Por pensar en otra cosa
Publicado: Dom, 26 Jun 2016 23:10
Por pensar en otra cosa,
en cualquier tiempo
donde fueran libres los minutos y tangible la espera,
donde esta sombra que arrastro cabizbaja
se pareciese a mí,
mucho antes,
hace tanto...
Por volver la mirada
y encontrar, de una vez,
la primavera descorchada y sin vergüenza,
acariciarla y amarla
sin otoños a medias brotando de los dedos,
sin recuerdos en sepia,
sin gritos
lanzados hacia dentro en el idioma del miedo,
sin esa incertidumbre que bien sabe,
de mañana,
elegirte la ropa.
Por pensar en otra cosa
que no sea una instancia de tus ojos
contemplándome al lado de mis sueños,
enseñándome tanto,
diciéndome tan poco
que las palabras se anudaran al borde
del abismo más alto
para lanzarse luego a nuestros cuerpos desnudos
en lluvia de versos
sin tiempo a maldecirse.
Por decir te deseo
sin lugar a tu rostro indiferente,
por besarte en las ascuas
de una nostalgia impropia,
porque sepas,
si alguna vez llegaras a saberme,
que ese leve desliz que te trasnocha
es azar de mi boca
besándote dormida,
que esas manos que tanto sabes tuyas
conocen de mi cuerpo cada calor neonato,
cada humedad prohibida.
Por pensar en otra cosa
pensaré que hubo un tiempo en que nada existía,
ni tan siquiera
esa cosa dispar, intransitable,
de no quererte.
en cualquier tiempo
donde fueran libres los minutos y tangible la espera,
donde esta sombra que arrastro cabizbaja
se pareciese a mí,
mucho antes,
hace tanto...
Por volver la mirada
y encontrar, de una vez,
la primavera descorchada y sin vergüenza,
acariciarla y amarla
sin otoños a medias brotando de los dedos,
sin recuerdos en sepia,
sin gritos
lanzados hacia dentro en el idioma del miedo,
sin esa incertidumbre que bien sabe,
de mañana,
elegirte la ropa.
Por pensar en otra cosa
que no sea una instancia de tus ojos
contemplándome al lado de mis sueños,
enseñándome tanto,
diciéndome tan poco
que las palabras se anudaran al borde
del abismo más alto
para lanzarse luego a nuestros cuerpos desnudos
en lluvia de versos
sin tiempo a maldecirse.
Por decir te deseo
sin lugar a tu rostro indiferente,
por besarte en las ascuas
de una nostalgia impropia,
porque sepas,
si alguna vez llegaras a saberme,
que ese leve desliz que te trasnocha
es azar de mi boca
besándote dormida,
que esas manos que tanto sabes tuyas
conocen de mi cuerpo cada calor neonato,
cada humedad prohibida.
Por pensar en otra cosa
pensaré que hubo un tiempo en que nada existía,
ni tan siquiera
esa cosa dispar, intransitable,
de no quererte.