Los ojos vendados

[Carmen Pla]

Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.

[Ramón Castro Méndez]

Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.

Un poema que habla de una situación que puede darse en la vida y que empieza con ímpetu, decidido y hasta reivindicativo, para, a continuación, volverse nostálgico y, luego ensalzar, a través de la risa, la energía, la alegría de vivir. El poema es un torrente imparable que solo se detiene al final. Me encanta tu estilo y me encanta el poema. Mi felicitación

Un abrazo, Carmen.

[Begoña Egüen]

Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.

Hermoso poema, estimada amiga, Carmen. Mi felicitación sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Javier Dicenzo]

Intenso y apasionado trabajo mis sinceras felicitaciones, hay en este sito autores de gran prestigio, gracias por tu obra.
Javier

[Julio Gonzalez Alonso]

Gil de Biedma ya nos advirtió que la vida iba en serio... aunque cuando se es joven uno no se dé cuenta. O sí.
Felicitaciones, Carmen. Con un abrazo.
Salud.

[Guillermo Cumar.]

Mucha vida, en un poema. De descanso te sirvió la inspiración con la que manejas ampliamente tu sentir y divergencias .

un abrazo

[Ramón Carballal]

Un poema muy bien construido tanto en forma como en fondo. Felicidades y un abrazo.

[Carmen Pla]

Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.

Un poema que habla de una situación que puede darse en la vida y que empieza con ímpetu, decidido y hasta reivindicativo, para, a continuación, volverse nostálgico y, luego ensalzar, a través de la risa, la energía, la alegría de vivir. El poema es un torrente imparable que solo se detiene al final. Me encanta tu estilo y me encanta el poema. Mi felicitación

Un abrazo, Carmen.

Gracias Ramón, un placer recibir tan amable comentario.
Va un abrazo!

[Carmen Pla]

Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.

Hermoso poema, estimada amiga, Carmen. Mi felicitación sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Un placer recibirte, Begoña, agradezco tus palabras.
Un abrazo

[Carmen Pla]

Intenso y apasionado trabajo mis sinceras felicitaciones, hay en este sito autores de gran prestigio, gracias por tu obra.
Javier

Gracias a ti por leerme, Javier.
Abrazos

[Carmen Pla]

Gil de Biedma ya nos advirtió que la vida iba en serio... aunque cuando se es joven uno no se dé cuenta. O sí.
Felicitaciones, Carmen. Con un abrazo.
Salud.

Yo creo que nuestro amigo Gil tenía toda la razón, Julio, pero también creo que todo depende del color del cristal con que se mire.
Muy agradecida por tu paso y por tus simpáticas palabras
Abrazos

[Mirta Elena Tessio]

Carmen Pla escribió:
Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.


Hola carmen Me ha gustado leerte
como antes. Un beso compañera.

[Pilar Morte]

Uno puede identificar en tus versos muchos sentimiento que viven a lo largo de la vida. Buen poema
Abrazos
Pilar

[Óscar Distéfano]

Creo que has escrito un poema denso y muy interesante. La reflexión existencial la has llenado de lirismo y profundidad filosófica. Eres una poeta de raza: en ti se encuentra encendida la emoción de la poesía. Te felicito por tu autenticidad.

Un abrazo fuerte.
Óscar

[Carmen Pla]

Carmen Pla escribió:
Ha llegado la hora de que el huracán arranque
la venda de mis ojos, también los postigos
y las dobles hojas de las bisagras,
como un torbellino el ácido pensamiento
de las horas que abren los vientos,
la infesta vida de lo que el mundo sufre
como un amplificador oscuro.

Quiero acordarme de lo que he visto,
de lo que nunca he dejado de ver,
del fulgor del recuerdo, de la espera,
de la voluntad y el deseo,
no todo es indiferente, ni el presentimiento
más allá de mi agitación, del fuego de la vida
cuando acaricia las manos, o llena los ojos de días,
o de maravillarme de las palabras que buscan densidad,
siempre regresan, siempre me sorprenden,
me llenan de una fuerza que me dirigen en la oscuridad
y ascienden por la bruma, toman mis talones y hacen que mi boca ría.

La risa tiene un latido de vena fascinante,
unos ojos de planeta fijo que reconocen la pupila,
que se arremolinan junto a mi, buscan el equilibrio
la convicción, y no cesan de metamorfosearse.
Se vuelve absoluta cuando la noche doblega mi piel
y la libertad es el amor enguantado de mis gritos,
como un arquero en el blanco de una saeta.

¡Es fácil!, presentir o intuir,
disimular con un más allá, y ese más allá...
la inspiración de una distancia prudente,
de un espanto secreto que me invade;
la soledad son esos ojos que ven
los verdugos invisibles de la risa,
escapando del extraño juego que albergan.

La vida no se deja interrumpir,
tiene su propio juego, cierra el paso
cuando la realidad divide las ondas,
y toca tierra en todo su espacio desconocido,
pero escribe, la lengua arrastra su agrio declive,
abriga su sórdido consuelo, y me ayuda a conquistar
las cuatro esquinas de mi cuerpo.


Hola carmen Me ha gustado leerte
como antes. Un beso compañera.

Gracias Mirta.
Un placer recibirte.
Besos