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Publicado: Mar, 01 Mar 2016 22:59
por Tigana Nelson
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Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 0:25
por Pilar Morte
Me ha gustado tu poema, la vida que se desprende de los versos, el pasado afectivo que se hace recuerdo filtrado por la luz de la razón.
Abrazos
Pilar

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 3:42
por Armilo Brotón
Sí Ana, las manos son un libro; como las mariposas, van posándose por distintos lugares y liban la esencia de las cosas que se queda pegada a sus alas, dándoles el color preciso. Sólo hay que interpretar ese código y tú, como buena gitana, eres especialista en ello. Es el arte de la quiromancia, un saber antiguo que el hombre descubrió en la noche, frente al fuego de una gruta, cuando sin apenas de qué hablar se miraban las manos.

A los dos nos gusta mucho el tema de las manos y aquí has glosado, a través de tus mujeres, todo una trayectoria de vida, de experiencia acumulada. Un hermoso poema que me conmueve; que me deja entrever la sicología de esas personas a través de tus versos como rayas de la mano.

Gracias por esa dedicatoria en un poema tan emocionante, como emocionante es la canción de Bebe. Queda en mi cabeza, antes de dormir, una trayectoria de manos que me llevan hasta las tuyas, las de la poeta, las de la ternura.

Un besazo.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 16:50
por C.P. Fernández
Bellísimo poema, Tigana. Pura emoción. Me encanta.

Un abrazo.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 18:29
por Tigana Nelson
Pilar Morte escribió:Me ha gustado tu poema, la vida que se desprende de los versos, el pasado afectivo que se hace recuerdo filtrado por la luz de la razón.
Abrazos
Pilar
Así es, Pilar, es un poema de recuerdos.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 18:33
por Tigana Nelson
Armilo Brotón escribió:Sí Ana, las manos son un libro; como las mariposas, van posándose por distintos lugares y liban la esencia de las cosas que se queda pegada a sus alas, dándoles el color preciso. Sólo hay que interpretar ese código y tú, como buena gitana, eres especialista en ello. Es el arte de la quiromancia, un saber antiguo que el hombre descubrió en la noche, frente al fuego de una gruta, cuando sin apenas de qué hablar se miraban las manos.

A los dos nos gusta mucho el tema de las manos y aquí has glosado, a través de tus mujeres, todo una trayectoria de vida, de experiencia acumulada. Un hermoso poema que me conmueve; que me deja entrever la sicología de esas personas a través de tus versos como rayas de la mano.

Gracias por esa dedicatoria en un poema tan emocionante, como emocionante es la canción de Bebe. Queda en mi cabeza, antes de dormir, una trayectoria de manos que me llevan hasta las tuyas, las de la poeta, las de la ternura.

Un besazo.
Me gustan las mancias y no puedo evitar mirar las manos de la gente. Esas rayas que cuentan la vida y matan mi curiosidad. Las rayas de la mano y los poemas tienen eso en común: el conocimiento de otras vidas.
Elegí este poema para intentar picarte, y que subas uno de esos poemas tuyos tan originales y tan manuales.
Un besazo.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Mié, 02 Mar 2016 18:35
por Tigana Nelson
CELIA PUERTA escribió:Bellísimo poema, Tigana. Pura emoción. Me encanta.

Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras Celia.
Salud.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Vie, 04 Mar 2016 7:48
por Rafel Calle
Hermoso e interesante poema de Tigana.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Vie, 04 Mar 2016 11:43
por Marisa Peral
[quote="Tigana Nelson"]
Para ti Miguel, para que degustes esta ruta manual.


Manos que borraban los restos de una noche infernal.
Pasaban su palma cálida y tierna por mi cabeza
y eran sus dedos los que me susurraban la llegada de un nuevo día.
Cuando ella no se da cuenta,
y casi de manera inconsciente,
observo las rayas que dicen marcan nuestro futuro,
escudriño con la lupa de la curiosidad
y busco entre sus líneas los parecidos con las mías.
¿Será verdad que tenemos en un puño nuestro futuro?

¿Será cierto que nos suda el pasado,
que la línea de la suerte y del trabajo
sostienen la bolsa de la compra
cuando volvemos del mercado?

Con sus manos acariciando las mías,
relataba la historia de nuestra familia.
Yo quería que las manos de mi madre
me dijeran también algo más;
que me contaran sus dedos por qué temblaban
cuando a escondidas secaban sus lágrimas,
por qué sus uñas no estaban camufladas
bajo el estridente color rojo del esmalte,
por qué su muñeca se empeñaba
en girar el reloj hacia la parte inferior,
por qué eran tan ágiles llevando el peso
de una vida no deseada,
sin que nada se escurriera entre ellas.
Y por qué no se rebelaban ante el dolor,
dejando las marcas en sus ojos cuando miraban.

