Editorial Alaire

Recuerdo aquella madrugada
en la que te me hiciste mar,
en la que se abrieron las esclusas
de una sombra
que te deshabitaba;
y yo bebí en ti la eternidad
de un trago
y tú me entregaste a cambio
un río.

Bien sabes que era isla mi voz,
vientre
donde desovan
los naufragios.

-Ven
hagamos un volcán de nuestra sangre.
Verás como los buitres
picotearán una luz
inextinguible.
Cada mínima muerte, cada golpe
de sombra
caerá
si acuchillamos su espectro
con estrellas-

Recuerdo aún
la rutinaria letanía
de la noche;
una silueta sobornando
a tientas
la derrota,
los cuervos del ayer
brotando sin cesar de tu garganta,
una flor deshojando
sus cenizas...

Gran poema, Rosa, de amor que cautiva por la intensa expresividad de las imágenes. Si nadie se me ha adelantado, me complace abrirle camino. Te felicito por tan fabuloso trabajo.
Abrazos.

Muchas gracias por tan generoso comentario, Ramón. Me alegra que te haya gustado.

Abrazos.

Qué alegría leerte, querida Rosa. Si pudiera dibujar lo que me despierta tu poema, si tuviera en mis manos los colores del arcoíris diluidos por la melancolía, haría de este comentario algo más que la admiración que siento al sentir como tu voz poética penetra el cemento del olvido y forma ríos en la garganta. Ven, hagamos un volcán de nuestra sangre, es el verso que más me ha emocionado y la verdad es que, al leerte, tú haces un volcán de toda mi sangre, me haces olvidar por qué estoy en la tierra, como si de repente todos los arboles unieran sus coronas. Magnifico, decididamente magnifico. Recibe mis abrazos sinceros, querida amiga.

Rosa Marzal, entrar en tu poema ha sido descubrir con ansia nueva un surrealismo blando tendente a refrescarse en el recuerdo

un abrazo

Muy bello poema de Rosa.

Siempre escribes buenos poemas, éste tiene todo que hace que la emoción fluya, imágenes preciosas, ritmo, calidez...Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Rosa Marzal escribió:Recuerdo aquella madrugada
en la que te me hiciste mar,
en la que se abrieron las esclusas
de una sombra
que te deshabitaba;
y yo bebí en ti la eternidad
de un trago
y tú me entregaste a cambio
un río.

Bien sabes que era isla mi voz,
vientre
donde desovan
los naufragios.

-Ven
hagamos un volcán de nuestra sangre.
Verás como los buitres
picotearán una luz
inextinguible.
Cada mínima muerte, cada golpe
de sombra
caerá
si acuchillamos su espectro
con estrellas-

Recuerdo aún
la rutinaria letanía
de la noche;
una silueta sobornando
a tientas
la derrota,
los cuervos del ayer
brotando sin cesar de tu garganta,
una flor deshojando
sus cenizas...

Oh! Rosa, que incestuoso dolor entre la belleza y las violencias indolentes de la interferencia. Es muy difícil de expresar estas cosas ambiguas, tu, sin embargo, lo haces my bien. Un abrazo, ERA

Precioso poema lleno de significadas imágenes.
Un placer leerte, Rosa.
Abrazos

Marius Gabureanu escribió:Qué alegría leerte, querida Rosa. Si pudiera dibujar lo que me despierta tu poema, si tuviera en mis manos los colores del arcoíris diluidos por la melancolía, haría de este comentario algo más que la admiración que siento al sentir como tu voz poética penetra el cemento del olvido y forma ríos en la garganta. Ven, hagamos un volcán de nuestra sangre, es el verso que más me ha emocionado y la verdad es que, al leerte, tú haces un volcán de toda mi sangre, me haces olvidar por qué estoy en la tierra, como si de repente todos los arboles unieran sus coronas. Magnifico, decididamente magnifico. Recibe mis abrazos sinceros, querida amiga.

Querido amigo, lo que engrandece mis humildes versos es esta maravilla de comentario, todo un poema en sí mismo. Es todo un lujo contar con tu honda sensibilidad y con tu amistad.

Un fuerte abrazo, Marius.

Guillermo Cuesta escribió:Rosa Marzal, entrar en tu poema ha sido descubrir con ansia nueva un surrealismo blando tendente a refrescarse en el recuerdo

un abrazo

Muchas gracias, Guillermo, por llegar hasta él.

Un abrazo, amigo.

Rafel Calle escribió:Muy bello poema de Rosa.

Muchas gracias, Rafel.


Abrazos.

Pilar Morte escribió:Siempre escribes buenos poemas, éste tiene todo que hace que la emoción fluya, imágenes preciosas, ritmo, calidez...Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Me alegra que te guste, Pilar. Sabes que siempre es un placer encontrar tu palabra generosa.

Besos.

E. R. Aristy escribió:

Rosa Marzal escribió:Recuerdo aquella madrugada
en la que te me hiciste mar,
en la que se abrieron las esclusas
de una sombra
que te deshabitaba;
y yo bebí en ti la eternidad
de un trago
y tú me entregaste a cambio
un río.

Bien sabes que era isla mi voz,
vientre
donde desovan
los naufragios.

-Ven
hagamos un volcán de nuestra sangre.
Verás como los buitres
picotearán una luz
inextinguible.
Cada mínima muerte, cada golpe
de sombra
caerá
si acuchillamos su espectro
con estrellas-

Recuerdo aún
la rutinaria letanía
de la noche;
una silueta sobornando
a tientas
la derrota,
los cuervos del ayer
brotando sin cesar de tu garganta,
una flor deshojando
sus cenizas...

Oh! Rosa, que incestuoso dolor entre la belleza y las violencias indolentes de la interferencia. Es muy difícil de expresar estas cosas ambiguas, tu, sin embargo, lo haces my bien. Un abrazo, ERA

Gracias por tus palabras, querida amiga.


Un abrazo.

Carmen Pla escribió:Precioso poema lleno de significadas imágenes.
Un placer leerte, Rosa.
Abrazos

Muchas gracias, Carmen.

Abrazos.