Editorial Alaire

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Dices: luz, agua, José,
y se crea un nuevo mundo,
reverbero de tu voz.
Y me mezo
como un carrizo con el viento
y caricia creo en tus manos.
Conjugas mi nombre
en el verbo amar
y frondoso olmo
me ocupa el pecho,
sombra que procura tus ojos.
Si rozas mis labios,
dulce durazno
se transmuta mi boca.
Pero si mañana me llevaras
a las rocosas tierras del silencio,
al secano de tu memoria
me dejarías sin pulso y sin aliento,
exánime hoja de materia humana
a merced de tu llamada.


2016

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José Luis Sánchez:

Bello y encomiable poema, un deleite de lectura de vanguardia

Enhorabuena

Saludo cordial

R. Zambrano

Un poema de amor, con un léxico brillante, con un manejo de la palabra, sencillamente hermoso. Lo he leído varias veces atrapado por el lirismo y figuras novedosas. Mis sinceras felicitaciones. Antes no te había leído.

Un cordial abrazo, desde mi isla.

José Manuel F. Febles

Hermoso poema con bellas imágenes. Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

El amor nos construye y también puede destruirnos. Un poema hermoso, bien escrito, con las palabras justas para trasmitir. Un gusto la lectura.
Un abrazo.
Pepa

Muy hermoso poema de amor. Un placer de lectura.

Abrazos.

Muy amable , Rafael, tu comentario.

Gracias.

saludos,

José luis, un breve con encanto para tutear verso, razón y corazón.

un abrazo

Ritmo, evocación y sutil delicadeza en el decir, ingredientes necesarios para una buena poesía.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Muy estimulante este estremecimiento azul, amigo Juan. Y un muy cuidado desarrollo del que sabe lo que tiene entre manos.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo

Buen poema con un lenguaje exquisito y cuidado. Saludos cordiales.

Gracias por tu comentario . J Manuel.

Saludos,

Increíblemente precioso.
Todo un placer de lectura.
Saludos, José Luis

José Luis Sánchez escribió:**

Dices: luz, agua, José,
y se crea un nuevo mundo,
reverbero de tu voz.
Y me mezo
como un carrizo con el viento
y caricia creo en tus manos.
Conjugas mi nombre
en el verbo amar
y frondoso olmo
me ocupa el pecho,
sombra que procura tus ojos.
Si rozas mis labios,
dulce durazno
se transmuta mi boca.
Pero si mañana me llevaras
a las rocosas tierras del silencio,
al secano de tu memoria
me dejarías sin pulso y sin aliento,
exánime hoja de materia humana
a merced de tu llamada.


2016

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Exquisito! Un placer de lectura, Jose Luis. Saludos, ERA

Muy agradecido, Pilar, por tu comentario.

Saludos,