Editorial Alaire

Begoña Egüen escribió:

Era tarde para responder a la tristeza. Ya había hecho mella en mi ser. Me aproximé con lentitud al valle donde el color de la esperanza, revoloteaba en mi impaciencia. Cerré de súbito mis ojos esperando una respuesta que nunca llegó. Años atrás fui presa del olvido de aquel hombre que todavía, tanto amo. Me había lastimado hasta las entrañas y quedé sumida en un abismo cruel que laceró hasta mi alma. ¡Lo amé, sí, lo amé y lo amo! Un día de noviembre recibí una llamada suya y quedé paralizada por unos instantes. Quedamos en vernos en el jardín de mi casa. Baje las escalinatas que procedían al bello espacio y fui con paso un tanto vacilante hasta el hermoso manzano, donde años antes, escribiéramos con tiza de colores , nuestros nombres de amor. Mas grande fue mi sorpresa al ver que en ese lugar, está escrito ¡ La voz que oíste... no es otra que mi alma renovada y sumergida en el corazón de tu pureza!

Maria Lua escribió:Muy hermoso y profundo, querida Begoña!
Un placer leerte...
Besos
Maria Lua

Begoña Egüen escribió:

Era tarde para responder a la tristeza. Ya había hecho mella en mi ser. Me aproximé con lentitud al valle donde el color de la esperanza, revoloteaba en mi impaciencia. Cerré de súbito mis ojos esperando una respuesta que nunca llegó. Años atrás fui presa del olvido de aquel hombre que todavía, tanto amo. Me había lastimado hasta las entrañas y quedé sumida en un abismo cruel que laceró hasta mi alma. ¡Lo amé, sí, lo amé y lo amo! Un día de noviembre recibí una llamada suya y quedé paralizada por unos instantes. Quedamos en vernos en el jardín de mi casa. Baje las escalinatas que procedían al bello espacio y fui con paso un tanto vacilante hasta el hermoso manzano, donde años antes, escribiéramos con tiza de colores , nuestros nombres de amor. Mas grande fue mi sorpresa al ver que en ese lugar, está escrito ¡ La voz que oíste... no es otra que mi alma renovada y sumergida en el corazón de tu pureza!

Ramón Castro Méndez escribió:

Begoña Egüen escribió:

Era tarde para responder a la tristeza. Ya había hecho mella en mi ser. Me aproximé con lentitud al valle donde el color de la esperanza, revoloteaba en mi impaciencia. Cerré de súbito mis ojos esperando una respuesta que nunca llegó. Años atrás fui presa del olvido de aquel hombre que todavía, tanto amo. Me había lastimado hasta las entrañas y quedé sumida en un abismo cruel que laceró hasta mi alma. ¡Lo amé, sí, lo amé y lo amo! Un día de noviembre recibí una llamada suya y quedé paralizada por unos instantes. Quedamos en vernos en el jardín de mi casa. Baje las escalinatas que procedían al bello espacio y fui con paso un tanto vacilante hasta el hermoso manzano, donde años antes, escribiéramos con tiza de colores , nuestros nombres de amor. Mas grande fue mi sorpresa al ver que en ese lugar, está escrito ¡ La voz que oíste... no es otra que mi alma renovada y sumergida en el corazón de tu pureza!

Hermosas letras donde las ausencias aún son brasas y el amor sobrevive en los recuerdos, nostálgicos recuerdos. El final borda y realza todo el escrito. Me ha gustas. Mi felicitación.
Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Un bello reencuentro con la esencia del amor. Me gustó la lectura. Abrazos.

E. R. Aristy escribió:

Begoña Egüen escribió:

Era tarde para responder a la tristeza. Ya había hecho mella en mi ser. Me aproximé con lentitud al valle donde el color de la esperanza, revoloteaba en mi impaciencia. Cerré de súbito mis ojos esperando una respuesta que nunca llegó. Años atrás fui presa del olvido de aquel hombre que todavía, tanto amo. Me había lastimado hasta las entrañas y quedé sumida en un abismo cruel que laceró hasta mi alma. ¡Lo amé, sí, lo amé y lo amo! Un día de noviembre recibí una llamada suya y quedé paralizada por unos instantes. Quedamos en vernos en el jardín de mi casa. Baje las escalinatas que procedían al bello espacio y fui con paso un tanto vacilante hasta el hermoso manzano, donde años antes, escribiéramos con tiza de colores , nuestros nombres de amor. Mas grande fue mi sorpresa al ver que en ese lugar, está escrito ¡ La voz que oíste... no es otra que mi alma renovada y sumergida en el corazón de tu pureza!

Muy bello este encuentro en el jardin, Begoña. Un placer leerte, ERA

Carmen Pla escribió:Me gustaron la dulzura de tus palabras.
Deja una bella sensación leerte.
Abrazos, Begoña