Ojo de vidrio.
Publicado: Mar, 05 Abr 2016 18:48
La llama y su pabilo
saben cómo encontrarse con su espacio y con su tiempo. Se detienen en un punto en el que arde su hemisferio y ofrecen a su estigma,
la huella olorosa del cebo
quemado por el aire.
.......
Cuando la voz de la campana ya no suena
porque en el silencio
de su tarde se ha dormido...
hay que estar
en el aquí del látigo brioso que ensaya la herida carnal
con su complejo de repetición...
hay que saberse
pensamiento,
jugando al crimen y castigo
del ensayo y el error...
Hay que sentirse
olor a muerto
como ropa vieja colgada del placard...
Y hay que comprender
que ya no presta oficio
el arcabuz
cuando te han corrido
lágrimas como balas incendiarias
y aún, florecieran los geranios con el Sol ya caído
del otro lado de la verdad.
Hay que ampliarse en el ahora,
y estar dispuesta a mirar
por ese gran ojo de vidrio
que te observa desde afuera
y hace vértigo
en tu cólico intestinal...
que te priva de emociones y te hace individualista
renunciando a tu foro intersticial.
Ya sin piel...
Sin capacidad de compartir
el dolor del cohabitar
en la otredad,
sin poderte diversificar,
es mirar
al gran reloj de arena parado,
contando sus granos
en medio del desierto de los días
-fallida latitud de la percepción de la conciencia
que queriendo ver
tras del vidrio
no encontró ni a su sombra-
Tal el aquí y ahora
que fatiga
en la noche transversa,
deseando ser rey
por unas horas.
Mitsy Grey
Todos los derechos reservados
Abril de 2016
saben cómo encontrarse con su espacio y con su tiempo. Se detienen en un punto en el que arde su hemisferio y ofrecen a su estigma,
la huella olorosa del cebo
quemado por el aire.
.......
Cuando la voz de la campana ya no suena
porque en el silencio
de su tarde se ha dormido...
hay que estar
en el aquí del látigo brioso que ensaya la herida carnal
con su complejo de repetición...
hay que saberse
pensamiento,
jugando al crimen y castigo
del ensayo y el error...
Hay que sentirse
olor a muerto
como ropa vieja colgada del placard...
Y hay que comprender
que ya no presta oficio
el arcabuz
cuando te han corrido
lágrimas como balas incendiarias
y aún, florecieran los geranios con el Sol ya caído
del otro lado de la verdad.
Hay que ampliarse en el ahora,
y estar dispuesta a mirar
por ese gran ojo de vidrio
que te observa desde afuera
y hace vértigo
en tu cólico intestinal...
que te priva de emociones y te hace individualista
renunciando a tu foro intersticial.
Ya sin piel...
Sin capacidad de compartir
el dolor del cohabitar
en la otredad,
sin poderte diversificar,
es mirar
al gran reloj de arena parado,
contando sus granos
en medio del desierto de los días
-fallida latitud de la percepción de la conciencia
que queriendo ver
tras del vidrio
no encontró ni a su sombra-
Tal el aquí y ahora
que fatiga
en la noche transversa,
deseando ser rey
por unas horas.
Mitsy Grey
Todos los derechos reservados
Abril de 2016