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Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 16:44
por Marius Gabureanu
Cuando la noche no desordena la memoria
escucho el canto de las culebras
sobre el cementerio que guardo dentro
y pienso que hay gente que cena con la luz apagada
como si la única voluntad del universo
estuviera reflejada en los niños que se muerden los dedos por el hambre
o porque la sangre elige caer a ciertas horas y de ciertas personas
que se parezcan a un árbol de sombras,
a todas las sombras que consiguieron arrancarse de la conciencia
sin más afán que interferir en el derrumbe de la ciudad
para que exista un dolor de cables
y no haya más constancia que el protocolo
de andar por las calles con un abrigo de suicida
y privarse de mirar, como lo hace la materia
tan a menudo y tan dentro de nosotros,
que hasta nos pesan las piedras y una gaviota de piedra
cae desde siempre y nunca toca suelo.
Una quietud sin pertenencia deforma mi rostro
y encuentro hombres en mi rostro
cazando al bisonte gris que ruge en las cuencas,
cada día más tranquilidad a la que no le encuentro explicación,
debería estar loco, merezco por lo menos la locura
de aquel que sabe que el trino de los pájaros es una lágrima de brevedad,
del que siente que morirse es tan solo la rama de un pino que golpea la ventana.
No hay pinos alrededor, me asegura Martín,
él tampoco puede dormir, de sus ojos chorrea un líquido blanco,
es mi vecino, a veces improvisamos una sala de cine
y las sillas nos cuentan una historia hermosa
y nuestras almas se cierran como dos cortinas
o tal vez es el humo y la tos, pero nos abrazamos en la oscuridad
y cada uno de nosotros imagina que el otro existe.
Sí, los hay, me susurra, hay pinos por todo lado,
en el olvido hay pinos, y en la ropa que ella dejó olvidada
y en las cartas que no llegan a tiempo hay pinos
y en la garganta herida de una cantante por la radio,
y en el pasillo que lleva a la nada, una alfombra de agujas.
Las dos cajas de Marlboro que abro simultáneamente
son para mí y para él,
las dos copas que lleno, los brazos que me duelen de ausencia
y esa levadura de insomnios a la que no puedo dividir en pequeñas cantidades.
Cuando la noche no desordena la memoria
veo claro que estuve siempre dispuesto a mutilarme
pero había muros impenetrables
que ahora son parte de un acantilado desde el que se expande el mar
de las flores muertas, el mar de jardines que se recorren una y otra vez
con el esqueleto a flote, con un pañuelo que pueda fingir
que alguien se aleja y alguien ha dejado en la tierra mojada
una huella, y que nos entre el alma en el hueco que dejan los tacones
porque así es de grande, porque no hay alma que no se ajuste a la despedida.
Ya somos tres, ha venido el ángel a fumarse lo que queda de nosotros
y a trazar una interrogante
pero nosotros traemos lobos, traemos desenfreno,
Martín aúlla dentro y es la superficialidad de la vida
y mi camisa ya en pedazos dibujando en el aire
a la gaviota de piedra que siempre cae
y empieza a quebrarse, empieza a blanquearme el iris
y puedo decir que el cielo de mis muertes está completo, ya no le faltan nubes,
acaso una vela prendida,
acaso el ángel de la guarda en llamas.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 17:28
por Óscar Distéfano
Este poema nos relata la conciencia del ser, del existir, de la cotidianeidad de una persona que pasa por la vida, sin dejar que la vida pase por ella. Tiene un gran valor existencial, muchas verdades que influyen en nuestra visión de las cosas, de la vida. Es un poema que me gusta mucho porque, además, trae el "oficio" de poeta, la utilización inteligente y honesta de un surrealismo que se dispuso como recurso retórico, como enriquecimiento de la expresión poética, como un medio y no como un fin. En este poema se da una revelación poética, en cuanto a un registro basado en la visión autobiográfica de la realidad, apoyado por imágenes y metáforas que surgen de la profundidad del subconsciente. Para ser más claro: nos encontramos frente a una imbricación perfecta entre lo visto y lo imaginado, entre lo vivido y lo soñado. Algo parecido a la poesía de Gamoneda, pero sutilmente diferente. Y todo esto me parece algo muy bueno.

Saludos y felicitaciones.
Óscar

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 17:30
por Marius Gabureanu
Muchas gracias, amigo, por dedicar tiempo a leer y dejar un comentario extenso y generoso. Recibe mis abrazos sinceros y gracias nuevamente.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 18:06
por Pilar Morte
Siempre hay mucha riqueza de imágenes y sentimiento en tus versos. Este poema es para leer despacio y recrearse en él Me gustó
Besos
Pilar

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 18:09
por Marisa Peral
[quote="Marius Gabureanu"]

Hola Marius, no traes un poema extenso y de ritmo trepidante, con versos impactantes que se clavan como agujas... veo temor, dudas, dolor, amargura y todo lo veo muy bien definido querido Marius.
En cualquier caso es un poema inquietante, muy en tu línea y muy bien escrito.
Un abrazo enorme que te llegue al corazón.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 18:51
por Hallie Hernández Alfaro
Impresionante la grandeza develadora, la fuerza poética, la voz comprometida hasta el final de los tiempos; de pronto escucho la canción de Nick Cave i love you till the end of the world y la vida retumba entre la habitación y las raíces de los pinos culpables.
El ritmo es apoteósico; letras que exhalan belleza inevitable, pura intensidad Gabureanu.

