Los ídolos en el crepúsculo latente de crisálidas blancas
Publicado: Mié, 30 Dic 2015 6:09
Los ídolos en el crepúsculo latente de crisálidas blancas
El pecho de ceñidas caracolas, ante la bastedad del ídolo en el muérdago herido,
es el pecho, los ídolos de la isla en figuras temblando agónicamente.
Es Allán Poe el cuervo de esas imágenes en el latido de la noche,
sus runas blancas, sus cuerpos, su hambre de hembras heridas.
Gimiente latitud de los rezos nocturnos, Neruda durmiente de manos sangrientas,
que le hablan al pan divino de seductoras nereidas a Odiseo.
El pecho, ese breve Idolo, ese gimiente ladrido de barco oscuro.
Es la gaviota que canta su balada enamorada para la paz de la roca,
¡Poe! Solo, herido, muero, borracho como Javier Dicenzo,
Mundano, maldito te tenso la barca homicida del camino angosto y ciego de azul.
La esperanza es, en esa soledad, la miel, el tiempo, el grito de caracolas podridas de sed…
Hoy quiero morir y ser mas miel gimiente entre las barcas acechantes de sangre.
Los ïdolos en el crepúsculo latente de crisálidas blancas,
son estatuas que muerden la carne que quiere sexo y amor prohibido en ese sueño.
Tal vez, mi impiadosa piedad de rezo mudo en las manos muertas,
Tal vez, ese poeta del terror, hablara y muriera como Allá poe….
No vengas desde ese oído que templa esas guitarras, las voces y los monstruos…
¡Tú! ¡ Idolo muerde y bebe mi inmortal rezo cuando la barca ciega la tensión del ahorcado! .
El pecho de ceñidas caracolas, ante la bastedad del ídolo en el muérdago herido,
es el pecho, los ídolos de la isla en figuras temblando agónicamente.
Es Allán Poe el cuervo de esas imágenes en el latido de la noche,
sus runas blancas, sus cuerpos, su hambre de hembras heridas.
Gimiente latitud de los rezos nocturnos, Neruda durmiente de manos sangrientas,
que le hablan al pan divino de seductoras nereidas a Odiseo.
El pecho, ese breve Idolo, ese gimiente ladrido de barco oscuro.
Es la gaviota que canta su balada enamorada para la paz de la roca,
¡Poe! Solo, herido, muero, borracho como Javier Dicenzo,
Mundano, maldito te tenso la barca homicida del camino angosto y ciego de azul.
La esperanza es, en esa soledad, la miel, el tiempo, el grito de caracolas podridas de sed…
Hoy quiero morir y ser mas miel gimiente entre las barcas acechantes de sangre.
Los ïdolos en el crepúsculo latente de crisálidas blancas,
son estatuas que muerden la carne que quiere sexo y amor prohibido en ese sueño.
Tal vez, mi impiadosa piedad de rezo mudo en las manos muertas,
Tal vez, ese poeta del terror, hablara y muriera como Allá poe….
No vengas desde ese oído que templa esas guitarras, las voces y los monstruos…
¡Tú! ¡ Idolo muerde y bebe mi inmortal rezo cuando la barca ciega la tensión del ahorcado! .