Editorial Alaire

BARRAS ASIMÉTRICAS

Ella salta y se agarra
a la barra más alta con sus manos.
Su cuerpo gira y gira
al tiempo que su rostro apunta al cielo.
Se balancea en mundos inconclusos.
Dos barras semejantes a la vida.
El reto de lo fácil
da paso a lo más arduo.

BARRA DE EQUILIBRIO

Conserva el equilibrio
sobre la barra estrecha.
Sus pies se pegan siempre
a la superficie de la viga.
Respira lentamente y se concentra.
El cuerpo va arqueándose hacia atrás
hasta que sus dos manos aterrizan.
Entonces ella eleva sus dos piernas
y permanece recta
y luego vuelve a estar de nuevo en pie.
Como la vida misma, el balanceo:
el columpio que baja, sube y baja.
Salta sobre la barra.
Un mortal hacia atrás, riesgo total.
Seguridad de un cuerpo
entrenado en la élite, sin pánico.

SALTO

A la carrera salta y toma impulso.
Pone abajo las manos, salta sobre el gran potro
y da un doble mortal sin enterarse.
Cae sobre sus dos pies como si nada.

SUELO

Diagonales circenses.
La gimnasta es la dama del rectángulo.
Corre, corre y se eleva sin temor.
Gira y gira segura de su hazaña
y cae con maestría mientras dobla
un poco las rodillas.
Su cuerpo ya no pesa, es una pluma
o es un ave de paso...
quizás es como Ícaro y asciende
al reino consentido de lo bello,
la libertad efímera...
La música es su guía y los aplausos.
Ama los desafíos y se dobla
sabiendo que la fuerza es sólo la antesala
de la sutil destreza en lo flexible...
La gimnasta es la dama del espacio
y el cronómetro el pulso para el vuelo...


Ana Muela Sopeña

Me gusta la poesía que intenta indagar más allá de lo evidente. Creo que la lírica es una forma de presentar otras caras de la realidad haciendo llegar al lector sensaciones, texturas, rincones poco inexplorados para despertar la capacidad de asombro, rompiendo la monotonía de las percepciones más comunes. Y de esta forma el poeta hace que el lector se asome a la cara oculta de la luna.

Un cordial saludo.

Los esfuerzos de la vida son como la olimpiada, aunque no se espere la medalla y si el consuelo de realizar los ejercicios necesarios
para seguir regurgitando.

un abrazo

Muy original tu propuesta, que me ha gustado. En la vida buscamos el equilibrio y esa sensación de seguridad, y, a veces, inseguridad (aventura) para salir de la monotonía. Muy buen ejemplo el comparar la vida con la actividad gimnástica. Me ha gustado también esas descripciones del movimiento que, sin verse, se ven.

Un afectuoso abrazo.

Hola, Armilo, gracias por brindarme tu opinión.

Besos
Ana

Gracias, Guillermo, por tus palabras.

Un fuerte abrazo, compañero
Ana

Qué hermoso, Ana; me gusta como vas explorando la poesía entre la destreza inmanente y valerosa de cada músculo.
Me toca muy de cerca porque mi hijo es gimnasta. Su vida y sus horas están condicionadas por el magnesio, las anillas, la concentración...

Abrazo enorme y felicidad.

Me ha gustado la comparación de la gimnasia con la vida, los saltos, sus recovecos y la fuerza, destreza y equilibrio para seguir
Besos
Pilar

Ramón, agradezco mucho tu visita.

Un fuerte abrazo
Ana

Qué bueno, Hallie, que tu hijo sea gimnasta. Yo practiqué la gimnasia artística de los 7 a los 15. En el colegio hacíamos competiciones. De los cuatro aparatos sólo practiqué tres: suelo, salto y barra de equilibrio. Barras asimétricas no.

Guardo un estupendo recuerdo de todo ello.

Un beso enorme
Ana

Hermoso e interesante trabajo de Ana.