Aplausos a montones. Un beso grande, querido amigo.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mar, 01 Dic 2015 18:59
por Ramón Carballal
Me ha gustado este recorrido íntimo tan lleno de sensaciones. Un abrazo.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mié, 02 Dic 2015 20:23
por E. R. Aristy
Marius Gabureanu escribió:Cuando la noche no desordena la memoria
escucho el canto de las culebras
sobre el cementerio que guardo dentro
y pienso que hay gente que cena con la luz apagada
como si la única voluntad del universo
estuviera reflejada en los niños que se muerden los dedos por el hambre
o porque la sangre elige caer a ciertas horas y de ciertas personas
que se parezcan a un árbol de sombras,
a todas las sombras que consiguieron arrancarse de la conciencia
sin más afán que interferir en el derrumbe de la ciudad
para que exista un dolor de cables
y no haya más constancia que el protocolo
de andar por las calles con un abrigo de suicida
y privarse de mirar, como lo hace la materia
tan a menudo y tan dentro de nosotros,
que hasta nos pesan las piedras y una gaviota de piedra
cae desde siempre y nunca toca suelo.
Una quietud sin pertenencia deforma mi rostro
y encuentro hombres en mi rostro
cazando al bisonte gris que ruge en las cuencas,
cada día más tranquilidad a la que no le encuentro explicación,
debería estar loco, merezco por lo menos la locura
de aquel que sabe que el trino de los pájaros es una lágrima de brevedad,
del que siente que morirse es tan solo la rama de un pino que golpea la ventana.
No hay pinos alrededor, me asegura Martín,
él tampoco puede dormir, de sus ojos chorrea un líquido blanco,
es mi vecino, a veces improvisamos una sala de cine
y las sillas nos cuentan una historia hermosa
y nuestras almas se cierran como dos cortinas
o tal vez es el humo y la tos, pero nos abrazamos en la oscuridad
y cada uno de nosotros imagina que el otro existe.
Sí, los hay, me susurra, hay pinos por todo lado,
en el olvido hay pinos, y en la ropa que ella dejó olvidada
y en las cartas que no llegan a tiempo hay pinos
y en la garganta herida de una cantante por la radio,
y en el pasillo que lleva a la nada, una alfombra de agujas.
Las dos cajas de Marlboro que abro simultáneamente
son para mí y para él,
las dos copas que lleno, los brazos que me duelen de ausencia
y esa levadura de insomnios a la que no puedo dividir en pequeñas cantidades.
Cuando la noche no desordena la memoria
veo claro que estuve siempre dispuesto a mutilarme
pero había muros impenetrables
que ahora son parte de un acantilado desde el que se expande el mar
de las flores muertas, el mar de jardines que se recorren una y otra vez
con el esqueleto a flote, con un pañuelo que pueda fingir
que alguien se aleja y alguien a dejado en la tierra mojada
una huella, y que nos entre el alma en el hueco que dejan los tacones
porque así es de grande, porque no hay alma que no se ajuste a la despedida.
Ya somos tres, ha venido el ángel a fumarse lo que queda de nosotros
y a trazar una interrogante
pero nosotros traemos lobos, traemos desenfreno,
Martín aúlla dentro y es la superficialidad de la vida
y mi camisa ya en pedazos dibujando en el aire
a la gaviota de piedra que siempre cae
y empieza quebrarse, empieza blanquearme el iris
y puedo decir que el cielo de mis muertes está completo, ya no le faltan nubes,
acaso una vela prendida,
acaso el ángel de la guarda en llamas.
Me maravilla y conmueve la lucidez que logras expresar de la experiencia humana. Muchas cosas, las mas grandes, nos ocurren a solas. Frente a frente toda esa gente atrapada en nidos de ideologías y espejos rotos. Esa gente que vive y ve lo que se ve en este ventanal que nos presentas, Marius. Esa gente que vive dentro de nuestra cabeza, y de nuestra alma. La imagen de las cortinas me sugirió el teatro humano. Un abrazo, ERA

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mié, 02 Dic 2015 20:43
por Uxío Martínez Canay
Un poema que aunque sea largo no se puede dejar de leer. Nos muestras Marius una reflexión, íntima, profunda, llena de dulce melancolía y con un hermoso final. Simplemente me emocionó.

Un abrazo amigo mío.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mié, 02 Dic 2015 20:58
por Tigana Nelson
La noche moraliza libertades y te va colocando, frente a tus ojos, el dolor de la memoria. Puedes fumártela o snifárla, que va a seguir ahí, tiene su propio orden.
Me gusta el ritmo trepidante de estos versos, no puedes ni respirar.
Salud.

Re: Alguien se aleja

Publicado: Mié, 02 Dic 2015 22:12
por Rosa Marzal
Como dice ERA, hay una gran lucidez en este poema, en él se muestra al ser abatido, superado por el mundo, que sabe mirar el dolor de frente, y establece un íntimo diálogo con su conciencia.
Conmovedor y magnífico poema.
Mi admiración, siempre, Marius.
Un fuerte abrazo.