Es posible leer toda una vida,
recorrer la incierta geografía manual
inspeccionando cada valle y cada huella dactilar.
Es posible descifrar cada lenguaje:
mano-plancha, mano-caricia, mano-madre.
Cientos de manos en una.


Cuando me canso de investigar los pasados
que me cuentan sus cutículas descuidadas,
me siento a pensar.
¿Cuándo fue su primera caricia? ¿Y la última?
Y cuando me canso de pensar
observo sus bellas y largas manos,
tan distintas de las mías,
observo sus dedos cuando ambas,
madre e hija, nos miramos y comentamos
que el tiempo es una tontería que cuelga de péndulos,
y que el cariño no tiene por qué dejarse olvidado en las costras de la madurez.


Sin anillos, sin esmaltes, sin guantes.
Con las manos desnudas de mi madre y de mi abuela
he ido aprendiendo un lenguaje nuevo,
un lenguaje gestual que se aprende de caricia a caricia.

Que se puede acariciar la noche o un grumo de otoño.
Que los cuentos inventados te acarician las yemas de los dedos
y que las palabras no sólo son teclas frías o bolígrafos inertes.
Que se puede navegar por las orillas de unas líneas que,
bien leídas, son el reflejo de toda una vida.
Que las manos cultas no son incompatibles con las manos laboriosas.
Y que hay manos que te sostienen de por vida.




Tigana, esta ruta manual me ha emocionado profundamente. Leo de principio a fin, de fin a principipo y me veo reflejada en estas manos mías que a veces no lo son, en sus manos de madre, largas trabajadas, naturalemente cuidadas y en las de mi abuela, regordetas y blanditas, en las de mi hija, blancas y suaves... y ahora también en las de mis dos nietas, a las que me encanata cogerles sus manitas, aún vírgenes en todo, y acariarlas y besarlas... y en todo lo que significan para mi todas ellas. Me has emocionado de verdad Tigana.
Gracias por esta belleza escrita con el alma abierta y sin artificios.
Y gracias por el video de BeBe... hermosa y luchadora mujer que no se rinde y cuenta verdades como puños.
Felicidades por este poema y abrazos de corazón.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Sab, 05 Mar 2016 14:10
por Tigana Nelson
Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema de Tigana.

Gracias, Rafel, por tus palabras de apoyo.
Salud.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Sab, 05 Mar 2016 14:19
por Tigana Nelson
Marisa Peral escribió:
Tigana Nelson escribió:
Para ti Miguel, para que degustes esta ruta manual.


Manos que borraban los restos de una noche infernal.
Pasaban su palma cálida y tierna por mi cabeza
y eran sus dedos los que me susurraban la llegada de un nuevo día.
Cuando ella no se da cuenta,
y casi de manera inconsciente,
observo las rayas que dicen marcan nuestro futuro,
escudriño con la lupa de la curiosidad
y busco entre sus líneas los parecidos con las mías.
¿Será verdad que tenemos en un puño nuestro futuro?

¿Será cierto que nos suda el pasado,
que la línea de la suerte y del trabajo
sostienen la bolsa de la compra
cuando volvemos del mercado?

Con sus manos acariciando las mías,
relataba la historia de nuestra familia.
Yo quería que las manos de mi madre
me dijeran también algo más;
que me contaran sus dedos por qué temblaban
cuando a escondidas secaban sus lágrimas,
por qué sus uñas no estaban camufladas
bajo el estridente color rojo del esmalte,
por qué su muñeca se empeñaba
en girar el reloj hacia la parte inferior,
por qué eran tan ágiles llevando el peso
de una vida no deseada,
sin que nada se escurriera entre ellas.
Y por qué no se rebelaban ante el dolor,
dejando las marcas en sus ojos cuando miraban.

Es posible leer toda una vida,
recorrer la incierta geografía manual
inspeccionando cada valle y cada huella dactilar.
Es posible descifrar cada lenguaje:
mano-plancha, mano-caricia, mano-madre.
Cientos de manos en una.


Cuando me canso de investigar los pasados
que me cuentan sus cutículas descuidadas,
me siento a pensar.
¿Cuándo fue su primera caricia? ¿Y la última?
Y cuando me canso de pensar
observo sus bellas y largas manos,
tan distintas de las mías,
observo sus dedos cuando ambas,
madre e hija, nos miramos y comentamos
que el tiempo es una tontería que cuelga de péndulos,
y que el cariño no tiene por qué dejarse olvidado en las costras de la madurez.


Sin anillos, sin esmaltes, sin guantes.
Con las manos desnudas de mi madre y de mi abuela
he ido aprendiendo un lenguaje nuevo,
un lenguaje gestual que se aprende de caricia a caricia.

