Editorial Alaire

La felicidad es un asunto volátil.

Se reconoce cuando ya ha pasado,
en el presente se desliza como el aire tibio,
un mundo en color.

Toda la felicidad se resume en un grito,
la voz frente al mar que espanta las olas
y mide la lejanía del horizonte
con ojos de desafío.

Yo no recuerdo haber sido feliz
sólo recuerdo el halo que el éxtasis deja en los cuerpos,
la materia de la luz dibujando mi piel,
la lluvia tórrida contra mi rostro
mientras la risa ahogaba el miedo.

Tampoco os recuerdo
-ni a ti, ni a mi, ni a nadie-
pues la vida tiene el don
de ir borrando las huellas
con las miserias del día
o el pasajero rubor
de una carcajada en tránsito.

No,
no esperes de mi
un álbum de fotos perpetuamente señalado,
ni las palabras que viajan hacia un ayer de fantasía,
ni el goce repetido de visitar el mismo pub
o aquellas plazas donde el amor se poso en la mirada,
ausente de sí
como un desliz
o un susurro
o una caricia
que frota los dedos de la luz.

La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo.

Puiden rememorar moitas cousas na paisaxe, máis fondo no sentimento onde me levaron as túas verbas. Foi unha ledicia lerte, Ramón.
Unha aperta

Todo el poema va apoderándose de los sentidos, de las visiones más profundas.

Este brote final es maravilloso.

"La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo."

Abrazos y felicidad, Ramón.

La felicidad es un acto del presente. En ella ni pasado ni futuro hay que valga. La nostalgia es negativa y el futuro
desconoce los esfuerzos por llegar a el, pero tu poema siente, y eso dibuja los adentros que no pertenecen a tiempo
alguno.

un abrazo

Ramón Carballal escribió:La felicidad es un asunto volátil.

Se reconoce cuando ya ha pasado,
en el presente se desliza como el aire tibio,
un mundo en color.

Toda la felicidad se resume en un grito,
la voz frente al mar que espanta las olas
y mide la lejanía del horizonte
con ojos de desafío.

Yo no recuerdo haber sido feliz
sólo recuerdo el halo que el éxtasis deja en los cuerpos,
la materia de la luz dibujando mi piel,
la lluvia tórrida contra mi rostro
mientras la risa ahogaba el miedo.

Tampoco os recuerdo
-ni a ti, ni a mi, ni a nadie-
pues la vida tiene el don
de ir borrando las huellas
con las miserias del día
o el pasajero rubor
de una carcajada en tránsito.

No,
no esperes de mi
un álbum de fotos perpetuamente señalado,
ni las palabras que viajan hacia un ayer de fantasía,
ni el goce repetido de visitar el mismo pub
o aquellas plazas donde el amor se poso en la mirada,
ausente de sí
como un desliz
o un susurro
o una caricia
que frota los dedos de la luz.

La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo.

SIMPLEMENTE MARAVILLOSO



Un abrazo fuerte, maestro

Ramón Carballal escribió:La felicidad es un asunto volátil.

Se reconoce cuando ya ha pasado,
en el presente se desliza como el aire tibio,
un mundo en color.

Toda la felicidad se resume en un grito,
la voz frente al mar que espanta las olas
y mide la lejanía del horizonte
con ojos de desafío.

Yo no recuerdo haber sido feliz
sólo recuerdo el halo que el éxtasis deja en los cuerpos,
la materia de la luz dibujando mi piel,
la lluvia tórrida contra mi rostro
mientras la risa ahogaba el miedo.

Tampoco os recuerdo
-ni a ti, ni a mi, ni a nadie-
pues la vida tiene el don
de ir borrando las huellas
con las miserias del día
o el pasajero rubor
de una carcajada en tránsito.

No,
no esperes de mi
un álbum de fotos perpetuamente señalado,
ni las palabras que viajan hacia un ayer de fantasía,
ni el goce repetido de visitar el mismo pub
o aquellas plazas donde el amor se poso en la mirada,
ausente de sí
como un desliz
o un susurro
o una caricia
que frota los dedos de la luz.

La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo.

Magistral! sencillamente, Ramón. ERA

Un poema bellísimo, inteligente, reflexivo, cercano, con el sello Carballal. No hay más que pedirle: completo además. Un lujo leerte, poeta. Un gran abrazo.

Es cierto que lo que cuenta es la felicidad del presente, aunque ésta a veces viene condicionada por el pasado y la visión ( errónea) del futuro. Un poema con versos magníficos. Me gustó mucho
Besos
Pilar

xaime oroza carballo escribió:Puiden rememorar moitas cousas na paisaxe, máis fondo no sentimento onde me levaron as túas verbas. Foi unha ledicia lerte, Ramón.
Unha aperta

Moitas grazas, Xaime. Unha aperta.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Todo el poema va apoderándose de los sentidos, de las visiones más profundas.

Este brote final es maravilloso.

"La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo."

Abrazos y felicidad, Ramón.

Muchas gracias, Hallie, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

Eres un gran poeta, haces vibrar, emocionas, sientes, vislumbras las imágenes y el lector las hace suyas.
Por eso te admiro tanto.
Mi cariño y amistad.

Guillermo Cuesta escribió:La felicidad es un acto del presente. En ella ni pasado ni futuro hay que valga. La nostalgia es negativa y el futuro
desconoce los esfuerzos por llegar a el, pero tu poema siente, y eso dibuja los adentros que no pertenecen a tiempo
alguno.

un abrazo

Gracias, Guillermo, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

Ricardo Serna G escribió:

Ramón Carballal escribió:La felicidad es un asunto volátil.

Se reconoce cuando ya ha pasado,
en el presente se desliza como el aire tibio,
un mundo en color.

Toda la felicidad se resume en un grito,
la voz frente al mar que espanta las olas
y mide la lejanía del horizonte
con ojos de desafío.

Yo no recuerdo haber sido feliz
sólo recuerdo el halo que el éxtasis deja en los cuerpos,
la materia de la luz dibujando mi piel,
la lluvia tórrida contra mi rostro
mientras la risa ahogaba el miedo.

Tampoco os recuerdo
-ni a ti, ni a mi, ni a nadie-
pues la vida tiene el don
de ir borrando las huellas
con las miserias del día
o el pasajero rubor
de una carcajada en tránsito.

No,
no esperes de mi
un álbum de fotos perpetuamente señalado,
ni las palabras que viajan hacia un ayer de fantasía,
ni el goce repetido de visitar el mismo pub
o aquellas plazas donde el amor se poso en la mirada,
ausente de sí
como un desliz
o un susurro
o una caricia
que frota los dedos de la luz.

La felicidad vive hoy en este poema
que la niega,
porque hablo de mi
y describo en el espejo sin azogue
su espectral lisura,
su densidad que ya no pesa
en mis horas de paz,
en mis horas blancas
inmunes al vaivén de su látigo.

SIMPLEMENTE MARAVILLOSO



Un abrazo fuerte, maestro

Gracias, Ricardo, siempre generoso. Un abrazo.

Una enseñanza a todo lujo de ese eterno sentimiento que le proporciona al hombre la fuerza para la pervivencia. Me ha gustado mucho leer este poema tuyo, amigo, porque encuentro una sólida tarea de composición poética.

Un abrazo.
Óscar

Querido Ramon, solo puedo estar decuerdo con Oscar y con ERA ... una maravilla poética con tema sensibilidad, fondo y magia. Eres un genio !!!!!

Mil besos y mil gracias

Curra