Deambulo, excéntrica de repentinos verdes
Publicado: Dom, 12 Jun 2016 12:16
Tal vez exista un bosque, donde el ímpetu de las fragancias
transcienda a una sedienta mirada.
Todo lo que guardo un banco, entre sus nostalgias.
El incipiente desliz de una ternura fracturada
o un sueño escapado del suspiro, que silencioso regresa
tuviera un existir coherente.
Tal vez en algún rincón de las consciencia aplanada
el viento deposite, entre los palos y giros un polen de esencias
y lejano el rumor del aire, pedalee algo que impreciso,
no se detecta, un fluido de la calma
un espejo del ahogado, de miedo que ente los dedos se derrite.
Deambulo, excéntrica de repentinos verdes
situando entre mis laderas
remolinos de cosechas vírgenes.
Los arroyos que aun no he pisado
o las ramas de las noches, pulidas
que vacían en silencio de los Dioses.
Como sabre, si el olor que siento
decanta hacia mis ríos
o si la linde los los infinitos parajes
es cúpula de flores, embaucadas de rudeza
o si tal vez al licuar la profundidad de una esencia
creo, o creamos el arbusto de las felicidades
transcienda a una sedienta mirada.
Todo lo que guardo un banco, entre sus nostalgias.
El incipiente desliz de una ternura fracturada
o un sueño escapado del suspiro, que silencioso regresa
tuviera un existir coherente.
Tal vez en algún rincón de las consciencia aplanada
el viento deposite, entre los palos y giros un polen de esencias
y lejano el rumor del aire, pedalee algo que impreciso,
no se detecta, un fluido de la calma
un espejo del ahogado, de miedo que ente los dedos se derrite.
Deambulo, excéntrica de repentinos verdes
situando entre mis laderas
remolinos de cosechas vírgenes.
Los arroyos que aun no he pisado
o las ramas de las noches, pulidas
que vacían en silencio de los Dioses.
Como sabre, si el olor que siento
decanta hacia mis ríos
o si la linde los los infinitos parajes
es cúpula de flores, embaucadas de rudeza
o si tal vez al licuar la profundidad de una esencia
creo, o creamos el arbusto de las felicidades