Que se puede acariciar la noche o un grumo de otoño.
Que los cuentos inventados te acarician las yemas de los dedos
y que las palabras no sólo son teclas frías o bolígrafos inertes.
Que se puede navegar por las orillas de unas líneas que,
bien leídas, son el reflejo de toda una vida.
Que las manos cultas no son incompatibles con las manos laboriosas.
Y que hay manos que te sostienen de por vida.




Tigana, esta ruta manual me ha emocionado profundamente. Leo de principio a fin, de fin a principipo y me veo reflejada en estas manos mías que a veces no lo son, en sus manos de madre, largas trabajadas, naturalemente cuidadas y en las de mi abuela, regordetas y blanditas, en las de mi hija, blancas y suaves... y ahora también en las de mis dos nietas, a las que me encanata cogerles sus manitas, aún vírgenes en todo, y acariarlas y besarlas... y en todo lo que significan para mi todas ellas. Me has emocionado de verdad Tigana.
Gracias por esta belleza escrita con el alma abierta y sin artificios.
Y gracias por el video de BeBe... hermosa y luchadora mujer que no se rinde y cuenta verdades como puños.
Felicidades por este poema y abrazos de corazón.

Se nota que tú también disfrutas acariciando manos, mirando sus formas y texturas. Soñando con ellas. Es un bello comentario. ¡Gracias!
Te voy a contar un secreto, jiji. Uno de mis hermanos ha heredado las bellísimas manos de mi madre, de dedos largos y bien formados. Pues bien, me encanta(ba) jugar al billar con él y mirar esas manos mover el taco. No se me ocurría tocarlas (no somos una familia muy cariñosa que digamos), me conformaba con mirar.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.

Re: Camino Manual (Ruta)

Publicado: Sab, 05 Mar 2016 14:36
por E. R. Aristy
Tigana Nelson escribió:
Para ti Miguel, para que degustes esta ruta manual.


Manos que borraban los restos de una noche infernal.
Pasaban su palma cálida y tierna por mi cabeza
y eran sus dedos los que me susurraban la llegada de un nuevo día.
Cuando ella no se da cuenta,
y casi de manera inconsciente,
observo las rayas que dicen marcan nuestro futuro,
escudriño con la lupa de la curiosidad
y busco entre sus líneas los parecidos con las mías.
¿Será verdad que tenemos en un puño nuestro futuro?
¿Será cierto que nos suda el pasado,
que la línea de la suerte y del trabajo
sostienen la bolsa de la compra
cuando volvemos del mercado?

Con sus manos acariciando las mías,
relataba la historia de nuestra familia.
Yo quería que las manos de mi madre
me dijeran también algo más;
que me contaran sus dedos por qué temblaban
cuando a escondidas secaban sus lágrimas,
por qué sus uñas no estaban camufladas
bajo el estridente color rojo del esmalte,
por qué su muñeca se empeñaba
en girar el reloj hacia la parte inferior,
por qué eran tan ágiles llevando el peso
de una vida no deseada,
sin que nada se escurriera entre ellas.
Y por qué no se rebelaban ante el dolor,
dejando las marcas en sus ojos cuando miraban.

Es posible leer toda una vida,
recorrer la incierta geografía manual
inspeccionando cada valle y cada huella dactilar.
Es posible descifrar cada lenguaje:
mano-plancha, mano-caricia, mano-madre.
Cientos de manos en una.

Cuando me canso de investigar los pasados
que me cuentan sus cutículas descuidadas,
me siento a pensar.
¿Cuándo fue su primera caricia? ¿Y la última?
Y cuando me canso de pensar
observo sus bellas y largas manos,
tan distintas de las mías,
observo sus dedos cuando ambas,
madre e hija, nos miramos y comentamos
que el tiempo es una tontería que cuelga de péndulos,
y que el cariño no tiene por qué dejarse olvidado en las costras de la madurez.

Sin anillos, sin esmaltes, sin guantes.
Con las manos desnudas de mi madre y de mi abuela
he ido aprendiendo un lenguaje nuevo,
un lenguaje gestual que se aprende de caricia a caricia.
Que se puede acariciar la noche o un grumo de otoño.
Que los cuentos inventados te acarician las yemas de los dedos
y que las palabras no sólo son teclas frías o bolígrafos inertes.
Que se puede navegar por las orillas de unas líneas que,
bien leídas, son el reflejo de toda una vida.
Que las manos cultas no son incompatibles con las manos laboriosas.
Y que hay manos que te sostienen de por vida.


Maravilloso recorrido, Tigana. Grande el simbolismo de las manos. Me gusta La imagen de las líneas de las manos y su eco cultural. Es un poema muy bello, muy bien desarrollado que toca el alma. El cierre es poderoso. Un abrazo, ERA