Editorial Alaire

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A/para ti, por inventarme estos versos y sacarme de tres meses de impotencia poética.



Llevaba ochenta días
persiguiendo su cráneo ateniense,
pero ella era más rápida.

En un recodo rojo del camino,
a punto de rendirme,
grité desesperado:
¡Atalanta, atrévete, Atalanta:
yo seré caracol, tú serás caracola!

Yo seré caracol. Tú caracola.
Tal mi ardid, mi caballo de madera.

Desde entonces, de nada
le sirven sus motores polinesios,
pues yo vuelo con una letra menos
y la atrapo febril todas las noches.



http://neorrabioso.blogspot.com
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Cualquier añagaza es buena para alcanzar el objetivo, cuidado con tomar demasiada velocidad en las curvas...

Es uno de los más hermosos poemas que leí en los últimos tiempos.
Me inclino ante la magia que despliega.
Me lo guardo.

Un abrazo.
Óscar

Siempre sorprendes con tus poemas. Bueno y original
Un abrazo
Pilar