Editorial Alaire

No tengo la menor idea de si sabré volver sobre mis pasos,
si bajo mis uñas los silentes estallidos
me atrapan entre las agujas del frío,
no tengo la certeza de que la noche
erige paredes de cristal por todas partes,
si han caducado en mi las costumbres
o si vivir una vida entraña aceptar lo que no existe
como si existiera.

No sabría volver sin oír al viento silbar
y amasar la nieve al pie de mi oquedad,
sin haber barrido mis huellas y mi rastro
distorsionar la realidad,
o sentir la tiranía de mi razón.

Bañarme en una lluvia de estrellas
y sentir las noches de invierno,
los muslos atrapados entre la espesura
y experimentar el campo magnético de la nieve.

Hay un bosque que me turba,
que el temblor alocado ha abierto una brecha en su orilla
y ha causado en mi el estruendo de la madera.

Ahora soy su piedra afiladera,
la embriaguez de súbita inmensidad
del paisaje bajo la luna,
la orilla de sus ramas que me rompen
dando vueltas sobre mi misma,
con esa presencia absoluta
por extraño que parezca, incongruente,
en todos los niveles de mi ser.

Me ha gustado mucho todo el poema, pero la estrofa final le pone broche de oro. Felicidades y un abrazo.

Me ha gustado mucho el poema, como te miras hacia dentro y cómo miras el mundo. Un placer
Abrazos
Pilar

Ramón Carballal escribió:Me ha gustado mucho todo el poema, pero la estrofa final le pone broche de oro. Felicidades y un abrazo.

Gracias Ramón, es un placer tenerte cerca de mis letras.
Un gran abrazo, amigo

Pilar Morte escribió:Me ha gustado mucho el poema, como te miras hacia dentro y cómo miras el mundo. Un placer
Abrazos
Pilar

Gracias Pilar.
Me alegra mucho recibir tus palabras.
Abrazos

Magnífico recurso el de ese bosque en el ue te mueves con el verso. Bien llevada la inspiración y bien dispuestas
las alegaciones. No vienen mal esos versos sensitivos que van dejando miguitas para dar a la metáfora el regusto
de la interpretación abierta.

un abrazo

Carmen Pla escribió:No tengo la menor idea de si sabré volver sobre mis pasos,
si bajo mis uñas los silentes estallidos
me atrapan entre las agujas del frío,
no tengo la certeza de que la noche
erige paredes de cristal por todas partes,
si han caducado en mi las costumbres
o si vivir una vida entraña aceptar lo que no existe
como si existiera.

No sabría volver sin oír al viento silbar
y amasar la nieve al pie de mi oquedad,
sin haber barrido mis huellas y mi rastro
distorsionar la realidad,
o sentir la tiranía de mi razón.

Bañarme en una lluvia de estrellas
y sentir las noches de invierno,
los muslos atrapados entre la espesura
y experimentar el campo magnético de la nieve.

Hay un bosque que me turba,
que el temblor alocado ha abierto una brecha en su orilla
y ha causado en mi el estruendo de la madera.

Ahora soy su piedra afiladera,
la embriaguez de súbita inmensidad
del paisaje bajo la luna,
la orilla de sus ramas que me rompen
dando vueltas sobre mi misma,
con esa presencia absoluta
por extraño que parezca, incongruente,
en todos los niveles de mi ser.

Primoroso poema. Gracias, estimada amiga, Carmen, por haber tenido la deferencia de compartir.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Guillermo Cuesta escribió:Magnífico recurso el de ese bosque en el ue te mueves con el verso. Bien llevada la inspiración y bien dispuestas
las alegaciones. No vienen mal esos versos sensitivos que van dejando miguitas para dar a la metáfora el regusto
de la interpretación abierta.

un abrazo

Me gustó mucho tu simpático comentario,
gracias Guillermo
abrazos

Begoña Egüen escribió:

Carmen Pla escribió:No tengo la menor idea de si sabré volver sobre mis pasos,
si bajo mis uñas los silentes estallidos
me atrapan entre las agujas del frío,
no tengo la certeza de que la noche
erige paredes de cristal por todas partes,
si han caducado en mi las costumbres
o si vivir una vida entraña aceptar lo que no existe
como si existiera.

No sabría volver sin oír al viento silbar
y amasar la nieve al pie de mi oquedad,
sin haber barrido mis huellas y mi rastro
distorsionar la realidad,
o sentir la tiranía de mi razón.

Bañarme en una lluvia de estrellas
y sentir las noches de invierno,
los muslos atrapados entre la espesura
y experimentar el campo magnético de la nieve.

Hay un bosque que me turba,
que el temblor alocado ha abierto una brecha en su orilla
y ha causado en mi el estruendo de la madera.

Ahora soy su piedra afiladera,
la embriaguez de súbita inmensidad
del paisaje bajo la luna,
la orilla de sus ramas que me rompen
dando vueltas sobre mi misma,
con esa presencia absoluta
por extraño que parezca, incongruente,
en todos los niveles de mi ser.

Primoroso poema. Gracias, estimada amiga, Carmen, por haber tenido la deferencia de compartir.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Gracias a ti, por leerme y dejar tu huella.
Muy agradecida, Begoña. brazos.

Hermoso e interesante poema de Carmen.

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema de Carmen.

Gracias Rafel
Saludos

Me ha encantado el poema, lo encuentro existencial, trata de descubrir nuestro lugar en el universo y también como volver a reencontrarnos, por si nos perdemos en esa búsqueda. Mis abrazos sinceros y felicitaciones, Carmen.

Marius Gabureanu escribió:Me ha encantado el poema, lo encuentro existencial, trata de descubrir nuestro lugar en el universo y también como volver a reencontrarnos, por si nos perdemos en esa búsqueda. Mis abrazos sinceros y felicitaciones, Carmen.

Gracias Marius, las inquietudes del ser, me alegra tu bella interpretación.
También mis abrazos sinceros para ti