Editorial Alaire

Como una gélida noche de fin d mundo
he anhelado tus copos de ayer.
Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere.
Y decidir,así, alimentarme
a mí, de mí,
de mi bella sangre,
mientras juego a hacer un muñeco de nieve
tan endeble,
como mi memoria,
que no sabe dejar estático un recuerdo.

Hermoso poema de Amparo.

Muy bello, amiga, un abrazo, Amparo.

Amparo Checa escribió:
Como una gélida noche de fin d mundo
he anhelado tus copos de ayer.
Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere.
Y decidir,así, alimentarme
a mí, de mí,
de mi bella sangre,
mientras juego a hacer un muñeco de nieve
tan endeble,
como mi memoria,
que no sabe dejar estático un recuerdo.

Hola Amparo, no había leído nada tuyo, te señalo la estrofa que más me ha gustado de este poema.
Gracias por compartir y espero que sigas por aquí.
Saludos.

Rafel Calle escribió:Hermoso poema de Amparo.

Gracias Rafel, abrazos.

Manuel Alonso escribió:Muy bello, amiga, un abrazo, Amparo.

Muchas gracias amigo Manuel, abrazos.

Marisa Peral escribió:

Amparo Checa escribió:
Como una gélida noche de fin d mundo
he anhelado tus copos de ayer.
Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere.
Y decidir,así, alimentarme
a mí, de mí,
de mi bella sangre,
mientras juego a hacer un muñeco de nieve
tan endeble,
como mi memoria,
que no sabe dejar estático un recuerdo.

Hola Amparo, no había leído nada tuyo, te señalo la estrofa que más me ha gustado de este poema.
Gracias por compartir y espero que sigas por aquí.
Saludos.

Hola Marisa, es un placer encontrarte por aquí. Muchas gracias por señalarme la estrofa y tus palabras de impulso. Abrazos.

"Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere."

Sin intención de fragmentar el poema, aplaudo con fuerza estos versos. Me han tocado muy de cerca.

Abrazo y felicidad, compañera.

Amparo Checa escribió:Como una gélida noche de fin d mundo
he anhelado tus copos de ayer.
Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere.
Y decidir,así, alimentarme
a mí, de mí,
de mi bella sangre,
mientras juego a hacer un muñeco de nieve
tan endeble,
como mi memoria,
que no sabe dejar estático un recuerdo.

Un bello poema que he disfrutado, Amparo. Un abrazo, ERA

Hallie Hernández Alfaro escribió:"Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere."

Sin intención de fragmentar el poema, aplaudo con fuerza estos versos. Me han tocado muy de cerca.

Abrazo y felicidad, compañera.

Muchas gracias Hallie, gracias por el aplauso y compartir tus palabras. Un abrazo grande.

E. R. Aristy escribió:

Amparo Checa escribió:Como una gélida noche de fin d mundo
he anhelado tus copos de ayer.
Han rugido fuertes las ganas de saberte
y en tu invierno, saborearte.
Desnuda como el árbol de hoja caduca,
he sostenido en mis manos un pincel
para dibujar al oso del lago helado
y en su manto,congelarme
y derretirme
y desnutrirme
como si viviera en el Ártico,
que muere.
Y decidir,así, alimentarme
a mí, de mí,
de mi bella sangre,
mientras juego a hacer un muñeco de nieve
tan endeble,
como mi memoria,
que no sabe dejar estático un recuerdo.

Un bello poema que he disfrutado, Amparo. Un abrazo, ERA

Me alegro mucho ERA, muchas gracias por tus palabras. Un abrazo grande.