Editorial Alaire

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Plena di-Ana en la prosa poética con un marcado carácter erótico. Bien difícil el reto, del que has salido con elegancia. Sube la temperatura sin dejar uno de sentir el frescor de la palabra justa, el olor de la alcoba a ternura y piel. La carne se me eriza, me siento un mirón y hasta me avergüenzo de verla en su cumbre, en sus manos, perdidas en el infinito que solo da la pasión, el deseo. Ella jugando con la imaginación entre sus senos, sube la temperatura del verano. España huele a jabón y a beso. Es la siesta que, como el postre, pone punto y seguido al día. El cuadro es perfecto, enmarcado en la cadera que sus manos liman hasta romper la ventana, el grito hacia la libertad. Un gran corsario llena la habitación de fantasía, abunda la espada que jalona la espera, la respiración entrecortada. Las horas pasan sin sentirse, el sudor baña la frente de la tarde, que pide espacio a la noche, que llegue más tarde hoy. La belleza: Y yo que no sé vivir sin ti: y el otro que no cierres los ojos, mírame en tu carne metida. Y va avanzado el tiempo como una enredadera. Ni tú ni yo somos culpables de haber caído en este amor. Calla anda, te dices. No desvaríes.

Se fue todo, solo quedó arrebato colgado de las paredes. Unos metros más allá se oye una pequeña risa entrecortada por el agua de la ducha. Son las nueve. ¡Ay, que ya se me ha hecho tarde otra vez!

En la radio, Aute canta:

"Quiero que me digas amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído amar,
era el verbo mas bello.
Dímelo,
me va la vida en ello."

Genial siesta Ana y muy bello tema de Bon Jovi.
Un besazo

Te has adelantado, Miguel. Yo te iba a proponer un reto sobre tu especial visión de una siesta. Una buena siesta, de esas que como bien dices no quiere que se acerque la noche. Y lo hiciste.
Has plasmado muy bien ese momento en el que la hora rompe la sensualidad, tal y como el día rompe la magia de la noche. Has dado voz y vida a los protagonistas del cuento y los dos nos hemos quedado de mirones. Viendo la fiesta pasar.
Genial, como siempre, tu comentario.
Un besazo.

Sensualidad...frescura, un mecerse suave por las horas, una suavidad intensa, como desnuda, que deja la piel al aire, erizando la costumbre en un aire que se funde con la respiración del verano, un jadeo leve que impulsara al sueño, un sueño que expande tanta vida como la vigilia. El cuerpo que se anuda a su recuerdo y se evapora, ligero, hasta que lo respira el amante, expira sus curvas, y se despiertan en una sola forma, una forma compuesta por el pliegue de sus latidos.
Un placer venir Tigana, y recorrer este tiempo finito que se funde en la memoria confusa e infinita de la inconsciencia de las tardes

Por cierto fantástico el aporte de Armilo, estupendo encontraros

Ventura Morón escribió:Sensualidad...frescura, un mecerse suave por las horas, una suavidad intensa, como desnuda, que deja la piel al aire, erizando la costumbre en un aire que se funde con la respiración del verano, un jadeo leve que impulsara al sueño, un sueño que expande tanta vida como la vigilia. El cuerpo que se anuda a su recuerdo y se evapora, ligero, hasta que lo respira el amante, expira sus curvas, y se despiertan en una sola forma, una forma compuesta por el pliegue de sus latidos.
Un placer venir Tigana, y recorrer este tiempo finito que se funde en la memoria confusa e infinita de la inconsciencia de las tardes

Por cierto fantástico el aporte de Armilo, estupendo encontraros

Primero la siesta, el descanso que rompe la batalla de la mañana. Y después ese lento despertar lleno de pasión, una noria de sensaciones junto a Miguel. Y sus aportes llenando huecos en mis poemas. Ensalzando su valor.
Gracias por leernos Ventura.
Salud.