Editorial Alaire

Se pierde su mirada en la tormenta
de voces que aturden como golpes
golpes que acaban en la vieja
la vieja que no hay golpe que la tumbe
los niños todos lo saludan
saludan los viejos al vecino
el vecino es bueno con los viejos
juega con los niños el vecino
pero siempre regresa la tormenta
amañando con espejos su blancura
recogiendo los pedazos va la vieja
la vieja que a pedazos se nos rompe
el golpe final lo dio mi tío
callando las voces para siempre
y ese golpe no hay vieja que lo aguante.

Todas las pérdidas son dolor humano que se concentra en los que aún sobreviven.

Gracias por compartir, Yosvani.

Sinceramente me ha gustado, aunque he de reconocer que por momentos me parece un acertijo y he tenido que repetir su lectura para no perderme.

Un abrazo.

Tiene un ritmo trepidante este poema. Está muy logrado. Juegas con la ironía y eso resta algo de dramatismo al conjunto. Brillante.
Un abrazo.
J. Manuel

Gracias por tan amables lecturas. Es un poema muy personal, tal vez por eso algo cifrado. Hay cosas que aunque las hacemos públicas, fueron escritas para uno mismo.

Pasa a la Sala de Espera.

Sale de la Sala de Espera.