Editorial Alaire

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Lo que quiero es deshacer la vida al norte del martillo
y que suene como un piano en la tormenta.
PEDRO ARGUEDAS IBÁÑEZ



I

Alguna vez
te darás cuenta de lo que ayer te dije,
te darás cuenta de lo que tú misma
ya presentías:
la parte blanda de la piel,
la parte cada vez más blanda de la piel,
el pelo más canoso,
el pelo cada vez más canoso,
el músculo sin colágeno,
el músculo cada vez con menos colágeno,
las muelas con bacterias,
las muelas cada vez con más bacterias.

Y el caso es que decías
que siempre seríamos jóvenes y terribles
y nuestros terrapoemas
iban a entrar como un cuchillo
en el centro del corazón.

II

Se soñaban solos y bandidos
en un piso de siete pájaros.
Como eran niños
la vida no les parecía poco
y sus respiraciones eran
como fábulas orientales.

Fue a los treinta años
cuando les ganó la tristeza.

Arrasados de nada,
comenzaron a pedir
la vuelta de un dios.

III

A los treinta años
rompió el opérculo
y se enfrentó a los maestros.

Malditos sean los conceptos.
Dijo.
Malditos los pentagramas.
Malditos.

Quería dioses.
Quería crear nuevos dioses.





http://neorrabioso.blogspot.com
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Muy buenos estos poemas que ya conocía. Creo haberlos leído en otra parte.

Enhorabuena

Jorge

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Muy, muy, muy buenos, Batania. Aunque ya te los había leído casi al conocerte. ¡Tramposo !

¡Y tú me dices a mí que quieres saber en qué estoy trabajando actualmente ! ¡Y me llamas "impotente " en tu blog, porque saqué un poema de hace unos meses !, jajaja ¡¡¡¡Canalla !!!! Te voy a matar. Ya te enterarás a su debido tiempo de lo que estoy trabajando ahora, jajaja.

No, ahora en serio. Me alegro de que lo hayas sacado de nuevo, porque sinceramente es muy bueno el conjunto de los tres. Aunque diferenciados entre ellos.
No sé si has colocado el orden aleatoriamente o intencionadamente. Lo cierto es que observo que tal como lo has dispuesto es como una serpiente que se muerde la cola. Y el último (el III), enlaza perfectamente con el primero (el I).
Pero yo, atendiéndo a mi escaso gusto, jajaja, cambiaría el orden y los dispondría de la siguiente forma:

Primero pondría el que tu has colocado II. Porque es un palo fuerte chocar con la pura realidad si no se está preparado previamente para ello. Y esa realidad la destapas de una manera genial. Insuperable y cruel. En un lenguaje actual que puede comunicar incluso a los enfermizamente adictos a la TV y sus publicidades.
Lo dicho, duele si no se está preparado. Es verdaderamente afilado y para colmo, la única metáfora que te has permitido -es la del cuchillo-, jajaja (¡cómo trabaja el subconsciente!)

Segundo colocaría el que tu has colocado como III. Porque lo veo como una continuación, una aclaración del discurso anterior y sus posibles consecuencias: la de buscar calmante en algún dios (que no necesariamente tendría ser un dios metafísico, sino incluso literario, estético, económico, político, etc....
Aquí te permites jugar más con el lenguaje. Y esto le viene muy bien a esta estrofa, pues tratas conceptos como dios, y los niños, que a mi gusto piden necesariamente ese jugueteo con el lenguaje, para expresarse a sí mismos como conceptos y sensaciónes. (la niñéz y lo místico-etéreo)
Acertadísimo, amigo.


Y en tercer lugar colocaría el que tú lo has hecho en el I .
Y la razón precisa es porque lo que veo más esperanzador. Porque deja un buen sabor de boca al cerrar la lectura total.
Es el más rebelde, el más conscientemente rebelde. A partir de aquí te apropias de tu destino y comienzas a crearlo, incluso consciente de que puedan tratarse de nuevos inventos con la forma de otros nuevos dioses. Pero esta vez eres totalmente consciente de ello y lo asumes.
Y como un grito fuerte a los cuatro vientos, de nuevo lo despojas previamente de toda metáfora, para que sea bien entendido. Para que ese grito no llame a engaño a nadie. Para que esas intenciones queden bien claras.
Magnífico, amigo.

Es el estilo Batania, sin abstracciones, ni "quise decir", sino "digo", pocas imágenes metafóricas pero mucho ingenio lúdico e inteligentísimo con el lenguaje. Directo al mentón.



Y sobre la introducción, ya sabes absolutamente todo lo que pienso de los textos de Pedro.
Siento robarte la idea, porque a partir de ahora quiero utilizar también los de Teicher, jajaja.



Un abrazo, colega.






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Maldecirlo todo es la mayor muestra de fe. Ya puestos a maldecir, yo maldigo el epígrafe, te afea el conjunto. Un abrazo fuerte.

Alberto Batania escribió:.

Fue a los treinta años
cuando les ganó la tristeza.
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sera que a los 40s hallaremos el antidoto ?
una descripción del estrepito, del andar con pasos propios y luego ver el reloj y lo que sigue. excelente Batania, como ya es costumbre.

