Editorial Alaire

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A partir de aquí las Mil y una noche se deberán llamar Dos mil dos.
Bravo este cuento lleno de sensualidad, de dulce magia, de entrometido existencialismo: frente a la libertad reprimida, es válido el conjuro, el hechizo.
Magna defensa de la libertad de pensamiento, de la libertad sexual.
Buena diatriba contra el latente machismo que todavía subyace en nuestra sociedad.
Hay pasajes que son pura poesía, hasta rimada.

Enhorabuena.

Un besazo.

Miguel Ángel Martínez escribió:A partir de aquí las Mil y una noche se deberán llamar Dos mil dos.
Bravo este cuento lleno de sensualidad, de dulce magia, de entrometido existencialismo: frente a la libertad reprimida, es válido el conjuro, el hechizo.
Magna defensa de la libertad de pensamiento, de la libertad sexual.
Buena diatriba contra el latente machismo que todavía subyace en nuestra sociedad.
Hay pasajes que son pura poesía, hasta rimada.

Enhorabuena.

Un besazo.

No terminamos con el machismo, no. La finalidad del esclavo, del preso, del dominado es la fuga. Y esta pareja intenta hacer un títere del cristiano para que pruebe en sus propias carnes el dolor que infringe.
¡Ojo por ojo!
Genial tu comentario.
Un besazo.