
Ana Muela Sopeña