Página 1 de 1

Pena inmutada.

Publicado: Mar, 29 Mar 2016 5:08
por Alberto Madariaga
No sé si debí sufrirte
amor de mi sueño inútil,
mujer de mi orilla sorda
en donde cientos de hectáreas
fueron piedra y silencio,
sólo polvo cerrado.
Pero te alimenté.
Te colmé los ojos
de verdades imposibles,
de un rimel que imaginaba
y que ante las pocas luces
que tuve frente a mis párpados,
toda tú, fuiste quimera y ensueño.
Por eso no sé si fue necesaria
toda la rueca inmensa
que para ti fue tejida.
Y no es que ahora reniegue,
ahora, cuando no escuchas
y cuando todo se ha ido
en tolvanera de niebla.
Nunca fuiste la envidia en la plaza
y si mi mano apretaba la tuya,
una música negra y de lejos
se llevaba las sensaciones más nítidas.
¿Quién iba a envidiarme entonces
si eras un mar grande y largo
y yo un arroyo sin piedras?
Era imposible.
Era de noche.
Sencillamente de nubes,

Alberto Madariaga
(2016)

Re: Pena inmutada.

Publicado: Mar, 29 Mar 2016 12:33
por Carmen Pla
Un precioso poema que emociona.
Muy grata lectura.
Un abrazo, Alberto

Re: Pena inmutada.

Publicado: Jue, 31 Mar 2016 0:21
por Josefa A. Sánchez
Hay una gran belleza y sensibilidad en tus versos melancólicos. Muy grata lectura.
Un abrazo.
Pepa

Re: Pena inmutada.

Publicado: Jue, 31 Mar 2016 13:49
por Marius Gabureanu
Alberto, me ha gustado mucho el poema, es muy evocador y se lee muy bien, algunas imágenes desoladoras construidas a base de contrastes, contrastes entre palabras- esencia,
amor-sueño inútil,
mujer- orilla sorda
hacen que la lectura sea intensa, casi recitada. Gracias por compartir. Abrazos y feliz fin de semana.

Re: Pena inmutada.

Publicado: Jue, 31 Mar 2016 15:17
por Carmen López
Bello, evocador, exquisitamente construido, me gustó el título, revelador en sí mismo.

Un abrazo.

Carmen

Re: Pena inmutada.

Publicado: Sab, 02 Abr 2016 8:05
por Rafel Calle
Hermoso e interesante trabajo de Alberto.

Re: Pena inmutada.

Publicado: Mar, 05 Abr 2016 12:06
por Guillermo Cumar.
Todo un prurito de amor incandescente para vigilar el sueño que está punto ya de despertar.
El poeta vas ufriendo el castigo de sus desavenencias y de ellas se alimenta con poética estructura.

un abrazo