Editorial Alaire

Adivino tu color y el lunar de tu espalda,
pasivamente me apodero de todas tus palabras.

Despedazo las notas que forman tu nombre,
- el anfitrión de las horas de mi noche -
uno de mis apuntes al natural indefinible,
la exactitud rellenando mi cabeza,
pretendiendo perturbar las páginas.

En cada renglón de tu piel con mi sangre
impregno tus raíces llegando al tallo,
falseo tus labios como si fueran palpables,
sin poder marcharme ni de tus pies.

Mi voz se une a través de las corolas transitadas de la noche,
vuelvo a esa ciudad de sabor a mar,
donde el iris penetra la tarde con vida propia
y nadan en el agua de tus ojos,
mis dedos de viento con mi memoria impersonal.

Todo aquello que identifica tu cuerpo perpetuo:
tus otras risas, tus otros mundos, las luces de otros versos,
con una sola voz para que se vuelvan perlas mis ojos,
tus colores suaves que te divisan con un solo parpadeo,
la ciudad de pupilas translúcidas,
en el cáliz plateado de nuestros cuerpos.

¡Acércate!, yo también estoy atrapada en la brisa
de estos espacios en blanco,
al lado del mar siempre me pasa lo mismo.
Me quedo dormida imaginando.

Tierna evocación. Los elementos de que se nutre el recuerdo en el que se refugian los afectos discurren con cierta placidez y envueltos en la soledad. Creo que pones el dedo en la llaga de muchas experiencias compartidas por muchos, sin remedio. Abrazo y salud.

Me gusta el retoque formal del poema y me gustan las evocadores imágenes que contiene. Felicidades y un abrazo.

Carmen Pla escribió:Adivino tu color y el lunar de tu espalda,
pasivamente me apodero de todas tus palabras.

Despedazo las notas que forman tu nombre,
- el anfitrión de las horas de mi noche -
uno de mis apuntes al natural indefinible,
la exactitud rellenando mi cabeza,
pretendiendo perturbar las páginas.

En cada renglón de tu piel con mi sangre
impregno tus raíces llegando al tallo,
falseo tus labios como si fueran palpables,
sin poder marcharme ni de tus pies.

Mi voz se une a través de las corolas transitadas de la noche,
vuelvo a esa ciudad de sabor a mar,
donde el iris penetra la tarde con vida propia
y nadan en el agua de tus ojos,
mis dedos de viento con mi memoria impersonal.

Todo aquello que identifica tu cuerpo perpetuo:
tus otras risas, tus otros mundos, las luces de otros versos,
con una sola voz para que se vuelvan perlas mis ojos,
tus colores suaves que te divisan con un solo parpadeo,
la ciudad de pupilas translúcidas,
en el cáliz plateado de nuestros cuerpos.

¡Acércate!, yo también estoy atrapada en la brisa
de estos espacios en blanco,
al lado del mar siempre me pasa lo mismo.
Me quedo dormida imaginando.

Muy buen poema, intimista y con una admirable expresividad en las imágenes, que resultan cautivadoras.

Un abrazo

Julio Gonzalez Alonso escribió:Tierna evocación. Los elementos de que se nutre el recuerdo en el que se refugian los afectos discurren con cierta placidez y envueltos en la soledad. Creo que pones el dedo en la llaga de muchas experiencias compartidas por muchos, sin remedio. Abrazo y salud.

Hola Julio.
Prefiero los encuentros a los desencuentros, si la poesía nos sirve, "bienvenida sea".
Gracias por leerme y dejar tus palabras.
Un abrazo

Metáfora y deseo convierten el amoroso sentir en una elaboración poética sentida y firme.

un abrazo

Todo el poema es un canto hermoso del que se sale gratificada de poesía. Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

Tu poema tiene la virtud de la empatía. Uno lee y se ve nadando en aguas cálidas y cercanas. Y eso es difícil de conseguir.
Me ha gustado mucho tu poema. Mucho.

Un fuerte abrazo, Carmen.
J. Manuel

Carmen Pla escribió:Adivino tu color y el lunar de tu espalda,
pasivamente me apodero de todas tus palabras.

Despedazo las notas que forman tu nombre,
- el anfitrión de las horas de mi noche -
uno de mis apuntes al natural indefinible,
la exactitud rellenando mi cabeza,
pretendiendo perturbar las páginas.

En cada renglón de tu piel con mi sangre
impregno tus raíces llegando al tallo,
falseo tus labios como si fueran palpables,
sin poder marcharme ni de tus pies.

Mi voz se une a través de las corolas transitadas de la noche,
vuelvo a esa ciudad de sabor a mar,
donde el iris penetra la tarde con vida propia
y nadan en el agua de tus ojos,
mis dedos de viento con mi memoria impersonal.

