Editorial Alaire

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Esa es la gran verdad que tu poeta, tu yo interno, nos deja: los muertos no sueñan nunca. Me han encantado tus versos.
En la lucha por discernir la verdad de la mentira el poeta sueña y cuando su poesía lo trasciende acierta y de ahí su validez como arte suprema. Transmite lo que de otra forma no se puede.
Su desnudez se pretende tapar pero es un afán inútil y como bien dices: sólo se mata lo que está muerto, nunca la verdadera poesía.
Fantástico.

Un besazo.

Muerta del todo no estás, aunque sí vivita y coleando con el pensar, del que la imaginacion toma ciencia y conciencia
para queel deseo de soñar nunca fenezca
un abrazo

Tigana,

de nuevo vuelves a sorprendernos con ese final inesperado. Preparas con mimo el ambiente en la primera parte y después nos dejas pensando, con las ideas temblando.

Me ha gustado mucho.
Un abrazo.

Miguel Ángel Martínez escribió:Esa es la gran verdad que tu poeta, tu yo interno, nos deja: los muertos no sueñan nunca. Me han encantado tus versos.
En la lucha por discernir la verdad de la mentira el poeta sueña y cuando su poesía lo trasciende acierta y de ahí su validez como arte suprema. Transmite lo que de otra forma no se puede.
Su desnudez se pretende tapar pero es un afán inútil y como bien dices: sólo se mata lo que está muerto, nunca la verdadera poesía.
Fantástico.

Un besazo.

¿Sabes una cosa, Miguel? La honestidad de lo que llamamos ficción, que es si me apuras la hermana bastarda, es que no tiene pretensiones al trono de la realidad. Y por eso mismo, porque no está sujeta a la opinión, ni a las versiones de quien las da, ni a la utilidad para convencer o adoctrinar, encierra más verdad acerca de lo que somos en el tiempo que dura nuestro sueño.
Hace falta estar bastante desengañados para perder (o disfrutar) el tiempo en algo tan irreal y, sin embargo, tan imprescindible como escribir sobre ese yo interno del que hablas.

Mira que me haces pensar con tus comentarios.
Un besazo.

Guillermo Cuesta escribió:Muerta del todo no estás, aunque sí vivita y coleando con el pensar, del que la imaginacion toma ciencia y conciencia
para queel deseo de soñar nunca fenezca
un abrazo

Desde el momento en el que naces te estás muriendo, ¿no?
Menos mal que nos queda soñar.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.

Pablo Ibáñez escribió:Tigana,

de nuevo vuelves a sorprendernos con ese final inesperado. Preparas con mimo el ambiente en la primera parte y después nos dejas pensando, con las ideas temblando.

Me ha gustado mucho.
Un abrazo.

De eso trata este juego, sorprender. Eliminar lo cotidiano en la poesía es una meta interesante.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.