Editorial Alaire

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Una de tantas visiones que "enjambrean" el devenir de estos animales que nos llamamos humanos. Es real tu propuesta, sí, pero no la única posible; es más la creo muy sesgada. Compruebo día a día que hay otras muchas tan plausibles como estrellas, tantas como facies tiene un diamante. Y un diamante es nuestra vida con tantas caras como personas nos rodean, teselaciones de Alejandría, todas interesantes y que finalmente dan una visión completa de lo que llamamos realidad, que no es más que una forma de mentira pues todo lo imaginamos, hasta la muerte.
Es fascinante comprobar que me equivoco a cada minuto, y admitirlo, cuando me relaciono con gentes que rumian su existir, con culturas diversas que ven el mundo forma distinta a la mía; que lo que creía inmutable sólo era una percepción desde un montículo determinado y que hay miles de puntos de vista que visten el mismo fenómeno de otros colores. Multitud de interpretaciones, todas válidas, de altura, consistencia, composición y textura, hacen de este caminar un asombro continuo. Eso mantiene en forma nuestro corazón. Después de haber sufrido lo indecible sólo queda el amor.
No siento que haya miseria ni ratones de ningún color, quizás algún perro verde; sólo hay vida que inunda nuestros patios hasta hacerlos desbordar en ríos que siempre van a parar al mar, destino de nuestras vidas; siempre el agua, la molécula más simple y versátil.

Fascinante cuento. Un beso.

Armilo Brotón escribió:Una de tantas visiones que "enjambrean" el devenir de estos animales que nos llamamos humanos. Es real tu propuesta, sí, pero no la única posible; es más la creo muy sesgada. Compruebo día a día que hay otras muchas tan plausibles como estrellas, tantas como facies tiene un diamante. Y un diamante es nuestra vida con tantas caras como personas nos rodean, teselaciones de Alejandría, todas interesantes y que finalmente dan una visión completa de lo que llamamos realidad, que no es más que una forma de mentira pues todo lo imaginamos, hasta la muerte.
Es fascinante comprobar que me equivoco a cada minuto, y admitirlo, cuando me relaciono con gentes que rumian su existir, con culturas diversas que ven el mundo forma distinta a la mía; que lo que creía inmutable sólo era una percepción desde un montículo determinado y que hay miles de puntos de vista que visten el mismo fenómeno de otros colores. Multitud de interpretaciones, todas válidas, de altura, consistencia, composición y textura, hacen de este caminar un asombro continuo. Eso mantiene en forma nuestro corazón. Después de haber sufrido lo indecible sólo queda el amor.
No siento que haya miseria ni ratones de ningún color, quizás algún perro verde; sólo hay vida que inunda nuestros patios hasta hacerlos desbordar en ríos que siempre van a parar al mar, destino de nuestras vidas; siempre el agua, la molécula más simple y versátil.

Fascinante cuento. Un beso.

Fíjate, Armilo, que tu comentario es un cuento. El reverso del mío. La cara y la cruz. Donde yo veo ratones tú ves perros. Eres el tío más optimista que he conocido.
Es verdad que he escrito una pequeña muestra de personajes sociales, no están todos. Ni son todos los que hay por ahí. Pero estos resaltan a flor de piel.
Y a mí que me gustan tus comentarios.
Gracias por darme ese gusto.
Un beso.