Editorial Alaire

El demonio de Sócrates

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“Sócrates es culpable, porque corrompe a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado,
y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios”. Meleto.


Es de las penas mi penar más fuerte,
porque la suya, que también aterra,
se aliviará muy pronto con la muerte,
y yo persistiré sobre la tierra
huyendo abandonado de mi suerte:
vivir sin amo, como triste perra,
penando en inhumanos vertederos
por los perennes siglos venideros.

Descansa de tu impúdico mal, ¡viejo
macho cabrío!: mi lealtad ferviente
descubrió las intrigas, el festejo
por tu condena dura e inminente.
Buscan vengar aquel impío espejo:
la ostentación de tu lasciva mente,
porque Atenas no admite el arte romo
de acorralar al cándido palomo.

Ni Júpiter Tonante logrará
torcer el cauce ruin de tu destino;
tampoco la mandrágora podrá
aliviar el albur; ni el mejor vino.
Y tu despojo, cruel el tedio hará
si evades de los dioses el camino,
porque aún en Egipto y más en Roma,
se confunde con crimen cualquier broma.

Tampoco retractarte serviría,
pues la gente sencilla se impacienta
con los hombres que sufren brujería:
cualquier enfermedad larga y cruenta
y, más aún, si en la melancolía
es arrojada la orgullosa afrenta.
Mira el pueblo como a la bestia inerte:
sin compasión alguna por la muerte.

Aquí estoy, de los nimbos despojado,
bastarda por milenios mi existencia,
para esperar al otro iluminado
quien al mundo dará su gran sapiencia,
y me tenga, tal vez, calificado,
como tutor oculto de su ciencia.
Porque me debe Sócrates su nombre,
su gran filosofía y su renombre.

Muy buen poema reflexivo, Óscar:

Todos los seres humanos que han querido cambiar el rumbo de la historia han tenido problemas con los poderes establecidos.

Tu poema nos deja pensando...

Un fuerte abrazo
y
felicitaciones
Ana

Mi aplauso para este poema, que amén de estar pulcramente escrito enfrenta dos retos, los dos superados con creces, que son el de traer a la palestra el ejemplo del filósofo ateniense Sócrates, entre Platón, de quien fue maestro, y Aristóteles, de quien fue alumno, si la memoria no me engaña. Y, segundo, también por hacerlo en estrofas construídas en octavas reales, que tan bien cumplen con el tema. Enhorabuena. Con un abrazo.
Salud.

Excelente trabajo en fondo y forma. Felicidades y un abrazo.

Un filosófico poema que motiva a la razón y acerca la palabra.
Me ha gustado mucho, Óscar.
Abrazo.

Un trabajo que trae fondo y forma con gran éxito. Me gustó
Besos
Pilar

Octavas reales extraordinarias, amigo Óscar, forman y estructuran el poema, hermosísimo por cierto. Un abrazo, amigo.

Filosófico entramado que ejerce de Melito aunque su independiente pensar hace de Socrates el sabio introspectivo
cuando del "gnosce te ipsum" es capaz de auto envenenarlo para frenar el efecto de la cicuta que temía.

Tus octavas en linea están con esa idea de que la calle es la escuela donde se enseña y se aprende además a defenderse
de los ataques del fuero interno y del externo bajo el reducto espectral de dioses y letrados.

un abrazo

Óscar Distéfano escribió:El demonio de Sócrates

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“Sócrates es culpable, porque corrompe a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado,
y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios”. Melito.


Es de las penas mi penar más fuerte,
porque la suya, que también aterra,
se aliviará muy pronto con la muerte,
y yo persistiré sobre la tierra
huyendo abandonado de mi suerte:
vivir sin amo, como triste perra,
penando en inhumanos vertederos
por los perennes siglos venideros.

Descansa de tu ojo de vidrio, ¡viejo
macho cabrío!, mi lealtad ferviente
descubrió las intrigas, el festejo
por tu condena dura e inminente.
Buscan vengar aquel impío espejo:
la ostentación de tu lasciva mente,
porque Atenas no admite el arte romo
de acorralar al cándido palomo.

Ni Júpiter Tronante logrará
torcer el cauce ruin de tu destino;
tampoco la mandrágora podrá
aliviar el albur; ni el mejor vino.
Y tu despojo, cruel el tedio hará
si evades de los dioses el camino,
porque aún en Egipto y más en Roma,
se confunde con crimen cualquier broma.

Tampoco retractarte serviría,
pues la gente sencilla se impacienta
con los hombres que sufren brujería:
cualquier enfermedad larga y cruenta
y, más aún, si en la melancolía
es arrojada la orgullosa afrenta.
Mira el pueblo como a la bestia inerte:
sin compasión alguna por la muerte.

Aquí estoy, de los nimbos despojado,
bastarda por milenios mi existencia,
para esperar al otro iluminado
quien al mundo dará su gran sapiencia,
y me tenga, tal vez, calificado,
como tutor oculto de su ciencia.
Porque me debe Sócrates su nombre,
su gran filosofía y su renombre.

Oscar, cuanta inspiración en esta magnifica obra! Coincido con los compañeros que la forma de octavas reales queda perfecta al tema. Un placer y aprendizaje venir a leerte, poeta. ERA

Querido Oscar, que maravilla, no tengo palabras, una obra de arte.
Mil besos y mil gracias

Curra

Un poema perfecto por su ritmo, fuerza, homenaje a uno de los más grande, y al rechazo de su injusta muerte.

Recibe mi aplauso por tan excepcional poema.

Un abrazo. amigo Óscar.

El peligro de pensar y pensar distinto. Un poema magníficamente construido. La forma clásica se adapta perfectamente al tema. Me ha gustado leerte.
Un abrazo.
Pepa

Belleza y cadencia en estos hermosos y acertados versos. Ha sido un auténtico placer su lectura.

Un abrazo,

Judit

Ya leí y comenté este poema en su momento, pero ahora que lo he vuelo a leer me ha parecido mejor todavía.

Excelente, Óscar
Aplausos a montones
Ana

Julio Gonzalez Alonso escribió:Mi aplauso para este poema, que amén de estar pulcramente escrito enfrenta dos retos, los dos superados con creces, que son el de traer a la palestra el ejemplo del filósofo ateniense Sócrates, entre Platón, de quien fue maestro, y Aristóteles, de quien fue alumno, si la memoria no me engaña. Y, segundo, también por hacerlo en estrofas construídas en octavas reales, que tan bien cumplen con el tema. Enhorabuena. Con un abrazo.
Salud.

Estoy muy agradecido por tu amabilidad, amigo Julio. Sabes que te considero un enorme poeta, por lo cual, tu comentario es una gran alegría para mí.

Un abrazo fraterno.
Óscar