Todo aquello que identifica tu cuerpo perpetuo:
tus otras risas, tus otros mundos, las luces de otros versos,
con una sola voz para que se vuelvan perlas mis ojos,
tus colores suaves que te divisan con un solo parpadeo,
la ciudad de pupilas translúcidas,
en el cáliz plateado de nuestros cuerpos.

¡Acércate!, yo también estoy atrapada en la brisa
de estos espacios en blanco,
al lado del mar siempre me pasa lo mismo.
Me quedo dormida imaginando.

Maravilloso poema, Carmen, sus imagines me llevan a esa musa que suena despierta. Un abrazo, ERA

Ramón Carballal escribió:Me gusta el retoque formal del poema y me gustan las evocadores imágenes que contiene. Felicidades y un abrazo.

Gracias Ramón, agradezco mucho tus palabras.
Un fuerte abrazo.

Ramón Castro Méndez escribió:

Carmen Pla escribió:Adivino tu color y el lunar de tu espalda,
pasivamente me apodero de todas tus palabras.

Despedazo las notas que forman tu nombre,
- el anfitrión de las horas de mi noche -
uno de mis apuntes al natural indefinible,
la exactitud rellenando mi cabeza,
pretendiendo perturbar las páginas.

En cada renglón de tu piel con mi sangre
impregno tus raíces llegando al tallo,
falseo tus labios como si fueran palpables,
sin poder marcharme ni de tus pies.

Mi voz se une a través de las corolas transitadas de la noche,
vuelvo a esa ciudad de sabor a mar,
donde el iris penetra la tarde con vida propia
y nadan en el agua de tus ojos,
mis dedos de viento con mi memoria impersonal.

Todo aquello que identifica tu cuerpo perpetuo:
tus otras risas, tus otros mundos, las luces de otros versos,
con una sola voz para que se vuelvan perlas mis ojos,
tus colores suaves que te divisan con un solo parpadeo,
la ciudad de pupilas translúcidas,
en el cáliz plateado de nuestros cuerpos.

¡Acércate!, yo también estoy atrapada en la brisa
de estos espacios en blanco,
al lado del mar siempre me pasa lo mismo.
Me quedo dormida imaginando.

Muy buen poema, intimista y con una admirable expresividad en las imágenes, que resultan cautivadoras.

Un abrazo

Gracias Ramón Castro, un placer recibir tu apoyo.
Un fuerte abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Metáfora y deseo convierten el amoroso sentir en una elaboración poética sentida y firme.

un abrazo

Gracias Guillermo, agradezco tus palabras.
Un abrazo

Carmen Pla escribió:Adivino tu color y el lunar de tu espalda,
pasivamente me apodero de todas tus palabras.

Despedazo las notas que forman tu nombre,
- el anfitrión de las horas de mi noche -
uno de mis apuntes al natural indefinible,
la exactitud rellenando mi cabeza,
pretendiendo perturbar las páginas.

En cada renglón de tu piel con mi sangre
impregno tus raíces llegando al tallo,
falseo tus labios como si fueran palpables,
sin poder marcharme ni de tus pies.

Mi voz se une a través de las corolas transitadas de la noche,
vuelvo a esa ciudad de sabor a mar,
donde el iris penetra la tarde con vida propia
y nadan en el agua de tus ojos,
mis dedos de viento con mi memoria impersonal.

Todo aquello que identifica tu cuerpo perpetuo:
tus otras risas, tus otros mundos, las luces de otros versos,
con una sola voz para que se vuelvan perlas mis ojos,
tus colores suaves que te divisan con un solo parpadeo,
la ciudad de pupilas translúcidas,
en el cáliz plateado de nuestros cuerpos.

¡Acércate!, yo también estoy atrapada en la brisa
de estos espacios en blanco,
al lado del mar siempre me pasa lo mismo.
Me quedo dormida imaginando.

"Me quedo dormida imaginando" ¡precioso!

Y yo sueño cuando leo unos versos como los tuyos.

Un beso.

Pilar Morte escribió:Todo el poema es un canto hermoso del que se sale gratificada de poesía. Me gustó leerte
Abrazos
Pilar

Gracias siempre por tus amables palabras
Abrazo, Pilar

jose manuel saiz escribió:Tu poema tiene la virtud de la empatía. Uno lee y se ve nadando en aguas cálidas y cercanas. Y eso es difícil de conseguir.
Me ha gustado mucho tu poema. Mucho.

Un fuerte abrazo, Carmen.
J. Manuel

Muy amable, José Manuel.
Gracias por acercar tus palabras.
Con el abrazo de siempre