Editorial Alaire

Manuel Sánchez escribió:Olvidaba decirte,

--ante un íntimo espacio dividido en momentos--

que el deseo de ver amanecer se confunde en el aire

con el largo cabello de la muerte.

Quiero pensar que el dueño del anónimo

es solo un resplandor de la conciencia

y no una pesadilla, que el gobierno de todos los sentidos

puede idear un tiempo de algodón.

Y es que alguien

me ha contado una historia de versos detenidos a la orilla del mar,

de jóvenes que alumbran con sus ojos la nitidez del mundo

y el suave mitigar de las gaviotas.


A la vida la quiero, pero por qué me daña.

Pablo Ibáñez escribió:Manuel,

me ha gustado el poema, amigo. Siempre ofreces un lenguaje muy cuidado, un fluir muy reconocible, sosegado, reposado; unas imágenes muy originales, hipnóticas, diría, en las que uno se queda como atrapado, como un sueño del que no se quiere despertar

el suave mitigar de las gaviotas

Me gusta mucho.
Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Yo también querría un tiempo de algodón. Sugerente y precioso poema. Tienes ya un estilo muy personal.
Besos
Pilar

Rafel Calle escribió:Hermoso y evocador poema de Manuel.

Felipe Fuentes García escribió:

Manuel Sánchez escribió:Olvidaba decirte,

--ante un íntimo espacio dividido en momentos--

que el deseo de ver amanecer se confunde en el aire

con el largo cabello de la muerte.

Quiero pensar que el dueño del anónimo

es solo un resplandor de la conciencia

y no una pesadilla, que el gobierno de todos los sentidos

puede idear un tiempo de algodón.

Y es que alguien

me ha contado una historia de versos detenidos a la orilla del mar,

de jóvenes que alumbran con sus ojos la nitidez del mundo

y el suave mitigar de las gaviotas.


A la vida la quiero, pero por qué me daña.

Bella y original manera de construir este magnífico poema. Me ha encantado leerlo, Manuel.

Mi aplauso con un abrazo, amigo.
Felipe.