DESDE EL FRIO
Publicado: Mar, 05 Ene 2016 20:06
¿Quién no te recuerda ahora que sobre mi piel tiembla noche
porque estos ojos continúan siendo memoria de la nieve
y una guitarra desnuda se muere entre mis manos?
Quisiera aullar a esta luna de invierno
igual que un lobo estepario que en sus dominios se atrinchera
y como licántropa balada me intimida.
A veces siento el aire igual que témpano en mis huesos,
cuando la madrugada en corcel de escarcha se transmuta
y desbocado va pisándome la carne.
Jamás encontraré para mi voz clemencia,
siempre el silencio acude a una trama de mordazas,
por eso enmudece la esperanza, se hace inquina,
y del vocablo taciturno de los sueños me despoja.
Pero constantemente el germen de la palabra se renueva
y a la intemperie del futuro en audacia se transmuta
para surgir, bajo este indignada luz de enero, como un grito
que por mi sangre se fraguará en madre coraje
y de su vientre nacerá la furia del universo.
Porque hoy me reclama el pálpito de una duda,
con vosotros me hago transeúnte del mismo itinerario
y voy deshojando el deseo que como verbo inhóspito me late.
Se hace inútil sacrificio apostarlo todo a la nostalgia:
por el vértigo del tiempo se apresura la bruma de los ciclos
y la soledad es un río que embriaga al corazón con agua amarga.
Quizá ya nada importe tanto amor deshabitado, si al final
sólo seremos prófugos de la vida huyendo entre las sombras
sin más equipaje que la penuria del olvido escribiendo un epitafio.
porque estos ojos continúan siendo memoria de la nieve
y una guitarra desnuda se muere entre mis manos?
Quisiera aullar a esta luna de invierno
igual que un lobo estepario que en sus dominios se atrinchera
y como licántropa balada me intimida.
A veces siento el aire igual que témpano en mis huesos,
cuando la madrugada en corcel de escarcha se transmuta
y desbocado va pisándome la carne.
Jamás encontraré para mi voz clemencia,
siempre el silencio acude a una trama de mordazas,
por eso enmudece la esperanza, se hace inquina,
y del vocablo taciturno de los sueños me despoja.
Pero constantemente el germen de la palabra se renueva
y a la intemperie del futuro en audacia se transmuta
para surgir, bajo este indignada luz de enero, como un grito
que por mi sangre se fraguará en madre coraje
y de su vientre nacerá la furia del universo.
Porque hoy me reclama el pálpito de una duda,
con vosotros me hago transeúnte del mismo itinerario
y voy deshojando el deseo que como verbo inhóspito me late.
Se hace inútil sacrificio apostarlo todo a la nostalgia:
por el vértigo del tiempo se apresura la bruma de los ciclos
y la soledad es un río que embriaga al corazón con agua amarga.
Quizá ya nada importe tanto amor deshabitado, si al final
sólo seremos prófugos de la vida huyendo entre las sombras
sin más equipaje que la penuria del olvido escribiendo un epitafio.