Amo la rosa de cobre...
Publicado: Mar, 24 Nov 2015 20:27
Amo la rosa de cobre….
A Rafel Calle
Amo la rosa de cobre…
dice la voz griega embebida del fulgor en el ocaso,
que esa noche el ratón se comió la estampida de toros.
Existe un laberinto donde está la flor,
esa decadencia iletrada de Borges,
el cuchillero que erige la lanza.
Amo la rosa de cobre…
porque el poeta Pablo Neruda silenció mi rostro,
ya no puedo tirar pétalos para soñar.
Amo otra rosa de cobre…
porque encarecí mis ojos y mis sueños,
dejando que la luz pase por esa palabra.
Dejo el pasado infierno
el poeta que no fue leído por Rafel en España,
y el poeta que soy a partir de estos versos.
Digo venenos al ocaso, a la muerte, a la espada,
Juego todos los días que soy Neruda sin serlo,
me subo a un pedófilo y ese rostro de Gray,
no sé que decir en la aventura de mi centro,
ese cenital de cobre y rosas
de pájaros en mi primer libro al infinito.
La serpiente que envenenó mi verso
es la miel que separa este mundo del tuyo,
pero he de amanecer dormido y vivo
por cada rostro inmutable a tu miel,
Rafel de mis amores, te dejo este verso,
el rostro ajustado en mi cintura,
la piel que no inmutará a la dama,
el fuego que hiere mis dias y mis latencias,
seré otro Borges, sin tango, sin cuchillos,
pídeme un lirio en la vida para amanecer
en esta rosa que ahora tengo en mi mano airada.
A Rafel Calle
Amo la rosa de cobre…
dice la voz griega embebida del fulgor en el ocaso,
que esa noche el ratón se comió la estampida de toros.
Existe un laberinto donde está la flor,
esa decadencia iletrada de Borges,
el cuchillero que erige la lanza.
Amo la rosa de cobre…
porque el poeta Pablo Neruda silenció mi rostro,
ya no puedo tirar pétalos para soñar.
Amo otra rosa de cobre…
porque encarecí mis ojos y mis sueños,
dejando que la luz pase por esa palabra.
Dejo el pasado infierno
el poeta que no fue leído por Rafel en España,
y el poeta que soy a partir de estos versos.
Digo venenos al ocaso, a la muerte, a la espada,
Juego todos los días que soy Neruda sin serlo,
me subo a un pedófilo y ese rostro de Gray,
no sé que decir en la aventura de mi centro,
ese cenital de cobre y rosas
de pájaros en mi primer libro al infinito.
La serpiente que envenenó mi verso
es la miel que separa este mundo del tuyo,
pero he de amanecer dormido y vivo
por cada rostro inmutable a tu miel,
Rafel de mis amores, te dejo este verso,
el rostro ajustado en mi cintura,
la piel que no inmutará a la dama,
el fuego que hiere mis dias y mis latencias,
seré otro Borges, sin tango, sin cuchillos,
pídeme un lirio en la vida para amanecer
en esta rosa que ahora tengo en mi mano airada.