Los huesos de la luz

[J. J. Martínez Ferreiro]

Ocaso derramado en oro;
el charco del mirar se disipó en la nada.
En la quietud de las aceras
el cielo es un brillante pedernal.
El aire cruje en su vigor de hiel.
Se encienden los alambres
y se ensancha la herrumbre de la luz;
sobre el cemento fértil yacen sus huesos amarillos
―la luz tiene los huesos rotos por eso duele.

Un rayo de tu imagen atravesó la tarde;
calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a astro en fusión,
a energía provista en cálices calientes.

Una ventana, un cauce… la espina del deseo
como el ardor de las cruces al borde de tu piel.

[Carmen Pla]

Preciosas imágenes que hacen muy bello el poema.
Un placer leerte, un abrazo

[Hallie Hernández Alfaro]

La luz tiene los huesos rotos por eso duele.


Un rayo de tu imagen atravesó la lluvia
―calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a estrella
en fusión, a energía racionada
en cálices calientes.



Me han impresionado mucho, pero mucho, estos versos, amigo.

Aplausos y un enorme abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Ocaso derramado en oro;
el pantano del ver se disipó en la nada.
En la quietud de las aceras
el cielo es un brillante pedernal.
El aire cruje en su vigor de hiel.
Se encienden los alambres
y se extiende el herrumbre de la luz;
sobre el cemento fértil yacen sus huesos amarillos.
La luz tiene los huesos rotos por eso duele.
Su escombro es una asolada cercanía.

Un rayo de tu imagen atravesó la lluvia
―calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a estrella
en fusión, a energía racionada
en cálices calientes.

Una ventana, un cauce…
la espina del deseo
como una exhalación sensible del perfil:
La cruz quemada a las orillas de la piel.

Me ha encantado este poema de una belleza sublime y de una calidad incontestable.
Mi felicitación
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Preciosas imágenes que hacen muy bello el poema.
Un placer leerte, un abrazo

Gracias, Carmen, por abrir este tema. Celebro que disfrutases de estos versos.

Un abrazo.

[Lunamar Solano]

Profundo y conmovedor querido amigo... intensas imágenes...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Pilar Morte]

Nunca defraudan las imágenes de tus versos. Destilan lirismo y poesía
Abrazos
Pilar

[E. R. Aristy]

Ocaso derramado en oro;
el charco del mirar se disipó en la nada.
En la quietud de las aceras
el cielo es un brillante pedernal.
El aire cruje en su vigor de hiel.
Se encienden los alambres
y se ensancha el herrumbre de la luz;
sobre el cemento fértil yacen sus huesos amarillos.
La luz tiene los huesos rotos por eso duele;
su escombro es una asolada cercanía.

Un rayo de tu imagen atravesó la lluvia
―calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a estrella
en fusión, a energía racionada
en cálices calientes.

Una ventana, un cauce…
la espina del deseo
como una exhalación sensible del perfil:
La cruz quemada a las orillas de la piel.

Estas imagines brillan como un faro en la distancia de un mar que conoce el pulular de las calles, el llanto de las aves que chocan contra el cielo de carton que inventamos. Tambien rompe con su imagineria lirica....hace concreta la luz y disuelve la realidad, es un estado de transformacion en medio de todo y a pesar de todo y por todo. Un privilegio leerte, Ferreiro. Abrazos, ERA

[J. J. Martínez Ferreiro]

La luz tiene los huesos rotos por eso duele.


Un rayo de tu imagen atravesó la lluvia
―calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a estrella
en fusión, a energía racionada
en cálices calientes.



Me han impresionado mucho, pero mucho, estos versos, amigo.

Apalusos y un enorme abrazo.

Gracias Hallie, por ese siempre intenso disfrute de la poesía.

Bicos.

[Óscar Distéfano]

Ha sido grato para mí leer tu poema. Trasmite mucha energía semántica, a través de imágenes originales y potentes. Mis aplausos, amigo.

Un abrazo.
Óscar

[Alejandro Costa López]

Preciosa la luz que irradian tus versos.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Ocaso derramado en oro;
el pantano del ver se disipó en la nada.
En la quietud de las aceras
el cielo es un brillante pedernal.
El aire cruje en su vigor de hiel.
Se encienden los alambres
y se extiende el herrumbre de la luz;
sobre el cemento fértil yacen sus huesos amarillos.
La luz tiene los huesos rotos por eso duele.
Su escombro es una asolada cercanía.

Un rayo de tu imagen atravesó la lluvia
―calcinó la ciudad.
En ese consumado territorio
mi carne huele a estrella
en fusión, a energía racionada
en cálices calientes.

Una ventana, un cauce…
la espina del deseo
como una exhalación sensible del perfil:
La cruz quemada a las orillas de la piel.

Me ha encantado este poema de una belleza sublime y de una calidad incontestable.
Mi felicitación
Abrazos.

Gracias, amigo Ramón, por estos generosos comentarios que regalas a este poema.

Un abrazo

[Pablo Ibáñez]

Ferreiro,

otra potente entrega de tu poderosa visión lírica. Me gusta mucho siempre cómo vas a la yugular de las palabras, a extraer de ellas el último jugo de expresividad. Se nota un poema muy trabajado, muy condensado, reposado. A mí eso me encanta.

Un abrazo, amigo.