Los Hijos Del Caos
Publicado: Jue, 19 Jun 2008 21:39
Los hijos del Caos
Al recién nacido
I
Entre los cruces atómicos que bambolean en los espacios,
los hijos del caos despertaron a ver el sol
en su completa estación de vórtice
colgado de la noche azul.
II
Vieron el ojo centrífugo de su poema violeta,
y sus sábanas largas
reposar en magenta cobertura de astros,
precisar hasta los pies desnudos
de una posibilidad.
Una certeza cobriza de minerales.
rocoso esquema.
se abrió en flor,
en efluvios del ánima,
y deshabitara al revolotear,
a la metamórfica escena
de centenares de segundos,
a medida que se insinuaban las auroras
y quebraban al horizonte
donde desemboca el río,
que baña las faldas con sus gases,
y en pompas brillan
cual diminutos mundos de agua y sal.
III
Los hijos del caos despertaron a ver
la obra completa del Hacedor
y procedieron a danzar con abandono de rizos
echados al viento en una electricidad
de olas undulantes,
su sutil alabastro
fundía la Tierra y el Mar.
Sobre el susurro de las alas de los ángeles
pestañeaban luciérnagas,
y una brisa terminaba la danza.
Todavía se escuchaba el latir rítmico de su sangre azucarada,
eran como lenguas de fuego
sobre sus cabezas,
uno de ellos levantó al recién nacido,
casi tocando la luz
que en brocados de albores
facilitara la caída de una leve lluvia.
E. R. Aristy
ERA©2006/Paraiso
Long Beach, New York
ERA
Al recién nacido
I
Entre los cruces atómicos que bambolean en los espacios,
los hijos del caos despertaron a ver el sol
en su completa estación de vórtice
colgado de la noche azul.
II
Vieron el ojo centrífugo de su poema violeta,
y sus sábanas largas
reposar en magenta cobertura de astros,
precisar hasta los pies desnudos
de una posibilidad.
Una certeza cobriza de minerales.
rocoso esquema.
se abrió en flor,
en efluvios del ánima,
y deshabitara al revolotear,
a la metamórfica escena
de centenares de segundos,
a medida que se insinuaban las auroras
y quebraban al horizonte
donde desemboca el río,
que baña las faldas con sus gases,
y en pompas brillan
cual diminutos mundos de agua y sal.
III
Los hijos del caos despertaron a ver
la obra completa del Hacedor
y procedieron a danzar con abandono de rizos
echados al viento en una electricidad
de olas undulantes,
su sutil alabastro
fundía la Tierra y el Mar.
Sobre el susurro de las alas de los ángeles
pestañeaban luciérnagas,
y una brisa terminaba la danza.
Todavía se escuchaba el latir rítmico de su sangre azucarada,
eran como lenguas de fuego
sobre sus cabezas,
uno de ellos levantó al recién nacido,
casi tocando la luz
que en brocados de albores
facilitara la caída de una leve lluvia.
E. R. Aristy
ERA©2006/Paraiso
Long Beach, New York
ERA