Editorial Alaire

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Tigana Nelson escribió:La ciudad tiene vida,
gatos que se esconden tras las equinas.
Diamantes con forma indefinida.

Pasan las horas y ya es de día,
ya no están los gatos tras las esquinas,
solo diamantes cristalinos de forma definida.

Mañana volverán los gatos
acechando las esquinas.
Quizá alguno muera y la ciudad llore polvo.

Volveré a ver los mismos diamantes de cristal.
La gente seguirá caminando,
maldiciendo el polvo de las calles.

¡La luna se rompe cada noche por las esquinas!

El artista es quien nos trae la luna en sus manos. Un placer leerte, Tigana. ERA

Este poema no me ha llegado con la intensidad de los últimos a los que nos tienes malacostumbrados.
La estructura no ayuda, a mi entender, a trasmitir la emoción fijando al lector con rimas repetitivas en los primeros seis versos y esa contradicción retórica definida/indefinida que no llego a entender por ser frases muy concretas, sin apenas dejar imaginación al lector.
Muy forzado el concepto de equinas.

Lo que me ha gustado es tu intento de llevar al extremo la idea de esquina: cambio de rumbo y posible justificación de ese concepto definido/indefinido en el que nos sumerge la noche y del que solo un gato con ese pelaje suave y lúbrico es capaz de salir victorioso.

Un besazo

E. R. Aristy escribió:

Tigana Nelson escribió:La ciudad tiene vida,
gatos que se esconden tras las equinas.
Diamantes con forma indefinida.

Pasan las horas y ya es de día,
ya no están los gatos tras las esquinas,
solo diamantes cristalinos de forma definida.

Mañana volverán los gatos
acechando las esquinas.
Quizá alguno muera y la ciudad llore polvo.

Volveré a ver los mismos diamantes de cristal.
La gente seguirá caminando,
maldiciendo el polvo de las calles.

¡La luna se rompe cada noche por las esquinas!

El artista es quien nos trae la luna en sus manos. Un placer leerte, Tigana. ERA

Muchas gracias por tus palabras Era.
Salud.

Armilo Brotón escribió:Este poema no me ha llegado con la intensidad de los últimos a los que nos tienes malacostumbrados.
La estructura no ayuda, a mi entender, a trasmitir la emoción fijando al lector con rimas repetitivas en los primeros seis versos y esa contradicción retórica definida/indefinida que no llego a entender por ser frases muy concretas, sin apenas dejar imaginación al lector.
Muy forzado el concepto de equinas.

Lo que me ha gustado es tu intento de llevar al extremo la idea de esquina: cambio de rumbo y posible justificación de ese concepto definido/indefinido en el que nos sumerge la noche y del que solo un gato con ese pelaje suave y lúbrico es capaz de salir victorioso.

Un besazo

No siempre llegan los poemas al lector con la intensidad con las que se escriben.
Tras este poema había soledad y unas noches perdidas. Nevada intensa que se veía a través de la ventana de un hospital. Al principio de la noche se apreciaban los gatos (personas con sus vidas) de aquí para allá. No te olvides de que a los madrileños nos llaman gatos.
Iban pasando las horas y lo que quedaba era la nieve, cubriéndolo todo. Caían copos como diamantes bien definidos.
Es un poema que intenta sonar solitario marcando horas en la que nada tiene sabor y que mantiene tu alma como alfiler de corbata.

Pero ¿sabes una cosa? Aprecio mucho tu sinceridad y lo sabes.
Un besazo.

Quizá alguno muera y la ciudad llore polvo.

Este verso me ha gustado mucho. Esa imponente felinidad de las sombras aguerridas, de la glauca amenaza de vivir.

Un saludo.

Vivir no es la amenaza, más bien es el castigo de no se sabe qué.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.