febrero 14 de los corrientes de San Valentín)
En este día tan señalado La Corporación quiere hacer un homenaje a Tigana, todos estamos profundamente enamorados de ella. Como sabemos que no le gustan las rosas cortadas nos vino a la cabeza un romance de ciego que el abuelo Roger, docto investigador en mártires y relicarios, nos recitó una soberbia noche.
Agradecemos a nuestro otro abuelo, Maramin, su apoyo y escuela, por ello nos atrevemos a reproducirlo, porque lo creemos maravilloso e ilustrativo.
Heroíco San Valentin
que toda la vida tuvo
la veleta como un tubo
meciendo su banderín.
Su fama no tiene fin,
atraviesa el tiempo eterno
con el magnífico cuerno
amenazando delante.
A el le reza el almirante
y el último subalterno.
Maramín
Hembras y varones,
mendigos y caballeros,
curas, putas, militares,
carcamales y mancebos.
El que ya no peina canas
porque se quedó sin pelo,
el peluquín se compone
con cirujía y esmero.
Sepan todos que en teniendo,
encomendarme es de gusto
-llegado San Valentín-
a su gran pene incorrupto;
a su extrema rectitud
y al decir de todas, duro.
La historia fue tal que así,
sin cambiar más que lo justo:
En un convento español
hubo monjas espantadas
porque sin razón alguna
se levantaban preñadas.
Al ayuno recurrieron
cuando se oyo que vagaban
ciertos íncubos y súcubos
en busca de vino y vianda.
(Fin de la primera parte,
que no pinta nada,
la siguiente es la que vale.)
Una mañana Sor Dera
un gran susto se llevó,
extrayendo polvo al Santo
vio su estado de erección.
No pudo cerrar la caja
ni disimular fervor
hacia aquel miembro incorrupto
sito en la congregación.
En los pueblos aledaños
la fama de tal convento,
paridera y desatino,
rápida se fue extendiendo,
el hembraje en romería.
Por aquel mes de Febrero
nunca se vio en procesión
a tanta mujer en celo,
rogando con devoción
bula para su varón.
(Fin de la segunda parte,
éstas dos no pintan nada,
la tercera es la que vale.)
De ahí que pasara a ser
de dominio popular
el día que a Valentín
lo encontraron de andanada.
Y tenerla firme y dura
nunca fue problema, mas
que implorar al cipote,
fin de la inmortalidad.
Hoy todo se pone en duda,
y esta cura natural
sobre el cielo de la viagra
dudo que perdurará.
Y aquí se acaba el romance
que en el pliego escrito está,
sólo dos céntimos cuesta
a quien lo quiera llevar.
La Corporación