Editorial Alaire

Has vuelto, sí, has vuelto.
Mas no con cursis estertores
ni con pájaros cachondos
ni conejos de madera.
Has regresado en borrascas,
en giros imprevistos
que nunca soñé tener,
con los ojos más despiertos
o acaso más grandes,
pero, deliberadamente inmensa,
giganta entre los verdores
y azul en la altura inerme.

Así no te soñaba.
Eras un súbito llegar
de sol en las paredes
y en la paredes el musgo
se derretía a tu paso con liviandad impura.
Hoy tienes lo que anhelaba:
vientos en las pestañas,
grises entre la frente
y una incógnita en los que miran
cuando tu luz les alcanza.

Celebro tu regreso, tu estío, tu jornada.
Porque sin cursis atardeceres,
sin evocaciones de madera
y sin optimismos ignotos,
me has puesto sobre las manos,
un trigal que regar,
un olivar entero.

Alberto Madariaga
(2016)

Leo este poema (inexplicablemente sin comentarios) y me paseo por esa primavera tan hermosa y alejada de los tópicos. Un placer llevarme el cero.
Un abrazo.
Pepa

Celebro esta oda a la primavera y a su simbolismo personal que exhuma humanismo, dolor existencial y entereza para seguir en la lucha por la vida. Un gran cambio poético está sucediendo en tu experiencia, amigo. Eres un poeta a quien seguiré los pasos. Enhorabuena.

Un abrazo fraterno.
Óscar

Me ha gustado esta primavera realista y que empuja a la vida. Un placer pasar por tus letras
Besos
Pilar

Hermoso e interesante poema de Alberto.