Editorial Alaire

El roce no es manido.
Se puede llegar a ser toda la superficie hasta lo hondo,
apuntando hacia el centro del hervor, acariciando
con el cuerpo todos los movimientos.
Sentir que un peso afloja su dictado haciendo vibrar las lindes
ya de nada ni de nadie
y sin embargo lo mecido se traslada,
la oscuridad es un viso aprendiendo a respirar por nuevos poros,
la piel de los labios y los ojos tiembla y se desprende,
los órganos internos florecen juntos en la yema de un dedo que el viento señala
a través de una ventana abierta para siempre;
los huesos se transforman en campanas
y el roce continúa,
quiere llegar a ser,
llegará siendo,
acariciando
con todos los cuerpos el mismo movimiento.

Bruno Laja escribió:El roce no es manido.
Se puede llegar a ser toda la superficie hasta lo hondo,
apuntando hacia el centro del hervor, acariciando
con el cuerpo todos los movimientos.
Sentir que un peso afloja su dictado haciendo vibrar las lindes
ya de nada ni de nadie
y sin embargo lo mecido se traslada,
la oscuridad es un viso aprendiendo a respirar por nuevos poros,
la piel de los labios y los ojos tiembla y se desprende,
los órganos internos florecen juntos en la yema de un dedo que el viento señala
a través de una ventana abierta para siempre;
los huesos se transforman en campanas
y el roce continúa,
quiere llegar a ser,
llegará siendo,
acariciando
con todos los cuerpos el mismo movimiento.

He visitado tu blog y te he leído sintiendo un grávido deslumbramiento, Bruno. Volveré, volveré a el. Este poema es el gozo o la penuria de estar vivo. Es un microscopio y un lente de cámara que nos retrata y magnifica para el entendimiento el poder de la observación. Ver con este lente es el significado de lo extraordinario. No, no es nada común el movimiento de la aparente estática, ni la inercia, ni la muerte. Que bella mente, Bruno! Un abrazo,ERA

Dejo constancia de haber leído tu interesante poema.

Saludos cordiales.
Óscar

E.R.A. te agradezco tu visita al blog y al poema, y siempre gracias por tu apoyo y por tu poesía. Abrazos.

Óscar, gracias por tu presencia. Abrazos.

Sin roce no hay amor que se desgaste. Ahí está verificando que tu poema se pone en movimiento
para que esfuerce el don del que se alimenta.

un abrazo

Del roce al más profundo sentimiento. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Hermoso e interesante trabajo de Bruno.

Bruno Laja escribió:El roce no es manido.
Se puede llegar a ser toda la superficie hasta lo hondo,
apuntando hacia el centro del hervor, acariciando
con el cuerpo todos los movimientos.
Sentir que un peso afloja su dictado haciendo vibrar las lindes
ya de nada ni de nadie
y sin embargo lo mecido se traslada,
la oscuridad es un viso aprendiendo a respirar por nuevos poros,
la piel de los labios y los ojos tiembla y se desprende,
los órganos internos florecen juntos en la yema de un dedo que el viento señala
a través de una ventana abierta para siempre;
los huesos se transforman en campanas
y el roce continúa,
quiere llegar a ser,
llegará siendo,
acariciando
con todos los cuerpos el mismo movimiento.

Muy buen poema. La vida es una continua erosión. Te felicito por tan estupendas letras.
Un abrazo.

Bruno Laja escribió:El roce no es manido.
Se puede llegar a ser toda la superficie hasta lo hondo,
apuntando hacia el centro del hervor, acariciando
con el cuerpo todos los movimientos.
Sentir que un peso afloja su dictado haciendo vibrar las lindes
ya de nada ni de nadie
y sin embargo lo mecido se traslada,
la oscuridad es un viso aprendiendo a respirar por nuevos poros,
la piel de los labios y los ojos tiembla y se desprende,
los órganos internos florecen juntos en la yema de un dedo que el viento señala
a través de una ventana abierta para siempre;
los huesos se transforman en campanas
y el roce continúa,
quiere llegar a ser,
llegará siendo,
acariciando
con todos los cuerpos el mismo movimiento.

Fluye el lenguaje, se hace corriente, se vuelve parte de la mano, piel que vibra y nombra la tierra, todo lo que de tierra somos y todo lo que somos que se levanta de ella, y nos lleva, nos conduce, nos guía.
Hermoso, mucho.
Abrazo grande Bruno

Desde el título hasta el último versos nos impregnas de poesía, querido Bruno. Atrás, muy atrás en los sentidos, cuando los pensamientos eran un simple rumor... se hace nombre de lo esencial; brillante la idea; con emotiva sabiduría, con precisión notable.

El otro día recordaba tus versos a una mujer rubia y aquellos otros donde el cabello era cortado, donde las células eran viva lágrima.

Abrazote, amigo; te echamos de menos aquí.

Hasta el roce del gesto de una mano diciendo adios estremece. Felicidades por tu poema. Un lujo de lectura.
Un abrazo