Editorial Alaire

Le dije el otro día a nuestro buen amigo el senador McCarthy que después de haber vivido intensamente ambas, entre la locura y la muerte me quedaba con esta última.

No quise hacerlo, era sincero pero mentí, y ya sabes que casi nunca lo hago, excepto a los profesores de nuestro hijo pequeño y a ti. Confieso que prefiero la locura porque en la muerte no tengo siquiera la posibilidad de sufrimiento.

El hombre que se olvida del hombre y finge con toda su alma ser poeta termina, en realidad, siendo una máscara pálida de lo que pudo haber sido, una representación sin gracia de sí mismo.

(Conversaciones con Laura)

F. Enrique escribió:Le dije el otro día a nuestro buen amigo el senador McCarthy que después de haber vivido intensamente ambas, entre la locura y la muerte me quedaba con esta última.

No quise hacerlo, era sincero pero mentí, y ya sabes que casi nunca lo hago, excepto a los profesores de nuestro hijo pequeño y a ti. Confieso que prefiero la locura porque en la muerte no tengo siquiera la posibilidad de sufrimiento.

El hombre que se olvida del hombre y finge con toda su alma ser poeta termina, en realidad, siendo una máscara pálida de lo que pudo haber sido, una representación sin gracia de sí mismo.

(Conversaciones con Laura)

Qué hermosura, F.Enrique. Esta saga de Conversaciones con Laura siempre aflora con una emocionalidad y un encanto capaz de estrujar el corazón menos sensible.

Alegría grande volver a leerte.

Sería absurdo, Hallie, decir que esta pequeña carta no está entre lo mejor que yo haya podido escribir. Tenía a Quevedo, como tantas otras veces, en mente y le seguí a una distancia sideral pero le cogí el rastro. Casi todas las palabras sobran en el intento de indagar en el sentido del sueño eterno.

Quevedo era admirado por su ingenio deslumbrante y odiado por su carácter pendenciero y la profundidad inmortal de algunos poemas y El buscón. Estoy seguro de que él hubiera deseado ser amado y que, entre la admiración y el odio, no hubiera dudado ni un solo momento lo que prefería.

Un abrazo.