Ah, Víctor, me has pillado: espero que no se lo digas a Sidel. Además, tengo pensado dedicarme a los dos blogs que hago aparte del Neorrabioso, porque los he dejado un poco abandonados desde que en mayo me noté que me volvía la temperatura poética. Ahora me siento más flojo y pienso que es mejor no obligarme. La poesía me desgasta un huevo: tendrías que ver la cantidad de comida que engullo después de escribir un engendro de los míos, porque, literal, me dejan sin una gota de fuerza. Hay que pasarse a la prosa sólo por salud, amigo, hazme caso.

Seguiré colgando poemas viejos porque no los tengo en ningún foro. Tengo planes erostráticos para una poesía futura que supongo se quedarán en nada pero que llenan mi cabeza de pájaros. Nada que no se haya hecho antes, claro, pero planes necesarios para darme ese mínimo de ansiedad sin el cual todo intento de creación me parece imposible. Ya te los contaré un día porque necesito seis folios para ello.

Tienes toda la razón en la colocación de los poemas y los voy a cambiar inmediatamente. A partir del último poema se puede empezar a hacer algo. Agotadas todas las destrucciones, mi infrapoesía se está quedando sin motivos. Tengo que empezar a construir: tengo que volverme un poeta DRAGADOS Y CONSTRUCCIONES SA.

¿Qué es la poesía actual?: una reunión de búhos haciéndo frente al día. Pero urge la autocrítica: si no conseguimos hacer poemas mejores que los que hacen los endecapléjicos, toda nuestra rebeldía es en vano y la propia acuñación endecapléjico se volverá en mi contra. Uno de mis lamentables discípulos neorrabiosos ha ido adonde Antonio Gala y le ha expuesto algunas de mis ideas para el futuro:

-Muy buenas las ideas -le ha contestado, Gala-, muy buenas, pero quiero verlas en el papel. Hablar es fácil, pero el papel es el que te va a decir qué es lo que funciona y lo que no.

Razón de sobra tiene Gala, y eso que no es de mis predilectos. Ya te contaré más adelante nuevas cosas.

Cada vez que veo uno de tus mensajes me sube la temperatura. Actitud, cabrón, lo que tú y yo tenemos ante la poesía es actitud. Haremos los peores poemas de todos los foros, pero qué actitud tenemos, cabrón.

Un abrazo. Los dos versos de Pedro pertenecen a "Nieve", poema que me sé de memoria. Cuando lo leí por primera vez me tuve que dar tres vueltas por el garaje (tiene tres plantas) mientras repetía la palabra "hijoputa". Ese tío es nuestro mayor enemigo, y Teicher es otro de la misma cuerda. No debemos dejarnos intimidar por sus poemas. En veinte o treinta años vamos a escribir mejor que ellos (te lo juro).

Otro abrazo. Hasta pronto.

Ya sé, Batania, que no te gusta que le echen piropos a tus poemas pero una miraquelinda como yo, aunque cualquier día de estos me convierto en endecapléjica total, no puede pasar sin decir algo hermoso,jjaja. En serio, me parecen muy buenos pero, si me lo permites, esta vez te pongo una pega ¿seguro que son de la treintena y no de la cuarentena? porque sobre todo:

Fue a los treinta años
cuando les ganó la tristeza.

creo que es más bien de la cuarentena, ay, ay, la famosa depre de los cuarenta, pero sin preocuparse que dicen que a partir de los cuarenta y cinco otra vez viene el subidón, espero que sea verdad, ya te contaré cuando llegue, jaja.

Siempre un placer leerte.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Oye... Batania, cuándo cumples cuarenta? Digo, si estos son los poemas de los treintas, no imagino las de los cuarentas. A mi también me parece como a Ana que bien valdrían para los cuarentas. Repetitivamente.... Buenísima tu poesía. Aquí, aprendiendo. Un abrazo.

Ana, Alejandra: tenéis la razón en todo. Yo también me doy mucha pena por escribir estos poemas de viejo, pero los escribo porque así es como me siento realmente.

Por otra parte, no es algo raro en un poeta porque, como suelo decir, lo raro en algunos poetas es el comportamiento que no sea raro. Inmediatamente me ha venido a la cabeza uno de los poemas más famosos de la literatura española, el Retrato de Antonio Machado, que estoy seguro de que Ana lo conoce pero que quizá Alejandra no. Con este poema quiero proponeros un juego. Yo voy a copiar el poema y, mientras se va leyendo, cada una tiene que imaginarse la edad a la que Machado lo compuso. Al final del poema voy a desvelar la edad a la que lo escribió. Ahí va el poema:

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignó Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñò el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

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Bien: Antonio Machado escribió este poema con treinta y dos años.

Treinta y dos añitos. Alucina. Yo tengo treinta y cuatro (dos años menos loco que él, qué rabia).

Hasta pronto.

Pues te me adelantaste en publicar la respuesta...se acabó el juego Bueno, igual no hubiera atinado, pensé que andaría en algún número de la veintena... en fín. Gracias Batania un abrazo.

Joe, pues sí que son posibles múltiples lecturas. Yo pensaba que Machado había escrito ese poema en la vejez, de los cincuenta para arriba. ¡Si parece que está esperando la muerte!

Hasta pronto.