Editorial Alaire

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Ya no creía; había dejado de merendar algas en los riesgos del charco; se había liberado de algunas letras magnas, sudorosas, invalidadas por la corona del tiempo. H solía decir que sus protones eran imaginario de él arropado con el sol de los planetas, que las ideas serían alguna vez un acampado de colorines donde vivir la polisemia de los besos, que los genes asertarían hasta quedarse en el aliento naranja, en aquellos sillones blancos del primer día en la memoria.
H, lesa en los acrílicos, en las vendettas, en los trofeos del hambre.
Ya no creía; los sentidos traicionaban la estirpe virginal, los arcanos, el hondo instinto de las ninfas.

Ella sin manos, sin voz, sin armas
en las moradas luces
en las pequeñas muertes de abril.

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Un delicado retrato que transmite dulzura y ensoñación querida amiga...
Un gusto leerte cada vez...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Lunamar Solano escribió:Un delicado retrato que transmite dulzura y ensoñación querida amiga...
Un gusto leerte cada vez...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Nancy, gracias por tu amabilísimo comentario.

Abrazos.

Qué poética prosaica tan inspirada y agradable literariamente hablando. Sentí que andabas pululando por este
primavera, agradablemente metida en las creencias, amparada y sentida desde el recuerdo subyacente.

Un abrazo

Guillermo Cuesta escribió:Qué poética prosaica tan inspirada y agradable literariamente hablando. Sentí que andabas pululando por este
primavera, agradablemente metida en las creencias, amparada y sentida desde el recuerdo subyacente.

Un abrazo

Muchas gracias, Guillermo; tu palabra amable siempre es un regalo para mis cosas.

Un abrazo.

Felicidades, Hallie, por estas pequeñas muertes de abril cuando se cumple mayo. Abrazos.
Salud.

Muy bello poema de Hallie.

Hallie,

muy bello poema, sí. Siempre innovando, buscando, arriesgando. Me gusta la manera cómo manejas la referencia del narrador a H. Así, con la inicial, le da un aire enigmático y anónimo, un misterio como de espionaje. La brevedad y condensación de la propuesta contribuye también a su contundencia lírica, a delinear el ambiente emocional muy eficazmente. El narrador "ya no creía". H. establece una serie de enigmáticas verdades que el narrador intenta interpretar como claves de fe. Sin embargo, el caos que nos envuelve no permite, como casi siempre, dilucidar el resultado. El narrador se queda pensativo en H. en los últimos versos, distinguidos de la prosa.

Ella sin manos, sin voz, sin armas
en las moradas luces
en las pequeñas muertes de abril.

Y nos deja a nosotros también pensando en H. y en las "pequeñas muertes de abril"

Siempre un placer, Hallie.

Querida Hallie, me ha encantado el poema, las pequeñas muertes son un abril de inspiración, todo un cumulo de nuevos significados que enorgullecen a la poesía, y tu voz que siempre apunta a una misteriosa belleza, fuera del alcance humano, para hacernos reconocer en la inevitable belleza de lo perdido. Muchos abrazos y felicitaciones, querida amiga.

Las situaciones que día a día vivimos hacen que creamos más o menos. Tu poema transita la duda pero noto un fondo que no deja de aferrarse al cambio, a la esperanza. Quizás descreer sea la forma de transformarse.

Recibe un cordial saludo

Precioso Hallie, has utilizado el ingenio y dar así toda una bella creación literaria.
Me ha gustado muchísimo.
Un abrazo

Julio Gonzalez Alonso escribió:Felicidades, Hallie, por estas pequeñas muertes de abril cuando se cumple mayo. Abrazos.
Salud.

Gracias de corazón por tu atención y lectura, Julio.

Abrazos y felicidad.

Rafel Calle escribió:Muy bello poema de Hallie.

Agradezco mucho la huella de tu palabra, amigo.

Abrazos y felicidad.

Hallie Hernández Alfaro escribió:.

Ya no creía; había dejado de merendar algas en los riesgos del charco; se había liberado de algunas letras magnas, sudorosas, invalidadas por la corona del tiempo. H solía decir que sus protones eran imaginario de él arropado con el sol de los planetas, que las ideas serían alguna vez un acampado de colorines donde vivir la polisemia de los besos, que los genes asertarían hasta quedarse en el aliento naranja, en aquellos sillones blancos del primer día en la memoria.
H, lesa en los acrílicos, en las vendettas, en los trofeos del hambre.
Ya no creía; los sentidos traicionaban la estirpe virginal, los arcanos, el hondo instinto de las ninfas.

Ella sin manos, sin voz, sin armas
en las moradas luces
en las pequeñas muertes de abril.

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Hay una suerte de concurrencia nihilista curtida por repetidos desengaños y frustraciones del intelecto.
La personificación protagónica de la inicial muda como símbolo de la palabra estéril que no logra preñar certidumbres,
ideas que sufren pequeñas muertes cuando recién intentan florecer...
Luces violáceas, como agoreras señales que va dejando muerte.

Toda una experiencia navegar en las profundidades de tu poética, mi querida Hallie.
Recibe un fuerte abrazo y mi admiración. Me encantaría poder tomarme ese café algún día contigo en Holanda.

Un lujo dejarse envolver por la dulce melancolía de tus hermosos versos.

Mis aplausos a tu obra, Hallie.

Un abrazo.